Qué ver en Japón más allá de Tokio, Kioto y Osaka
Viernes, 08 Agosto 2025

Qué ver en Japón más allá de Tokio, Kioto y Osaka

Últimamente todo el mundo está yendo a Japón: en 2024 batió un récord de visitantes con 36,9 millones de viajeros internacionales que llenaron los hoteles de Kioto y los restaurantes de Tokio con sus itinerarios pensados para la foto de Instagram y espoleados por un FOMO que les daba energía tras un vuelo de más de 14 horas. Y, a juzgar por las modas viajeras que estamos viendo, la tendencia no va a cambiar en el corto plazo. En pocas palabras: Japón es un destino imprescindible y seguirá siéndolo durante mucho tiempo.

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Pero esto no quita que muchos viajeros estén cometiendo el error de quedarse solo en Tokio y Kioto, ambas masificadas hasta el extremo. Hasta Osaka, que en su momento quedaba a la sombra de las dos capitales culturales, ha tenido su momento de gloria este año con la Exposición Mundial de 2025 y la nueva oleada de hoteles de lujo que han abierto en la ciudad. Para salirse del circuito turístico y explorar sus rutas comerciales históricas y sus puentes cubiertos de hiedra, el viajero más sabio (es decir, tú) tendrá que buscar destinos alternativos que le permitan asomarse al auténtico estilo de vida nipón a un ritmo más sosegado.

Para descubrir las mejores recomendaciones sobre qué ver en Japón más allá de las megaciudades, hablamos con cuatro expertos de la red de Condé Nast Traveler, todos ellos especializados en viajes al País del Sol Naciente: Jason y Scott Gilman de JapanQuest Journeys, Tisha Neufville de Neufville Travel, Diana Lara de First in Service y Duncan Greenfield-Turk de Global Travel Moments. Más abajo tienes sus recomendaciones para ocho destinos que no es que vayan a sustituir a las grandes metrópolis japonesas (al fin y al cabo, los aeropuertos internacionales siguen estando en ellas), pero sí pueden complementar de una forma encantadora cualquier itinerario, ya seas más de viajes centrados en el arte o un amante de la historia.

A continuación te contamos qué ver en Japón cuando ya has visitado las grandes ciudades y quieres recuperar la emoción de viajar a lugares que aún transmiten autenticidad y ritmo lento.

Calabaza moteada de Yayoi Kusama junto a la orilla del mar interior de Seto en Naoshima Japón.

Calabaza moteada de Yayoi Kusama junto a la orilla del mar interior de Seto en Naoshima Japón.

Naoshima, la ciudad para los amantes del arte

Si disfrutas del arte, tienes que visitar Naoshima. Lara de First in Service cuenta que esta pequeña isla en el mar interior de Seto es como un museo vivo en el que el arte contemporáneo y una impresionante arquitectura de primera categoría se funden a la perfección con el entorno: “Las icónicas calabazas moteadas de Yayoi Kusama se ubican junto al agua; hay obras maestras minimalistas de Tadao Ando talladas en la ladera, y pueblos pesqueros enteros transformados en proyectos de arte al aire libre”. Concuerda Neufville, de Neufville Travel, y recomienda que los viajeros también conozcan las otras islas de Seto, rebosantes de instalaciones de arte contemporáneo y galerías.

Dado el número de exposiciones al aire libre, la mejor época para visitar Naoshima es aquella que ofrece buen tiempo, concretamente primavera, principios del verano y finales de otoño. Este periodo de arte coincide casualmente con la Trienal de Setouchi de 2025, un festival de arte contemporáneo que se celebra cada tres años y exhibe aún más arte en varias islas del mar interior de Seto (ya están disponibles las entradas para la temporada de otoño, del 1 de septiembre al 9 de noviembre).

