por Sergio Antonio Herrera, de su viaje a Europa
El alojamiento
Como en el resto del viaje, la elección del hotel tuvo como prioridad la ubicación, el baño privado, el wifi y de alguna manera nos guiamos también por comentarios de otros viajeros.
Una recepción siempre funcionando, en el piso principal un bar y el desayunador y la habitación que nos fue asignada muy correcta y bien presentada. Baño privado completo, aire acondicionado, escritorio y wifi con muy buena señal. Su categorización es de 2 estrellas y con desayuno buffet incluido la tarifa obtenida fue de 100 euros diarios.
Las atracciones
Compramos por Internet el Barcelona City Tour, o sea los clásicos buses rojos de dos pisos que tienen el servicio Hop on - Hop off. La tarifa por dos días es de 38 euros y con el 10% de descuento quedó en 34.20 cada uno. Incluye un servicio de audio en varios idiomas con una muy exacta descripción de los lugares que se ven desde el bus.
Este servicio tiene dos circuitos
La Ruta Verde para conocer la parte este de la ciudad, pasando por distintos lugares de interés como el Barrio Gótico, el Aquarium, el frente marítimo, la Torre Agbar, la Sagrada Familia o el Park Güell entre otros. Esta ruta tiene una duración aproximada de 2 horas y media en verano y 2 horas en invierno.
Nuestra parada obligada fue en la Sagrada Familia, para lo cual habíamos adquirido entradas con anticipación por valor de 19,50 euros cada una. El mismo día que hicimos esta visita, el martes 8 de setiembre publicamos la crónica bajo el título Sagrada Familia en Barcelona: ¿ícono; capricho de Gaudí o business?
La Ruta Naranja para conocer la parte oeste de la ciudad, pasando por La Rambla, la terminal de cruceros, la montaña de Montjuïc, la Plaza de España y el estadio del Camp Nou entre otros. Esta ruta tiene una duración aproximada de 2 horas.
Obviamente, esta vez la elección fue deportiva y al Camp Nou nos fuimos para asombrarnos con un estadio espectacular el cual, menos el vestuario del local, se muestra en su casi totalidad. Y como ocurre en todoas y cada uno de los atractivos que uno recorre en Europa, la visita culmina en la tienda y fue inevitable buscar souvenirs para los nietos.
Caminando, desde el hotel llegamos a la zona del Puerto Viejo donde hay una terminal de cruceros y el centro comercial Maregamnum. El Mediterráneo baña la costa barcelonesa y conforma un paisaje inolvidable.
La gastronomía
Uno de los lugares donde comimos mejor en todo el viaje. Sobre la rambla se arman mesas de diferentes restaurantes que están calle por medio y se sirven los más variados platos, predominando los frutos del mar, los jamones y las pizzas. En las inmediaciones, en estrechas callejuelas hay soberbios restaurantes donde con alguna tapa, plato principal, postre y vino se come muy bien por poco más de 20 euros por persona. Una opción disfrutada fue la denominada Jamón Experiencie. un sitio donde se come por la boca pero también y mucho, con los ojos.
Dios mediante, volveremos a Barcelona. Nos quedaron cosas por visitar, y probar las tapas en la Boquería.
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