"Volar aeronaves tiene protocolos muy estrictos que deben cumplirse cada vez, sin excepciones, sin importar la experiencia del piloto. Los imprevistos, los incidentes, los accidentes mejoran los manuales y el entrenamiento -constante- lo que nos va convirtiendo en mejores profesionales. Eso es lo que somos, el Comandante Zas y yo, pilotos experimentados que amamos volar.
Es este libro Fernando Zas les relata su plan de vuelo, pero aplicado a todo lo que fue su vida hasta hoy y aunque los aviones son el común denominador de sus vivencias, aquí la aviación, es una anécdota.

“La vida pasa volando” me permitió entender -aún mas- a quién fue mi instructor de vuelo. Repito hasta hoy sus enseñanzas: No hay lugar a las distracciones, ni a la pereza, ni a la improvisación. Hay un plan de vida que tuvo cambios, incidentes, vientos en contra y tormentas, pero ustedes mismos descubrirán cómo logró encontrar la mejor ruta para seguir su vuelo y llegar a cada destino. También encontrarán momentos únicos, belleza, playas y fotografías tomadas desde una posición privilegiada.

El riesgo que tenemos al volar es mínimo si lo comparamos con lo que puede hacernos un minúsculo mosquito o un paseo en bicicleta. Mi experiencia actual participando del rescate de migrantes en el Mediterráneo, transportando refugiados en misiones humanitarias, llevando alimentos y medicamentos a los más necesitados y lidiando con las autoridades de lugares muy distintos, me enfrenta a situaciones mil veces más desafiantes que la que tengo – y encuentro- al mando de una aeronave.

Este libro relata, en cuerda íntima, una experiencia muy rica, repleta de colores, de sentimientos, pero con la sensibilidad propia de un ser humano de quien yo me jacto de ser su amigo.
Ajústense el cinturón, pero el de las emociones. Este relato tiene muchas mas turbulencias que las de aterrizar en Bagdad, Katmandú o en un pequeño aeropuerto en medio de África.
Bienvenidos a bordo, sepan que lo que están a punto de comenzar a leer no es un manual de aviación sino todo lo que le sucedió a una sola persona a lo largo de una vida que sigue en curso.
¡Buen vuelo, los dejo en buena compañía!", es el texto del prólogo de "La vida pasa volando" escrito como dijimos, por Enrique Piñeyro.

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