Llegar a Naoshima puede resultar complicado, ya que tendrás que tomar un tren desde la estación de Kioto o la estación Shin-Osaka hasta la estación de Okayama; de allí, un viaje en coche hasta el puerto de Uno, y allí, un ferry hasta el puerto Honmura de Naoshima. Después de semejante periplo, date el gusto de alojarte con estilo en Naoshima Ryokan ROKA, donde encontrarás once habitaciones minimalistas de madera, washi y tatami, además de magníficas bañeras hundidas con paredes de cristal que se abren a las vegetación circundante.

Monumento de la Paz de Hiroshima Japón.
Monumento de la Paz de Hiroshima Japón.

Hiroshima, para descubrir la historia

Hiroshima ofrece una experiencia conmovedora y esencial para cualquiera que de verdad quiera entender Japón como país. La ciudad quedó arrasada hasta los cimientos durante la Segunda Guerra Mundial debido a una de las dos bombas atómicas que lanzó Estados Unidos en 1945 (la otra explotó en Nagasaki, en la isla de Kyūshū). A día de hoy, el Parque Memorial de la Paz de Hiroshima contiene las ruinas de la cúpula Genbaku, uno de los pocos edificios que quedaron en pie tras la tragedia. Lara de First in Service dice, refiriéndose a la cúpula, el parque y la ciudad en un sentido más amplio: “Es un símbolo muy potente de paz y renacimiento, lo que lo convierte en un lugar estupendo para los viajeros atraídos por la historia y los relatos de resiliencia humana”.

Lara recomienda pasar tiempo en el Parque Memorial de la Paz, visitar la cúpula y tomar el ferry hasta la vecina isla de Miyajima para ver el torii (el arco tradicional japonés) flotante del templo de Itsukushima. “Es perfecto para los viajeros con curiosidad por otras culturas, los amantes de la historia y cualquiera que busca resonar con el destino más allá de la belleza del paisaje”, explica. Hay muchas otras cosas que se puede hacer en Hiroshima, como visitar el castillo de Hiroshima, construido originalmente a finales del siglo XIV, y alojarse en el precioso Iwaso, un ryokan tradicional con una ubicación muy céntrica.

Cedros Yakusugi en Yakushima Japón.
Cedros Yakusugi en Yakushima Japón.

Yakushima, para una escapada de naturaleza

Para ver un lado menos común de Japón, pon rumbo a Yakushima, una de las frondosas islas subtropicales del archipiélago de Ōsumi, en el sur del país. Greenfield-Turk de Global Travel Moments recomienda este santuario de naturaleza, que acoge bosques de cedros de 7.000 años de antigüedad, senderos neblinosos y una rica biodiversidad: “La vida elegante y lenta de esta isla también abarca una bellísima cocina local, en la que encontramos pez volador, té cultivado en la isla y yuzu”. Los Gilman de JapanQuest Journeys se muestran de acuerdo y afirman que es perfecto para viajeros que buscan aventuras inmersivas al aire libre, “de rutas de senderismo de varios días a través de paisajes cubiertos de musgo a rutas costeras que permiten contemplar la belleza salvaje de la isla”.

Todos nuestros expertos coinciden en que se puede disfrutar de Yakushima en cualquier época del año, pero tu viaje debería coincidir con el tipo de experiencia que busques: abril y mayo para las agradables temperaturas de la primavera; junio y julio para ver a las tortugas marinas poner huevos en la playa; otoño, si buscas un clima más fresco y seco con una excelente visibilidad. Puedes llegar a Yakushima con un vuelo nacional o un ferry escénico desde Kagoshima, una ciudad costera en Kyūshū, la isla más meridional de Japón. No es exactamente una excursión de ida y vuelta en el día, así que sigue las recomendaciones de Greenfield-Turk y los Gilman y reserva una habitación en Sankara Hotel & Spa Yakushima, un retiro de lujo en lo alto de la colina con vistas al océano y un programa culinario que combina la técnica francesa con el producto de temporada de la isla.

NaraiJuku pueblo histórico en el sendero de Nakasendo del valle del Kiso en Nagano Japón.
NaraiJuku, pueblo histórico en el sendero de Nakasendo del valle del Kiso en Nagano, Japón.

