Estamos partiendo una vez más desde el Aeropuerto Internacional de Carrasco, con el auspicio de COPA AIRLINES; TARJETA CELESTE y ENTREGA MIAMI rumbo a Los Ángeles como primer destino. Allí nos reencontraremos con seres queridos que harán mucho más amena y completa la visita, e iniciaremos un recorrido por California, que incluirá además de LAX y sus famosos alrededores, especialmente todo lo que tiene que ver con el cine, la moda y el glamour de este enclave tan promocionado; San Diego; Carmel y Monterrey por las famosas 17 millas; Palo Alto (para ver Silicon Valley) y San Francisco, una ciudad que nos llena de intriga previa por sus contrastes, su gastronomía, su historia y sus paisajes tan emblemáticos como diversos. California es la primera etapa de un viaje que Dios mediante, nos permitirá tener una mirada norteamericana bastante amplia.

La presenciamos en vivo y en directo apenas llegar a Santiago de Chile este domingo. No creemos que el modo operativo sea exclusivo de estafadores chilenos pero fue aquí donde lo vimos y por ello así lo relatamos.

Como todos los años -además de las veces que nos toca venir por trabajo-, en mayo es casi obligatorio para nosotros llegar a Buenos Aires en modo celebración de varias fechas queridas. Como solemos decir, venimos a "dar la vuelta del perro", esto es, todo el teatro que se pueda, comer bien y caminar las callecitas que tienen ese "que sé yo", que magistralmente definiera el maestro Horacio Ferrer. Llegamos con el excelente servicio de Colonia Express, la cobertura de Tarjeta Celeste y nos alojamos  en el Hotel Presidente, una der las mejores opciones de la capital porteña.

Luego de unos días ajetreados en pleno Carnaval de Río el repaso histórico-cultural en la capital bahiana y el descubrimiento de una de las sucursales del Paraíso en Morro de San Pablo, retornamos a Salvador para llegar a una de las máximas atracciones de su litoral atlántico: Praia do Forte. La opción elegida fue el Iberostar y salvo algunos detalles secundarios -pero gratuitamente molestos-, podemos decir que el objetivo de llegar a uno de los clásicos templos del "dolce far niente", fue alcanzado.

Ya hace unos días que retornamos pero, "la puesta a punto" luego de las vacaciones siempre lleva un tiempo. Retomamos las crónicas, comenzando con algunos comentarios de esas cosas que son diferentes, que llaman la atención e inclusive, promueven una sonrisa o una reflexión. Esta entonces será la primera nota luego del regreso, para posteriormente compartir con ustedes en los próximos días "Praia do Forte, el lugar ideal para el Dolce far niente" y luego, "San Pablo, el gigante hospitalario". Vamos entonces a esta mirada particular que reservamos para esta entrega.

Definitivamente, Morro de San Pablo en la Isla de Tinharé, es una de las sucursales del Paraíso como lo dijimos en la primera parte de estas crónicas sobre un destino en el estado de Bahía que a pasos agigantados va dejando de ser un secreto bien guardado. La certificación de que es un lugar que vale la pena, la da la cantidad de argentinos que ya están instalados. Nuestros vecinos tienen el ojo clínico del marketing turístico y son quienes han desarrollado casi todos los lugares exitosos de la región, empezando por las playas montevideanas, Punta del Este, todo lo conocido en Brasil y hasta buena parte de los lugares top de la Florida y el Caribe. Se ven con sus emprendimientos de gastronomía, servicios o artesanales y obviamente, se destacan también en el número de turistas de esa nacionalidad que actualmente vemos por todos lados. Obviamente que es imposible diferenciar la cantidad de turistas brasileños que hay pero, además de muchos europeos y norteamericanos, haciéndolo honor al tradicional mes de vacaciones trasandino, hay chilenos en porcentaje interesante también. En Río de Janeiro, increíblemente en el Sambódrmo nos ubicamos detrás de una parejita de jóvenes compatriotas apenas llegamos; en Salvador, compartimos un día entero de excursiones (city tour y nocturna) con un inglés, profesor de su idioma y una colombiana, maestra jardinera, que viven y trabajan en Montevideo. Cuando realizamos la excursión a Isla dos Frades e Itaparica, supimos que había una pareja de uruguayos (debían de estar de trampa o escapados, porque se hicieron los distraídos) y ayer, en la maravillosa excursión marítimo-fluvial "Volta a ilha" por el contrario, fue un matrimonio el que se acercó y se presentó en Cairú diciéndonos: "Está bien fría la cervecita como nos gusta a los uruguayos", saludando cómodamente sentados a la puerta de un barcito y con quienes compartimos parte del tour. Siempre, en cualquier parte del mundo, algún uruguayo aparece.

