por Sergio Antonio Herrera, desde Liubliana, Eslovenia
Salimos a las 07.30 finalmente, pasamos entre otros puntos por Bérgamo; Verona; Mestre y Udine. Las detenciones en ruta fueron para subir y bajar pasajeros alternando paradas urbanas con precarias terminales. La unidad era bastante cómoda, el baño bien presentado y el aire acondicionado nos tuvo tiritando a tiempo completo. Un "tapón" infernal en la ruta cerca de la capital eslovena, hizo que el viaje durase una hora más de lo previsto y en vez de 15.30 llegamos a las 16.30.
El hotel tiene una ubicación maravillosa, cerca de todo, lo cual nos permitió conocer varios de los principales atractivos del lugar.
La Prešeren Square la plaza más importante de la ciudad, donde se organizan eventos deportivos y se puede escuchar música en directo (nosotros escuchamos el tambor del simpático y entusiasta inmigrante que allí le daba con todo).
El río Ljubljanica en el corazón del área histórica le da vida a esta capital que -diríamos con cierta justicia- se le denomina o "la pequeña Praga" o "la pequeña Viena" y posibilita que sobre el mismo haya puentes muy connotados como el triple o el de los candados por ejemplo. El primero es el punto central que divide la ciudad histórica de la moderna y el segundo, además de los testimonios que lo adornan, dando marco al significado del nombre de la ciudad que en eslavo sería "amada" a partir de que Liubliana provendría de la palabra de ese origen "luba", permite una gran atracción. El piso del puente en los lados es transparente y por ello, es muy atractiva la visión del pasaje de las embarcaciones que realizan el tour navegando el Ljubljanica.
Con el ayuno forzado que traíamos, encontramos una excusa perfecta para de -una sola vez- hacer todas las comidas del día a eso de las seis de la tarde. La imagen habla por si sola.
El cierre de esta primera jornada fue otra excusa, ir a comer el postre "al punto más alto" de la ciudad (11 pisos), el Skycraper y desde allí lograr una de las mejores vistas, incluyendo a la Catedral y el Castillo de Liubliana.
Mañana la seguimos.
Portal de América