No obstante, no todos los países de la Unión Europea son parte de Schengen, por lo que aún hay algunos que siguen pidiendo documentos y mantienen fronteras físicas, como es el caso de Irlanda. Igualmente, Suiza, que no es miembro de la UE, sí está dentro del espacio Schengen.
Sin embargo, las políticas interiores para luchar contra la inmigración ilegal, por cierto, hasta ahora muy poco efectivas, se mantendrán. Igualmente, Rumanía y Bulgaria han iniciado programas de trabajo policial, sobre todo con los países vecinos, para coordinar la acción contra las mafias y los delitos transfronterizos.
Bulgaria y Rumanía llevaban tiempo dentro de la Unión Europea, pero con un retraso en su incorporación al programa Schengen. Antes, igualmente, la libre movilidad de sus ciudadanos también presentó algunos retrasos. Los dos países son los de renta más baja de Europa, por lo que varios países objetaron a la apertura total de fronteras por temor a las migraciones masivas.
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