Estoy casi convencido que Dios manda las moscas a la hora del almuerzo para que nadie decida certificar que este enclave en la isla de Tinharé es una sucursal del Edén. Todo lo complicado que resulta llegar termina siendo un justo tributo por el derecho de pisar este suelo fantástico. Sólo circulan carretillas para transportar maletas, mercaderías y hasta personas. Desde que llegué sólo vi escasos vehículos en las calles principales y en el camino entre las playas: alguna moto policial y otra con una caja acoplada con el cartel de Ambulancia. No hay motos ni bicicletas y mucho menos autos particulares en esta área, sí los hay en las afueras. Nadie anda temeroso, todos transitan calmos y disfrutando este clima simil Caribe, al que -dicho sea de paso- Morro no tiene nada que envidiarle.

Luego de la maravillosa experiencia del domingo en el Sambódromo , cuando pudimos levantarnos el lunes, nos fuimos en Metro hasta Barra de Tijuca lo que de por sí fue otra instancia diferente. "Lo que quedaba" de los jóvenes (y los no tan jóvenes ) que seguían sin dormir y sin dejar de beber, eran un espectáculo aparte en el transporte público. Al final de la línea en Jardín Oceánico, bajamos a la playa con un clima hermoso pero con el mar "muy picado", dio para una mojadita nomás. Desde allí en taxi para una breve pasada por el Barra Shopping, donde la inmensa mayoría de los locales estaban cerrados, salvo los gastronómicos, todos abiertos y fue donde almorzamos bastante bien, por unos 30 reales (menos de 10 dólares) por persona. Comenzamos el retorno en BRT (Metrobus) sistema que también funciona muy muy bien y nos dejó en la terminal de Metro para llegar hasta Leblon, breve visita y prosecución por Ipanema antes de llegar a Copacabana, a nuestro hotel. Esa noche disfrutamos mucho en Río Scenarium, como le llaman, Pabellón Cultural pero una sensacional propuesta que aporta además del especial entorno, tragos, comida, música y baile en un ambiente excelente, multitudinario pero podríamos catalogarlo como familiar. El control de ingreso como en un aeropuerto, incluye detección de metales, presentación de documento y foto. El martes 13 hizo honor a su fama legendaria, nos tocó un día de temporal para nuestra excursión a Angra dos Reis y convirtió al Paraíso casi en un infierno en un mar embravecido. Subimos al bus a las 7.30 de la mañana del martes y llegamos de regreso al hotel, hace un rato, a la una de la mañana de este miércoles 14, día de San Valentín en el que dejarenos Río de Janeiro para volar a Salvador, en Bahía.

Domingo, 11 Febrero 2018

El PDA en el Sambódromo

Una fiesta increíble que disfrutamos por primera vez en directo. El colorido y el sonido no desentonan en nada con la corrección del público que no deja de cantar y bailar. Ah!! Hay turismo de todos lados y Brasil tiene unos pocos turistas más que Uruguay????

Domingo, 11 Febrero 2018

Actualización en modo carioca

Hace 38 años, en 1980, por primera vez habíamos subido el Corcovado para llegar al Cristo Redentor con mi esposa. Hace un rato repetimos la experiencia. Creemos que aunque volvamos cien veces más, seguiremos sorprendiéndonos y emocionándonos ante la magnificencia de tan indescriptible espectáculo. La conjunción de la maravillosa obra con el increíble paisaje, seguramente sea uno de los cuatro o cinco imperdibles a nivel mundial.


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