Corría el año 2002 cuando la aerolínea irlandesa aterrizó en España por primera vez. Lo hizo con uno de sus aviones insignia, un Boeing B737, en un vuelo entre Frankfurt y Girona en pleno mes de diciembre. Con ella, lo hacía también una nueva forma de viajar, democratizando la aviación como ninguna aerolínea lo había hecho antes, a la vez que se implantaba en España el modelo low cost. El terremoto Ryanair no solo afectó a los pasajeros, sino que su modelo de negocio también forzó a la competencia a adoptar medidas similares que al final hemos acabado pagando (y nunca mejor dicho) todos los pasajeros.
23 años después, Ryanair es la primera compañía por número de pasajeros en España, cuenta con un 21% de cuota de mercado y transporta a 65 millones de pasajeros según datos de Aena. Y esto solo en nuestro país.
El show Ryanair
Su modelo de negocio, aunque imitado, es bastante único. La aerolínea sigue un modelo de subvención de rutas donde lo que trata es de ofrecer el precio más bajo del billete. Hasta aquí, no hay mucho más que entender. Pero, ¿por qué esta batalla mediática entre Ryanair y Aena?
“En esta parte de subvención que recibe la aerolínea también se encuentran los costos de las tasas aeroportuarias que fija Aena, que es dinero que repercute en el pasajero, quien percibe el billete más caro, y también es dinero que no gana la aerolínea. Evidentemente, a Ryanair lo que le interesa es que los costos asociados a sus rutas sean lo más bajos posible, y ahora, tras 5 años congeladas, la operadora aeroportuaria Aena ha decidido subir las tasas, algo que a lo que la aerolínea ha respondido cancelando algunas rutas, las menos rentables”, explica Josep Huguet, consultor especializado en Turismo.
En este caso, el gran problema para la Aena es que en España tenemos una red de aeropuertos bastante grande y dentro de ella hay muchos aeropuertos regionales con muy poco tráfico. Para la viabilidad de estos aeropuertos secundarios este tipo de aerolíneas son muy importantes y Ryanair juega con eso, con la amenaza de si me voy te voy a hacer daño. Para Huguet, “Aena debe velar por el global de la red, y al final si la red es ineficiente porque si hay demasiados aeropuertos y demasiada poca población para ese aeropuerto, el problema no es que se vaya Ryanair, el problema tal vez sea el hecho de que ahí no debería ir un aeropuerto”, sentencia.
En cualquier caso, este hecho, el de subir las tasas, no puede perjudicar a toda la red y la decisión empresarial de subir las tasas está justificada tras años congelada, por lo que subirlas ahora no está fuera de lugar mientras que mantenerlas sería plegarse al chantaje y está fuera de lugar empresarialmente. Ambos ‘players’ están condenados a entenderse, sí, pero no a pasar por el aro. “Si se tiene en cuenta la secuencia histórica, la subida de tasas es baja y el show mediático protagonizado por Ryanair es marca de la aerolínea para obtener publicidad”, afirma Huguet.
¿Y entonces?
La aerolínea volará donde haya demanda y, por ende, mayor rentabilidad. A estas alturas nadie duda de que Ryanair ha encontrado otras rutas donde va a ganar más dinero, aunque Aena tampoco tiene por qué perder.
“En este caso, lo que debería hacer Aena es encontrar otras aerolíneas que llenen el hueco de Ryanair. Tal vez no se recupere todo el grueso de pasajeros, pero un millón de pasajeros no es tanto”, explica el consultor. Y continúa: “puede ser una buena oportunidad también para Volotea que, con mucho menos ruido del que hace Ryanair, puede sumar nuevas rutas a su red sin que Aena renuncie a la subida de tasas”. En cualquier caso, las rutas a las que ha renunciado Ryanair ya estaban operadas también por Vueling, y a Ryanair no le interesa competir porque la rentabilidad es menor.
Seguramente en estas rutas la rentabilidad no fuera muy alta o bien Ryanair ha detectado una oportunidad mayor en otras rutas europeas. Es muy posible que más allá de la subida de tasas de Aena, la aerolínea hubiese tomado la decisión de dejar de operar esas rutas más tarde o más temprano. Para Huguet, “Vueling va a ser sin duda una gran beneficiada”.
Las rutas afectadas
El plan de Ryanair cancela los vuelos a Vigo y Tenerife Norte, reduce capacidad en Asturias, Zaragoza, Vitoria y Santander y cierra su base en Santiago. Precisamente este puede ser el caso más delicado ya que es el más afectado con la retirada de la aerolínea porque es el único que era base de Ryanair, es decir, donde duermen aviones y tripulación. “Este hecho sí puede causar más daño empresarial porque aquí la pérdida no solo de rutas, sino de más puestos de trabajo”, confirma el consultor.
Y aunque a priori la peor parte se la llevaban los aeropuertos canarios, que representan un 40% del millón de plazas recortadas, la aerolínea Iberia Express ya ha anunciado que refuerza su operativa en Canarias con 30.000 plazas adicionales a partir de octubre.
Portal de América - Fuente: Condé Nast Traveler