por Sergio Antonio Herrera, desde Salinas, Uruguay
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La alarma
Sonó el pasado viernes 6 del corriente, entrevistando al Presidente de Hoteleros de Chile Andrés Fuenzalida Calvo. Este Ingeniero trasandino con muchos años de actuación en la rama de la hospitalidad, con gran conocimiento del turismo de su país, en determinado momento del jugoso diálogo sostenido para PDA Radio, nos dijo: "Si tu piensas que vas a convivir dos años más con este bicharraco dando vueltas, ¿el camino será seguir permanentemente cerrado?".
Mentalmente, "al toque", comenzamos a respondernos íntimamemnte de modo negativo. La penosa dicotomía salud-economía se nos representaba caduca, y comenzamos a sorprendernos fantaseando en la misma línea con la que siguió reflexionando en línea Fuenzalida, o sea, extremando los controles, el cuidado, aplicando toda la ayuda tecnológica en detección, seguimiento, pero fundamentalmente en la prevención, que al decir de Lacalle Pou, hay que hacer con la "vacuna" disponible en la actualidad: uso irrestricto de mascarilla, distancia física sostenida y constante lavado de manos con agua y jabón o sustituido con alcohol en gel.
No hacer la estrategia del avestruz
Pensamos que hay un partido que ya está jugado. No sabemos si de modo inteligente, estratégico, o casual, no importa, lo seguro es que Lacalle/Cardoso entre el 22 y el 23 de octubre "desviaron" el malón, el grueso, la masa que tenía como objetivo desplazarse desde nuestra propia región a la "tierra prometida", a la República Oriental del Uruguay. Quienes son viajeros frecuentes como los que veranean cada año, saben que deben reservar en alta temporada con suficiente antelación y en ese momento supieron que "no se puede ir a Uruguay porque cerró sus fronteras".
Pero en el interín, además del anuncio de repercusión global de la vacuna de Pfizer y el sorpendente 90% de eficacia, en los primeros días de noviembre, se llevó a cabo en Tacuarembó una visita al hospital departamental donde se realizó el desarrollo piloto de la técnica LAMP. En la ocasión estuvieron presentes e hicieron uso de la palabra el rector de la Universidad de la República (Udelar), Rodrigo Arim; el director del Instituto Pasteur de Montevideo (IP), Carlos Batthyány; y los investigadores Laura Romanelli y Gustavo Salinas. Carlos Batthyány resaltó la importancia de presentar la técnica LAMP en el Hospital de Tacuarembó que es un método mucho más rápido, cuyo resultado se obtiene en 45 minutos. El resultado «se puede leer a simple vista, es un método casi tan sensible como el de RT PCR, y es 100% específico, es decir, no da falsos positivos». No requiere de cambios rápidos de temperatura, por lo tanto «no requiere de un equipamiento muy costoso» como el equipo de RT PCR que cuesta unos 100.000 dólares. El test LAMP tampoco «requiere de especialistas en biología molecular», sino que puede ser realizado por los técnicos de los laboratorios clínicos de todos los hospitales departamentales del país.
Por lo tanto, si a esto le sumamos que luego de la reactivación de la operación en el Aeropuerto de Carrasco, el protocolo que se aplica allí demostró una eficacia del 99.95% en los pasajeros arribados y acreditó un resultado negativo al test PCR, y apenas el 0,05 fue detectado positivo, estamos viendo que el alto grado de efectividad de las medidas aplicadas, ofrece aún mayores certezas acerca de la seguridad del transporte aéreo aún en pandemia.
Hay un mercado "cautivo" que si no es contemplado, puede ser además, demandante. Hablamos obviamente de la inmensa cantidad de propietarios en Uruguay, residentes en países vecinos.
No solamente estamos hablando de visitantes eventuales que "mueven la aguja" en este destino y traen divisas, sino que hablamos de gente con derecho adquirido por el simple hecho de haber invertido en el país. Los mencionados tienen derechos pero también obligaciones. ¿Entenderán que es exigible el pago de tributos y demás obligaciones si no pueden acceder a sus derechos?.
También hay decenas de miles de uruguayos residentes en el exterior que llegan para estas fechas, ¿qué hacemos con ellos?.
Cuando aplaudimos a Lacalle y a Cardoso por pensar en la salud de todos nosotros, ratificamos también nuestro reconocimiento tácito al GACH, que nos ha guiado con maestría a gozar del status sanitario que hoy tenemos.
Seguimos aprobando la libertad responsable, lo mismo que el "aprete de clavijas" a quienes ignoren los protocolos y no cumplan con las medidas preventivas requeridas.
A la vez, vamos entendiendo a cada hora que pasa que a la nueva normalidad hay que comenzar a plantarle cara y no quedarnos en la estrategia del avestruz con variantes, escondiendo la cabeza en la arena...
Hay 85 mil compatriotas en seguro de paro, la derrama de divisas que generarían propietarios y la diáspora, generaría un cambio importante en la estadística.
¿Que saldríamos de la zona de confort que tanto nos ha enorgullecido?, existe ese riesgo pero el de la afectación de la economía en grado superlativo, no sería riesgo sino certeza.
Ponemos el gato encima de la mesa...
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