Valle del Kiso, para viajar atrás en el tiempo

El valle del Kiso es perfecto para aquellos viajeros que quieren sumergirse en la historia. Los Gilman lo recomiendan por sus ciudades conservadas del periodo Edo y por el Nakasendō, una ruta histórica que conecta la capital de facto de Japón del Edo (la Tokio moderna) con Kioto, además de sus montañas y senderos escénicos. “Quienes busquen una escapada tranquila de la vida urbana y una muestra del Japón rural, incluyendo sus artesanías tradicionales y su cultura local, disfrutarán especialmente del valle del Kiso”, explican los Gilman.

Nuestros expertos recomiendan visitar esta región en primavera (de abril a junio) y otoño (de octubre a noviembre). La primavera ofrece temperaturas suaves ideales para recorrer el Nakasendō y contemplar la belleza de las flores. El otoño presenta un clima cómodo y un espectacular follaje dorado que transforma el valle en un caleidoscopio de color. Ambas temporadas proporcionan condiciones muy agradables para explorar las ciudades históricas y disfrutar de la belleza natural de la región. Llegarás al valle del Kiso tras 90 minutos en coche desde Nagoya, una ciudad a medio camino entre Tokio y Kioto accesible en Shinkansen. Si quieres pasar la noche en la zona, los Gilman recomiendan una elegante posada japonesa llamada Byaku.

Plantación de t verde en Wazuka Japón
Plantación de té verde en Wazuka, Japón.

Wazuka, para los amantes del té

Los viajeros interesados en la cultura agrícola y de té, sobre todo el té verde japonés, estarán en su salsa en Wazuka. “Esta región es famosa por sus plantaciones privadas de té, que ofrecen paisajes pintorescos con vistas a montañas de té y oportunidades de sobra para aprender sobre su cultivo y producción”, explican los Gilman. Este es el lugar ideal para disfrutar de un ritmo más lento y una atmósfera tranquila en un entorno rural que también cumple en materia de agricultura sostenible… y para ponerte hasta arriba de matcha.

Además, Wazuka es una excursión muy accesible desde Kioto: a una hora en coche, aunque, dado que esto es Japón, el transporte público siempre es una opción. Puedes llegar a la plantación de té de Wazuka en autobús desde la estación de Kamo a las afueras de Nara (sí, el sitio de los ciervos que están tan acostumbrados a los turistas que casi te exigen que les des comida), que a su vez tiene un fácil acceso desde Kioto en tren regional. Planea la visita entre marzo y octubre, ya que “el verde vibrante de la primera cosecha de té lo cubre todo, lo que ofrece unas vistas increíbles y la oportunidad de ver la recogida del té o incluso participar, procesarlo y disfrutar de una comida exclusiva maridada con té”, según los Gilman.

Vistas areas del parque de Odori Sapporo Japón desde la torre de la televisión en invierno.

Vistas areas del parque de Odori Sapporo, Japón, desde la torre de la televisión en invierno.

Hokkaidō, el paraíso de los foodies y los amantes de la nieve

Aunque Hokkaidō ha ido apareciendo cada vez más en los itinerarios de los viajeros internacionales, la segunda isla más grande de Japón sigue ofreciendo muchas posibilidades, entre ellas, su panorama gastronómico. “Aquí encontrarás el marisco más fresco, los mejores lácteos y carnes (gracias a la variedad de granjas de ganado de la isla) y algunos de los mejores platos de ramen del país en Sapporo, la ciudad más grande de Hokkaidō”, explia Neufville. Además, la variedad de los paisajes naturales de la isla ofrecen un amplio abanico de aventuras: el golf, el senderismo, el kayak y los deportes de invierno son extremadamente populares entre lugareños y visitantes.

