por Nicolás Raffo Menoni, desde Montevideo
Se debe dejar de ver al Turismo Accesible como un nicho potencial porque sabemos que solo en Latinoamérica tenemos más de 85 millones de personas con algún tipo de discapacidad (lo que equivale a las poblaciones conjuntas de todos los países del cono sur integrados por Argentina, Chile, Paraguay y Uruguay al mismo tiempo).
Todos esos postulados son ciertos y deben ser tenidos en cuenta, pero hay un punto que todavía genera desconcierto. ¿Por dónde se debe empezar?
En esa pregunta y sobre todo en su respuesta es que quiero enfocar la columna de hoy.
Para trabajar el Turismo Accesible lo que debe existir de base es la convicción en que se debe trabajar y ante ese hecho, el trabajo puede venir o se puede realizar desde diferentes lugares.
Es necesario tener claro que los cambios serán lentos, pero que deben hacerse sin detención y que es mejor avanzar de a poco y sobre seguro a mantener una situación de estaticidad que no nos llevará a ninguna parte y que sobre todo no transformará a la sociedad en la medida de lo que necesitamos para poder hablar de sociedades cada vez más justas e inclusivas.
En lo personal me gusta definir cuatro actores y sectores bien definidos que permiten hacer una descripción y orientación más certera de ese trabajo a realizar.
Esos actores y/o sectores los defino como:
⦁ La gobernanza del destino.
⦁ La demanda del destino (donde incluyo a todas aquellas organizaciones, empresas y a las personas con algún tipo de discapacidad que exigirán y buscarán productos y servicios accesibles e inclusivos en un destino).
⦁ La oferta del destino (que son todas las empresas, organizaciones y personas que ofrecerán productos y servicios como accesibles e inclusivos).
⦁ La ciudadanía del destino (donde incluyo a todas las personas que si bien no serán usuarias directas de los servicios accesibles, si serán por sensibilidad, concientización y empatía, quienes exigirán y además se beneficiarán de su existencia).
Como podemos apreciar, esos 4 sectores y actores tienen implicancias y necesidades bien diferentes a ejecutar.
Por ejemplo será fundamental que desde la gobernanza se adopten los pasos iniciales, que deben pasar por crear marcos normativos y legales que faciliten y promuevan la accesibilidad y la inclusión como derecho, pero también será fundamental que el Estado sea quien genere las condiciones de base para que otras partes interesadas puedan traccionar en el mismo sentido, con incentivos, inversiones y otras herramientas que promuevan la accesibilidad.
Además el Estado debe ser ejemplo a seguir y también debe ser quien se encargue de fiscalizar y de sancionar aquellas situaciones que se aparten de lo deseado.
Cuando nos enfocamos en la demanda, haremos referencia a que toda la información que se ofrezca por parte de un destino turístico debe estar enfocada y adaptada a las necesidades de ese público, como también todos los servicios, productos e infraestructuras que el destino disponibilice, que deben ser adaptadas a las necesidades de todas las personas, para que estas puedan tener una experiencia satisfactoria, de manera independiente y autónoma. En este punto, es donde se deben hacer todas las transformaciones, adaptaciones y actualizaciones para que las propuestas sean efectivamente accesibles.
Tomar en cuenta los siete principios del diseño universal será de gran ayuda a tales efectos.
Para este caso los mencionaré pero no los desarrollaré en esta oportunidad:
1. Uso simple y funcional.
2. Uso flexible.
3. Bajo esfuerzo físico.
4. Seguridad.
5. Información comprensible.
6. Dimensiones apropiadas.
7. Igual o equivalente.
Pongo como ejemplos el contar con baños accesibles, el poder contar con transporte accesible, información accesible, propuestas culturales y de ocio accesibles, etc, que se diseñan tomando en cuenta los 7 principios precedentes, minimiza o directamente anula los posibles errores que se puedan cometer.
Luego tenemos el sector de la oferta, que es quien dispondrá y ofrecerá las propuestas en el destino y en este aspecto, me gustaría señalar dos aspectos fundamentales que muchas veces pasan inadvertidos o que son desconocidos por la gran mayoría de las personas y que por esa razón dan lugar a confusiones y errores de implementación.
Una cosa es cuando se quiere trabajar por parte de los oferentes en la disponibilidad de propuestas accesibles e inclusivas, que en esa eventualidad deben hacer la implementación de la accesibilidad correspondiente, pero otro aspecto diferente es cuando se quiere trabajar con quienes integran a ese sector de oferentes, por ejemplo en capacitación, ayudas o intervenciones puntuales, donde no es necesario implementar acciones accesibles propiamente dichas.
Se los explico con un ejemplo para clarificar
Si tengo una agencia de viajes, que quiere comercializar paquetes de viaje accesibles, una cosa es cuando se eligen las propuestas que van a integrar esos paquetes, que deben ser estudiadas, testeadas y analizadas para que sean efectivamente accesibles y que además deben prepararse en formatos de comunicación que puedan llegar a los usuarios objetivos, que pueden ser personas ciegas, sordas o con problemas intelectuales, y en ese caso se deberá adaptar cada mensaje en particular. Lo mismo si tiene atención presencial y quiere hacer adaptaciones en su local para que sea realmente accesible y diseñar rampas, baños y escritorios adaptados, donde la accesibilidad no se puede omitir, so pena de caer en un error grave.
Pero otro aspecto diferente, será cuando la agencia quiere capacitar a su personal en el trato adecuado a personas con discapacidad o cuando quiera hacer transformaciones y recurre a las normativas vigentes, a personal capacitado y/o a manuales de ayuda para implementar esa accesibilidad, donde no es tan necesaria la condición misma de accesibilidad ya que los usuarios primarios de esas acciones no necesariamente serán personas con discapacidad.
Entonces debería de quedar claro que tenemos procesos internos o propios de la agencia de viajes (para este caso) y también procesos externos que deberán ser tenidos en cuenta y que implican acciones diferentes a abordar y que no se pueden omitir.
Y en cuarto lugar tendremos a la ciudadanía, que está integrada en su gran mayoría por personas sin discapacidad pero que deben ser tenidas en cuenta como aliadas, como actores interesados y como colaboradores en forma directa e indirecta de las implementaciones a realizar.
Cuantas más personas involucradas existan, más fácil será la sostenibilidad de esas acciones y también la minimización de errores a cometer hacia adelante por falta de conocimientos y de empatía.
Es fundamental promover la sensibilización, la educación y sobre todo la concientización sobre la temática de la accesibilidad y la inclusión, para poder contar con sociedades más justas e inclusivas.
Algunas recomendaciones básicas para comenzar a cambiar
A modo de facilitar algunas ayudas prácticas para comenzar los cambios, me gustaría señalar la necesidad de seguir algunos pasos que nos servirán para caminar o al menos para intentar definir una hoja de ruta mínima.
Esos pasos pasan por:
- Diagnóstico
- Relevamiento
- Adaptaciones Progresivas
- Capacitación y Sensibilización
Para el cierre les dejo algunas frases que denomino como de remera o de manual que nos hablan la importancia de la accesibilidad para el turismo.
- “Los destinos turísticos del futuro serán accesibles e inclusivos… o no lo serán”.
- “No existen destinos turísticos inteligentes si dejan afuera a personas porque no pueden acceder”.
- “No habrá sostenibilidad sin accesibilidad, porque estaremos fallando en su dimensión social”.
- “Garantizar la accesibilidad no debe ser visto como un favor, sino que debe verse como una obligación moral y social que todas las sociedades tienen con las personas que conforman su comunidad”.
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