La delegación europea consideraba esencial probar y evaluar el C919 en los simuladores, que están construidos con equipos reales de los propios aviones. Los europeos subieron a uno de los C919 y estuvieron horas analizando la cabina y discutiendo cuestiones concretas con los ingenieros. “Miraron todo con cuidado y preguntaron muchos detalles”, publica el periódico.
Esta fue la tercera inspección de cuatro y la más importante de todas para certificar el avión. Fundamentalmente se trata en este paso de demostrar que cumple con todos los requerimientos técnicos. En este caso no hay vuelos, lo cual tendrá lugar en la última evaluación, aún pendiente.
Para China y para Comac, es un hito que Europa certifique el avión, porque eso le permitiría intentar competir en estos mercados. La solicitud de certificación fue presentada en 2019, pero realmente las cosas se aceleraron cuando el avión empezó a volar.
Comac ya ha conseguido un comprador privado en China, Suparna Airlines, y tiene a punto la venta a TransNusa, una low cost Indonesia, y a Gallop, Air de Brunei, que es una aerolínea de nueva creación.
Portal de América - Fuente: preferente