Desde el primer momento, los problemas para que Lufthansa se quedara con Ita se concentraron en dos puntos: los derechos de uso del aeropuerto de Milán Linate y las rutas transoceánicas a Estados Unidos. Lufthansa fue cediendo con parsimonia, pero la última concesión, en este mes de junio, parece que finalmente ha satisfecho a la Comisión Europea.
Lo último ha sido que Ita no se va a integrar en el pool de aerolíneas con Air Canadá y United. O, más exactamente, no va a integrar a Ita en este negocio conjunto durante dos años, pero al tercero lo podrá hacer. Así se da dos años a los rivales para que se preparen, pero en definitiva Ita se va a incorporar al grupo.
De manera que Italia se quita ahora el 41 por ciento del problema que la obligaba a inyectar más y más dinero en la aerolínea que pretender ser la representante del país en el mundo.
Los demás obstáculos ya se habían ido solucionando. Volotea e Easyjet se quedarán con una cifra no especificada de slots en el aeropuerto de Linate, mientras que también se aplicarán algunas limitaciones en rutas europeas en las que Lufthansa o sus filiales e Ita habrían quedado en situación de monopolio.
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