La mejor época para visitar Hokkaidō dependerá del tipo de viaje que quieres hacer. Neufville dice que los amantes de la nieve deberían visitar en invierno para disfrutar de las excelentes pistas de esquí de Niseko y del festival anual de esculturas de nieve de Sapporo. “Me gusta venir en primavera durante la muestra anual de ramen de Sapporo y para ver los campos de lavanda de Furano, una ciudad en la zona central de la isla”, explica. Otoño es la temporada perfecta para disfrutar del follaje dorado y para sumergirse en uno de los muchos onsen de la isla.

Para llegar a Hokkaidō, Neufville recomienda volar al aeropuerto de Tokio o al de Osaka y después continuar con el Nuevo Aeropuerto de Chitose, que conecta con Sapporo. Alquila un coche y explora hasta cansarte, momento en que podrás volver al ryokan contemporáneo Zaborin, en la zona de Niseko. “Es uno de mis hoteles favoritos del mundo por su servicio excepcional, sus habitaciones bellamente diseñadas, sus suntuosos baños termales y su comida excepcional”, explica Neufville.

Valle de Iya Japón.
Valle de Iya Japón.

Valle de Iya, para una aventura al aire libre

Ubicado en Shikoku, la más pequeña de las cuatro islas principales de Japón, el valle de Iya es una de las zonas más remotas y vírgenes del país, rebosante de vegetación y paisajes que emocionarán a los viajeros más amantes de la naturaleza. “Sus puentes de hiedra, baños termales y granjas tradicionales te transportan a una época anterior de Japón”, cuenta Greenfield-Turk. “También es una joya culinaria en la que la cocina refleja el terreno abrupto y los ríos que lo riegan”. Las escarpadas laderas y profundas gargantas también crean imágenes espectaculares que contemplar: si no te asustan las alturas, ponte a prueba cruzando el Iya Kazurabashi y el Oku-Iya Kazurabashi, dos puentes de hiedra (sí, literalmente hechos con hiedra) y de las mejores atracciones turísticas de la zona.

Greenfield-Turk propone visitar en los meses de octubre y noviembre para ver el dramático follaje otoñal y degustar los sabores de temporada de la región. Para llevar aquí, vuela a Tokushima desde Tokio u Osaka y después conduce dos horas hasta el valle de Iya. En materia de alojamiento, Greenfield-Turk nos recomienda Iya Onsen, un atmosférico ryokan ubicado en las montañas con baños termales al aire libre con vistas a la garganta. No te pierdas los menús kaiseki que giran en torno al pescado de río de la zona y a las verduras de montaña silvestres.

Cerezo en flor en Kakunodate Japón.Cerezo en flor en Kakunodate Japón.

Kakunodate, para sumergirte en la vida de pueblo

Conocido como “Little Kioto” en el norte, Kakunodate es famoso por sus casas de samuráis, su artesanía de corteza de cerezo y sus calles históricas flanqueadas por arquitectura conservada. “Es un destino profundamente cultural con una cocina del norte de Japón contundente y un ritmo más lento y contemplativo”, dice Greenfield-Turk. Con una población local que ronda las 14.000 personas, tienes garantizado poder saborear las mieles de la vida lenta de pueblo en Japón sin esa energía frenética que a veces tienen las grandes ciudades.

Kakunodate también es un destino muy popular de hanami o floración del cerezo, que podrás contemplar en abril; igual de hermoso es el follaje otoñal, que llega en combinación los festivales de comida local en los meses de otoño. Es relativamente fácil llegar desde Tokio: el Akita Shinkasen que conecta la estación de Ōmiya con la de Kakunodate tarda algo menos de tres horas. Aun así, merece la pena alojarte aquí al menos dos o tres días para empaparte de verdad del ritmo lento de la vida, así que monta campamento en Wabizakura Ryokan, un ryokan moderno bellamente diseñado que ofrece baños termales privados al aire libre, sofisticadas cenas kaiseki y una serena hospitalidad que bebe de las tradiciones de la prefectura de Akita.

Portal de América - Fuente: Condé Nast Traveler

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