Leía una nota publicada en LADEVI Argentina que se titulaba “Ajustando los Charters a la ley” escrita por Alejo Marcigliano y me pareció oportuno agregar un nuevo capítulo a esta saga del “charter” que comencé hace algún tiempo en este Portal. En esta nota incursionaremos más en la perspectiva política de la cuestión.
Ortega decía que la “misión” significa lo que un hombre debe hacer de su vida. La vida es un permanente “quehacer” y un permanente elegir. Cada hombre elige su vida y en palabras del propio ORTEGA, “…porque (cada hombre) se representará en su fantasía muchos tipos de vida posibles y al tenerlos delante notará que alguno de ellos le atrae más, tira de él, le reclama o le llama. Esta llamada que hacia un tipo de vida sentimos, esta voz o grito imperativo que asciende de nuestro más radical fondo es la vocación….”
Es común escuchar quejas –algunas lindan con lo absurdo- por los servicios que prestan la mayoría de las empresas de aviación.
“…Por tal empresa no viajaré nunca más…” o “…es inconcebible me cobraron hasta el sándwich…”, o “…me atendieron pésimo porque en tal vuelo solo me dieron un cajita con un alfajor…” o “…el avión era incomodísimo…” o “…las azafatas eran unas mal educadas…” o “…me perdieron el equipaje…” o “…me tuvieron demorado cinco horas y me hicieron perder cinco horas de vida…” y el repertorio de quejas podría hacerse interminable.
Cuando Passarella fue técnico de la selección (resultados aparte), expresó públicamente que le encantaba vivir en Uruguay porque caminaba por la calle y la gente, más que mirarlo o quizás saludarlo no le importunaba y lo dejaba comer tranquilo en un restaurante sin acosarlo con hacerlo posar para las fotos o pedirle autógrafos. Exacta pintura de lo que éramos los uruguayos hasta no hace tanto o sea, en la era ATA (antes de la televisión argentina).
Se puede decir que una externalidad es un costo o beneficio que surge de la producción y recae en algún otro que no es el productor, o un costo o beneficio que surge del consumo y recae en algún otro que no es el consumidor. Una externalidad negativa impone un costo y una externalidad positiva crea un beneficio.
"A lo.......". (Artículo solo para futboleros, nada que ver con turismo ni aviación)
Miren, la última columna que escribí, como siempre, como alter ego del trompa, fue "el día de la bandera", cuando Independiente nos aguó la fiesta. Observen que fino detalle el título de ésta, no quise ser abusivo y omití el nombre que le podía hacer daño a mucha gente que no quiero ofender.
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