por Sergio Antonio Herrera, en vuelo desde Roma a Madrid
Nos falta conocer dos países más aún para llegar al medio centenar de naciones en las que hemos estado a lo largo de nuestra vida.
En un rato Dios mediante, pisaremos suelo madrileño y el próximo fin de semana llegaremos a casa, en Uruguay.
Sentimos lo mismo que nos ocurre cada vez que terminamos un viaje: y es que “este ha sido el mejor de todos”.
Avión; tren; bus; auto; lancha; gomón; catamarán; ferry; funicular y nuestras piernas, afortunadamente, nos llevaron a recorrer buena parte de la historia de nuestro mundo, vivir nuevamente Italia y conocer cinco de los países que conformaron la ex Yugoslavia, todo lo que significa lo del título: una experiencia enriquecedora en todos los aspectos.
Caminamos Roma a placer; esta vez pudimos ver Milán casi como es debido; dimos un saltito en Suiza para disfrutar St. Moritz y a falta de vuelos o trenes directos, llegamos a Eslovenia en ómnibus y nos regocijamos con Liubliana, Bled, Postojna.
En la primera entrada a Croacia nos impactó Zagreb por su pasado y su presente. Ya en Serbia, Belgrado nos confirmó la identidad del mundo eslavo.
Sarajevo y Mostar nos permitieron cambiar totalmente para bien, la idea que teníamos acerca de Bosnia y Herzegovina.
Croacia nos siguió enamorando en Split y en Dubrovnik y luego Montenegro nos regaló paisajes increíbles en Kotor y Budva especialmente.
Saboreamos el gusto de los exquisitos orechiete en la atrapante Puglia de Bari, Lecce y Brindisi y nos emocionó Matera en la Basilicata, un lugar único.
Calabria con Reggio y Schilla fue el mejor intervalo para entregarnos a Sicilia, la isla diferente que nos fue maravillando con Taormina; sorprendiendo con Siracusa y Ortigia; entusiasmando con Noto y asombrándonos con las dos Ragusa, la de abajo vieja y la de arriba nueva.
Agrigento valió la pena a pesar de lo mal presentado que nos resultó el Valle de los Templos.
Palermo y Nápoles nos permitieron aprender más de historia y cultivarnos en vivo y en directo pero, ambas, nos parecieron grises, muy mal conservadas y faltas de higiene.
Afortunadamente, el broche final fue la Costa amalfitana y Sorrento. La primera como confirmación que está en nuestro podio de preferencias a nivel mundial y la segunda, nos sorprendió gratamente y nos invitó a retornar…
Desde Madrid creemos que no haremos posteos, es uno de nuestros lugares en el mundo y egoístamente nos dedicaremos a disfrutarla durante 72 horas.
No se pierdan el próximo número de PDA Magazine a fines de septiembre. Publicaremos la cobertura total de esta experiencia pero con videos editados e imágenes exclusivas, además de todos los comentarios que nos mereció cada lugar y muchos "piques" o datos que serán muy útiles a los futuros viajeros.
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