Cada vez que debemos encarar un tema como el que nos ocupa hoy -aunque parezca increíble-, nos vemos forzados a recordar que en este espacio lo que hacemos es ejercer el derecho a la opinión de la manera acostumbrada, desde nuestra ideología independiente, siendo pretendidamente ecuánimes y siempre subjetivos, jamás objetivos. De todos modos sabemos que el núcleo "de siempre" hará correr mensajes virtuales del estilo "Mirá lo que dijo el hdp (usualmente es así)", "Otra vez el opositor", y demás lindezas por el estilo.
por Sergio Antonio Herrera, desde Punta del Este
El contexto
El 1 del corriente mes de setiembre, amanecimos leyendo este titular en los medios: "Gobierno prevé dar incentivos a aerolíneas para mejorar conectividad y que se creen nuevas rutas para turismo", indicando la noticia que: "El gobierno de Yamandú Orsi incluyó en el proyecto de ley de Presupuesto, un artículo por el que prevé otorgar incentivos a las aerolíneas que incrementen la venta de pasajes con destino a Uruguay, dando prioridad a la apertura de nuevas rutas, para aumentar la llegada de turistas al país".
Nosotros en primera instancia, acostumbrados a que este tipo de cuestiones son reiteradas en el tiempo y que históricamente han ido quedando por el camino, sin ejecución, constituyéndose como pasa habitualmente en política, en una "declaración de intenciones coyuntural", no le dimos mayor relevancia.
Conversando con actores referentes del sector, escuchamos algunos comentarios que nos hicieron dudar y el más contundente fue "esta vez lo incluyeron en un artículo de la ley de presupuesto".
Teniendo en cuenta esto, y viendo que el anuncio incluía este párrafo: "El artículo 319 del proyecto de ley de Presupuesto dice que la Dirección Nacional de Turismo del Ministerio de Turismo deberá proceder a "la instrumentación de un incentivo a las empresas nacionales o extranjeras que brinden servicios aéreos internacionales regulares, por la venta de pasajes aéreos que contribuyan al incremento de la recepción de turistas extranjeros", el 5/9 le hicimos llegar al Director Nacional de Turismo Cristian Pos la consulta. Como respuesta, nos dijo que no estaba en Montevideo y que Gabriel Romano (encargado de prensa del MINTUR) nos respondería.
El martes 9, Romano nos indicó que el ministro Pablo Menoni nos ofrecía una entrevista para informarnos, la cual aceptamos de inmediato y probablemente se lleve a cabo en los primeros días de la próxima semana.
Como acostumbramos hacer en coyunturas como ésta, seleccionamos unos cuantos contactos nuestros y les enviamos el texto de la noticia a la vez que les solicitamos sus comentarios.
Destacamos entre varias (muy interesantes todas), dos de las respuestas. En primera instancia la del amigo Luis Alejandro Rizzi, especialista en transporte aéreo desde Buenos Aires, que en la parte medular nos dice:
"Visto así no parece una medida sensata, más bien parece un zarpazo, partiendo de una falsa creencia de que el subsidio, de eso se trata, dirigido a la oferta puede potenciar un servicio. Las líneas aéreas, como principio eligen sus rutas en función de la demanda y así fijan las frecuencias. Me parece entonces ingenuo, cuando menos pensar que un transportista aéreo aumentará sus frecuencias o elegirá como destino a un punto del Uruguay, para recibir o en función del incentivo".
Por otro lado, el Brigadier General Daniel Olmedo, ex director de la DINACIA y en la pasada administración director de Transporte Aéreo del Ministerio de Transporte y Obras Públicas escribió: "Hola Antonio. Esta iniciativa la propusimos en el gobierno pasado, la hicimos entre Aeropuertos y yo, cuando estaba en el ministerio, lamentablemente ni el ministro de Turismo ni el de Transporte le dieron trámite y nunca se pudo materializar, lo que se proponía era darle un incentivo en dólares a las compañías por pasajero receptivo qué se incrementara en un periodo anual".
Nuestro análisis
Hay ejemplos contundentes que aconsejan al menos andar con cuidado antes de tomar cualquier resolución que involucre utilizar "el dinero de todos los uruguayos", como se dirá posteriormente seguramente en las redes en tono crítico.
