Y el día que finalmente aterrizamos en el Ben Gurión para recorrer Israel, era el 7 de octubre de 2023...y luego de permanecer recluidos en el hotel, temerosos, durante tres días en los que solo se escuchaba silbar los misiles y explotar ante la Cúpula de Hierro, tuvimos la fortuna de que nos embarcaran hacía Turquía, sanos y salvos, pero impedidos de cumplir con el deseo de estar en Tierra Santa.
Estuvimos muchas veces en el Caribe, en diversos destinos del área como por ejemplo Jamaica, Bahamas, México, Dominicana, Islas Caimán, Puerto Rico, Cuba, Costa Rica, Colombia, Panamá.
Algunas veces viajando específicamente en avión y moviéndonos por tierra para conocerlos, o en ocasiones, disfrutando algún complejo all inclusive, característica saliente del lugar.
Una parte de esa región nos quedó grabada por lo diferente de la propuesta y por la modalidad utilizada que ya no está operativa. Hablamos de los cruceros de Pullmantur que salían desde Colón en Panamá y navegaban por el Caribe Sur.
La disfrutable experiencia nos permitió conocer Aruba y Curazao, pero no tan grata fue la vez que nos tocó hacer escala en el puerto venezolano de La Guaira, y desde allí desplazarnos a Caracas para conocer la triste realidad de la capital del país víctima del modelo chavista.
Y es en estos días que esa zona está cercada por las fuerzas armadas estadounidenses, cambiando radicalmente el paisaje paradisíaco por el bélico.
Estamos inmersos en un rotundo cambio de época, el cual nos obliga a aceptar la mutación entre la previsibilidad y la incertidumbre.
Ante esta realidad, ¿cómo deben funcionar las reglas de los turoperadores?; ¿cómo deben aplicarse las penalizaciones por cambios de fecha o cancelación?.
Ni hablar de incluir en esta reflexión al narcoterrorismo, los conflictos migratorios, las crisis sanitarias o las climatológicas.
Según Discépolo el siglo veinte era Cambalache. ¿El veintiuno qué es?