Daño colateral
Viernes, 07 Junio 2024

Daño colateral

Mientras continúan las reuniones para intentar una tregua duradera, entre discusiones, amenazas y ataques en la franja de Gaza y los altos del Golán, el mundo se pregunta: ¿Hasta cuando seguirán peleando los palestinos y los israelitas? ¿Cuándo se terminarán las masacres, la destrucción indiscriminada, los atentados y los secuestros? La respuesta es difícil de encontrar. Desde hace décadas se han estado combatiendo y matando unos a otros. Ha habido acercamientos interesantes que lamentablemente no han acabado en una paz duradera, quizá porque existen grupos políticos que no la desean. Hay movimientos que obedecen a lineamientos de lucha permanente, para destruir y exterminar al contrincante.

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por Roberto Bennett, desde Montevideo

Israel se defiende y ataca. Los civiles palestinos sufren las consecuencias. Los grupos guerrilleros tales como Hezbola y Hamas, con el financiamiento de países de la región, se muestran insensibles al sufrimiento de su propio pueblo y continúan su lucha, intentando expulsar a los israelíes de su tierra. Algo impensable en estos días. Pedir eso es como pedir la luna. Occidente nunca lo permitiría, por injusto e insensato. Sin embargo, siguen atacando y peleando para obtener ese fin.

¿Entonces, cómo se puede hablar de paz en esa región siempre tan convulsa? Muy difícil, sin acabar con los grupos guerrilleros. Mientras Israel lo intenta, está sembrando en los niños palestinos que sufren sus ataques, futuros luchadores que odiarán al Estado de Israel por lo que les ha hecho a sus pueblos, ciudades, hogares y familias.

Y dentro de este torbellino de violencia, ¿cómo se verá afectado el mundo del turismo, especialmente el religioso? Todos sabemos lo traumático que fueron los secuestros de aviones en la década de los años 70, agudizado al inicio de este siglo por el derribo de las Torres Gemelas, obligando a las aerolíneas a tomar medidas nunca vistas para ofrecer seguridad a los pasajeros. Se llegó incluso a colocar guardias armados en los vuelos, para asegurarse que los terroristas no pudiesen actuar con total libertad. Se aumentaron las medidas de seguridad en los aeropuertos, con estrictos controles para prevenir el porte de armas y explosivos. Medidas que permanecen hasta el día de hoy y que enlentecen el proceso de abordaje a las aeronaves y los barcos crucero. En el caso de estos últimos debido al secuestro de Aquiles Lauro en el Mediterráneo.

Sin embargo, dentro del territorio de Israel, la eficiencia de las fuerzas de seguridad y defensa judías, inspiraban en los visitantes y turistas una total confianza, dándole al turismo una garantía que ahora ha desaparecido. La invasión de miles de terroristas de Hamas al Estado de Israel, derribando muros y barreras, asaltando los kibutz y matando a sus habitantes, incluyendo a las mujeres y los niños, masacrando a cientos de jóvenes que asistían a un festival de música al aire libre y secuestrando a cientos de judíos (aún hoy permanecen en manos de los terroristas más de un centenar de ellos) tiró por tierra esa fama de invencibilidad que tenía Israel.

¿Cómo fue posible que se preparara una invasión de ese tamaño y calibre sin que los servicios de inteligencia israelíes, siempre tan astutos y eficientes, no lo detectaran. ¿Cómo pudo Hamás sorprender a todos los cuerpos del estado?

Ahora, cuando aún siguen luego de tantos meses, combatiendo el ejército israelita contra Hamás dentro de la franja de Gaza, la industria del turismo a la Tierra Santa se paralizó. ¿Quién se atreve a circular por las carreteras del sur de Israel en buses turísticos, o visitar lugares históricos o religiosos, sabiendo que los terroristas pueden atacar otra vez, con toda su saña y extrema crueldad. ¿Quién quiere ser secuestrado durante meses en un túnel o refugio de Hamás?

La seguridad y credibilidad de Israel ha quedado maltrecha y en entredicho. Nadie parece haber sido castigado por el enorme fallo en los mecanismos de prevención. Y para colmo de males, ahora Irán se atrevió a atacar directamente a Israel con drones y misiles, algo que nunca había sucedido antes.

Es comprensible entonces que los turistas no quieran ser considerados como un simple daño colateral.

Portal de América

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