La administración anterior hizo hasta lo imposible, con la mejor de las intenciones, para que JetSmart operase desde Carrasco y lo consiguió. En la primera coyuntura desfavorable y evaluando de que sus aviones redituarían más en otras rutas, levantaron la operación y se marcharon.
American Airlines vuela desde Estados Unidos a Uruguay en alta temporada, el resto del año ni se le ocurre.
Ryanair, en desacuerdo con las tarifas de AENA, ya que la operadora aeroportuaria española aumentó el 6,5% las tasas llevándolas a U$S 11.03 por pasajero, decidió levantar rutas totalizando un millón de plazas y amenaza en hacer otro tanto para el próximo verano si no se revierte la medida. Hasta aquí, podría entenderse la medida como una sana decisión empresarial en defensa de sus intereses, lo cual en un mercado abierto como el de occidente es obviamente aceptable.
Pero a lo que vamos es a la contraparte. En los últimos años (desde 2020), Ryanair se ha beneficiado con ayudas publicas cercanas a los 42 millones de euros a cambio de promocionar sus vuelos dentro de contratos de publicidad.
Cantur, la empresa de promoción turística de Cantabria le concedió 25 millones; el Ayuntamiento de Vigo aportó 8,4 millones de dólares; los concesionarios del aeropuerto de Castellón aportaron 4 millones más y a la lista se suman aeropuertos de Andalucía, el de Lanzarote, Asturias y también el de Ibiza.
Y eso, para la aerolínea irlandesa evidentemente no ha generado ningún compromiso de fidelidad, ya que con la más fría lógica empresarial y haciendo honor a su génesis, voló y anuncia que volará aún más.
Entonces
El Estado de una vez por todas, diríamos hasta en formato de grave y urgente debería proponer el debate y llegar a la definición de una política aeronáutica de Estado y trazar un rumbo cierto, una estrategia, un plan a largo plazo y no seguir dilatando este nivel de incertidumbre permanente que reina en el sector.
Una de las mejores herramientas que dejó la administración de Lacalle Pou fue el decreto de cielos abiertos. Hay que fortalecerlo.
Es un lujo para Uruguay contar con una empresa como Aeropuertos Uruguay que no solamente genera elogios permanentes a nivel internacional con la terminal de Carrasco, la cual en breve contará además con el nuevo ILS Cat IIIb, que pondrá a nuestra plaza a la altura de las más avanzadas en el mundo, sino que ha dotado a la terminal de Laguna del Sauce con todo lo que necesitaba y por si esto fuera poco, completó el sistema nacional de aeropuertos internacionales, sumando seis terminales de primera línea a lo largo y ancho del país con una multimillonaria inversión.
Es una realidad que SUA Líneas Aéreas comenzará a operar en breve en su condición de Aerolínea Nacional de Referencia (ANR). Generará empleo para uruguayos y riqueza en diversas formas para la economía nacional; será totalmente local, operará con bandera uruguaya y se trata de un emprendimiento totalmente privado.
¿Esta iniciativa no merecería ser incentivada económicamente también?
Con mente abierta vamos al diálogo
Acudiremos al encuentro con el secretario de Estado encargado de conducir el turismo uruguayo, dispuestos a recibir la mayo información posible, a indagar sobre estrategias, acerca de la forma en que se llevaría a cabo el abordaje de la implementación de incentivos, tratar de saber a cargo de quien o quienes estaría la tarea y conocer la experiencia de los designados. Enterarnos si hay previsión de establecer contrapartidas con quienes resulten beneficiados para no tener nuestro propio "Caso Ryanair".
En síntesis: valoramos lo positivo que significa el anuncio; triste sería que "no pasara nada". En el acierto o en el error, esta administración ha incluido en la ley de presupuesto un artículo que propone acciones para mejorar la conectividad aérea demostrando que es un tema que les preocupa y les ocupa.
Ya les contaremos.
Comentarios
Ojala, las autoridades sepan escuchar. Y que tengan en cuenta eso. Es lo que hay que valorar, que dan entrevista.