Típica jornada de excursión de día entero. La salida programada para las 7.15 y el desayunador del hotel abre a las 7...Un sandwich envuelto en una servilleta, un jugo de frutas tomado de apuro y a correr tres cuadras para llegar al punto de encuentro y ser transportados al puerto para iniciar Athens one day cruise en un ferry importante en tamaño y como veríamos luego, repleto.

En la preparación del viaje no tuvimos opción, el vuelo que conseguimos desde Barcelona salía 23.30 y llegaba a Atenas 03.20. Afortunadamente el Airbus 320 de Vueling ganó minutos y aterrizó en el Aeropuerto Internacional Eleftherios Venizelos poco antes de las 3 de la mañana. Veníamos con el ritmo infernal de Barcelona y aún con la bronca de que la estupenda sensación que tuvimos de la hermosa capital catalana se nos estropeó merced al insoportable olor a orín de los sanitarios de El Prat, directamente insoportable. Pero ya en tierra griega comenzó otro raid.

En un rato ya salimos para El Prat para abordar el vuelo de Vueling a Atenas. A las apuradas, sin tiempo casi de editar mando este reporte desde esta joya catalana, una hermosa ciudad que ya me habían anticipado me encantaría y tenían razón, me encantó. Aún no me fui y ya quiero volver.

Desde Uruguay habíamos comprado las entradas por Internet. Solamente la visita guiada en español, ya que para las Torres no había disponibilidad. Pensábamos ir en el Bus del City Tour Hop-on Hop-off pero calculando el horario no nos aseguraba llegar a tiempo. Caminamos "8 minutos" desde la Rambla a la avenida Paral-el y tomamos la línea 2 del Metro la que cinco paradas después nos depositaba ante la mismísima majestuosa obra. Luego de terminar el ascenso de la escalera mecánica del transporte subterráneo, girar la cabeza es todo un impacto ya que si bien la parada dice (o "pone" como se usa acá) Sagrada Familia uno no piensa que solo al ver la superficie "estaría allí" y estaba.

Mientras la alcaldesa de Barcelona se pone en primera fila para recibir refugiados sirios, nosotros con el auspicio exclusivo de Tarjeta Celeste llegamos en la mañana de este domingo a El Prat luego de conectar en Barajas y de inmediato entramos en contacto con otra realidad, envidiable por cierto, a la hora de analizarla como destino turístico.

Cuando llegamos a este maravilloso enclave de la costa uruguaya generalmente nos alojamos en el Argentino Hotel, como va dicho, uno de nuestros lugares en el mundo y realmente, "nos cuesta salir" de sus instalaciones, sobretodo en invierno. Este lunes 24 disfrutamos de una cena buffet a la altura del acontecimiento y después, hasta que el cuerpo pudo, una discoteca acorde mientras no estaban en el escenario los chicos del grupo Canela, especialista en covers y en esta oportunidad, adaptados a la nostálgica velada.

A su prolija y habitual rutina de servicios que funcionan siempre bien durante todo el año, este emblema de la hotelería y el turismo de Piriápolis al que alguna vez bautizamos como uno de nuestros lugares en el mundo, como ocurre cada vez que se apresta a recibir un evento, esta vez le agrega todos los detalles necesarios para que este lunes por la noche varios cientos de uruguayos vivamos la clásica noche de la nostalgia de la mejor manera y como si fuera poco, de la forma más segura. Si alguno de los participantes se pasa (o nos pasamos) en alguna copa, el riesgo mayor será no embocarle a la puerta del ascensor o chocar alguna mesa con la cadera...