Estamos frente a una “Brecha de accesibilidad”
Miércoles, 10 Diciembre 2025

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Así como hablamos de una “Brecha digital”, entre quienes dominan y pueden utilizar los actuales medios digitales que han revolucionado todo y quienes no, también tenemos que poder hablar de una “Brecha en accesibilidad”, que es la que existe entre las personas que pueden acceder en forma autónoma e independiente para resolver sus necesidades y deseos frente a quienes no pueden hacerlo.

Por Nicolás Raffo Menoni, desde Montevideo

Tenemos una diferencia notable entre el discurso moderno y pro accesible (que está bien y es necesario) versus las implementaciones reales que se hacen en la práctica cotidiana para garantizar el acceso y la inclusión de todas las personas.

Si se observa con atención, podremos apreciar que las necesidades de los turistas, desde el pasado a la actualidad, no han cambiado en su esencia.

Un turista necesita poder encontrar información, desplazarse, alojarse, alimentarse y poder acceder a actividades de su interés, que conformarán lo que denominamos como la experiencia turística que cada persona puede tener en un destino.

Lo que si ha cambiado drásticamente, evolución y avances tecnológicos mediante, es la forma en que se satisfacen esas necesidades.   Hoy en cuestión de minutos podemos definir y resolver toda una experiencia de viaje en el extranjero e incluso hacerlo en forma individual y sin intermediarios, solos con la ayuda de la tecnología a la cual recurramos para auxiliarnos.

Si lo llevamos al caso de las personas con discapacidad y hacemos el mismo ejercicio, veremos que las necesidades son las mismas que para cualquier turista, con la particularidad de que necesitarán de ciertas condiciones que serán particulares para cada persona.

En este caso, veremos que sus necesidades comparadas entre ayer y hoy, tampoco habrán cambiado, y la posibilidad de resolverlas tampoco.   En la mayoría de los casos no podrán resolverlas, encontrándonos, si me permiten lo duro de la expresión, con un “escenario medieval”.

En épocas donde todo lo inteligente y sostenible se repite una y otra vez, demás está decir que dejando personas afuera no es la solución a seguir.

Debemos ser capaces de una buena vez de generar escenarios que permitan pasar del discurso a la acción.    Para eso deben generarse espacios de discusión, reflexión y sobre todo dedicados a la acción; deben de generarse mecanismos que incentiven y que obliguen a implementar la accesibilidad y desde los lugares que nos toque ocupar a cada uno, debemos poder generar espacios de concientización, educación y por supuesto el de la acción.

Todos podemos y debemos aportar nuestro granito de arena con convicción y determinación, porque es lo correcto y no pensando en que hacemos un favor, por lástima o porque pensemos que es una obligación (que debe serlo y lo es)

Debemos actuar con determinación y sobre todo generando sinergias de colaboración que lleven a cambiar esta situación.

Muchos de los cambios necesarios y posibles no pasan por la necesidad de contar con dinero para hacerlos.   Podemos hacer muchas cosas sin gastar un solo peso, como por ejemplo acondicionar el recorrido dentro de un local comercial para que todas las personas puedan desplazarse sin riesgos y en forma autónoma.

Podemos capacitarnos en forma gratuita en el trato adecuado a personas con discapacidad y podemos hacer que todas las personas que integran nuestras organizaciones se sensibilicen e informen con la temática de la accesibilidad.

Y así podríamos seguir nombrando ejemplos.

Para otras intervenciones obviamente habrá que invertir.   Pero es eso, invertir y no un gasto, a pesar de que en la mayoría de los casos no se pueda apreciar el retorno inmediato de esa inversión.    Es un camino lento y a largo plazo, pero vaya si vale la pena recorrerlo y sobre todo iniciarlo.

Desde la gobernanza, se debe hacer cumplir las normativas y legislaciones vigentes en accesibilidad (que por suerte nuestro país las tiene y en cantidad).   Pero sobre todo fiscalizar para que esas legislaciones se cumplan.   Con esto sin dudas se ayudará a realizar un verdadero cambio de paradigma, para que el mundo sea un lugar más solidario y que no siga siendo solo para algunos y donde muchos se quedan afuera.

Demás está aclarar, por las dudas de que alguien lo tome a mal, que esta situación no es exclusiva del Uruguay, lamentablemente pasa en la gran mayoría de los lados.

Incluso podemos decir que nuestro país tiene mejores condiciones, a pesar de las carencias constatadas, que muchos de los países de nuestra región, por lo cual cada uno puede sacar sus propias conclusiones.

Desde este espacio y como siempre, hacemos un llamado a la reflexión y sobre todo a la acción.

Podemos tener un turismo más accesible e inclusivo.   Hay un mercado potencial enorme que está esperando poder salir de vacaciones como cualquier persona y además es un buen negocio para quienes pueden implementar propuestas accesibles genuinas.

Para eso, el trabajo en cadena es una obligación, y por eso se repite nuevamente la necesidad de sinergias y coordinación.

Portal de América

Comentarios  

Como todo el mundo cuando salgo de vacaciones voy centrado en mi. Quiero disfrutar con mi esposa y/o mis hijos y me encanta descubrir un lugar nuevo, una historia distinta, un momento particular. Pero algo que me ha conmovido últimamente es encontrar personas que por alguna dificultad tenían menos posibilidades de los mismos disfrutes que yo. Ver como ha crecido el turismo inclusivo me emociona. Me abraza con la vida. Agradezco infinitamente esta nota. No sé como trasmitir la alegría que me dá qué esto esté pasando cada vez más.

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