La isla que es seis meses española y seis meses francesa
Jueves, 07 Septiembre 2023 12:23

La isla que es seis meses española y seis meses francesa Iker Moran

Mide menos de 7.000 metros cuadrados, no está habitada y, pese a ello, la Isla de los Faisanes es un caso único que fascina a quienes conocen su historia: durante medio año pertenece a Francia y la otra mitad es parte de España. Un islote fluvial que, en su larga lista de curiosidades, figura como el condominio más pequeño del mundo y que, fruto de años de guerras y siglos de diplomacia, hace que la frontera de dos países se mueva unos metros cada seis meses.

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El recorrido circular entre Irún, el barrio de Behobia y Hendaia es una ruta de paseo muy habitual entre los habitantes de esta zona en la que el río Bidasoa marca la frontera entre España y Francia. Y también entre el País Vasco e Iparralde, los territorios del denominado País Vasco Francés. Un agradable recorrido –sobre todo en la parte francesa, con una bonita pasarela en el río– que permite ver esta isla con más historia que hectáreas.

Isla de los Faisanes

Isla de los Faisanes. Durante medio año pertenece a Francia y la otra mitad es parte de España. Iker Morán

Aunque sendos carteles a ambas orillas explican su singularidad, lo cierto es que es perfectamente posible pasar por allí sin percatarse de que la Isla de la Conferencia, como se conoce en Francia, no es igual que el resto de islotes que se encuentran en el último tramo del Bidasoa, antes de desembocar en el Cantábrico.

REHENES, PRINCESAS Y VELÁZQUEZ

“Esta isla es no más grande que un lenguado frito de tamaño mediano”, escribía Teophile Gautier en 1840, según leemos en uno de estos paneles informativos sobre la isla. Una simpática referencia gastronómica que recuerda dónde estamos y la importancia que tiene la cocina a los dos lados de esta frontera móvil.

Isla de los Faisanes sobre el río Bisasoa vista desde el lado español Irún . Memorial del Tratado de los Pirineos
Isla de los Faisanes sobre el río Bisasoa, vista desde el lado español Irún. Memorial del Tratado de los Pirineos (1659). Zarateman / Creative Commons

Escaleras de piedra a los dos lados de la isla parecen invitar a los numerosos piragüistas que surcan el río a parar aquí. La verdad es que tampoco hay mucho que ver: árboles y un monolito que recuerda que en este lugar se firmó en 1656 el Tratado de Paz de los Pirineos que ponía fin a la larga guerra entre España y Francia que se había iniciado en 1635, la Guerra de los Treinta años. Un ejemplo de negociación diplomática, que se inició un año antes en Lyon y duró “24 conferencias entre Luis Méndez de Haro y Guzmán y el cardenal Jules Mazarino ”, explican desde la oficina de turismo de Bidasoa.

El matrimonio de María Teresa de Austria, hija de Felipe IV, con el rey Luis XIV de Francia sirvió para sellar este acuerdo. De hecho, el encuentro de los monarcas y la entrega de la hija casadera se hizo en la Isla de los Faisanes. Una auténtica cumbre de estado en cuyos preparativos se dice que participó Velázquez y que recoge un cuadro de Jacques Laumosnier. Como puede verse, bastante optimista en cuanto al tamaño real del islote y sus posibilidades para organizar una ceremonia de este nivel.

Isla de los Faisanes

Isla de los Faisanes. La entrevista de Luis XIV y Felipe IV en la isla de los Faisanes. Jacques Laumosnier

Pese a lo que alguna vez se ha publicado, no se conoce constancia documental de que Velázquez pintara ningún cuadro sobre o en el famoso islote, sin embargo, sí estuvo en calidad de aposentador cuando se produjo el encuentro entre Felipe IV y Luis XIV con motivo de la boda del rey de Francia con la infanta María Teresa. “En su calidad de aposentador, acompañó a la comitiva y tuvo que hacerse cargo de cuestiones relacionadas con la preparación y el desarrollo del viaje y la ceremonia ”, según explican desde el Museo del Prado a Condé Nast Traveler.

La estructura (sin techo, pues el evento fue en junio y el tiempo les respetó) fue elegida con una zona para el Rey Sol y su corte y otro para su majestad española y sus acompañantes (adornados con numerosos tapices), con un eslabón arquitectónico destinado al encuentro de los futuros esposos, zona de banquete y entretenimientos. Un momento de esplendor en la decadencia.

"Diego de Velázquez cuidó con esmero hasta el más ínfimo detalle, incluyendo el vestuario (en distintas tonalidades de verde, salvo la novia, en blanco con su velo de gasa y el ramo floral, y el monarca español, en plata discretísimo con bordados e insertos también en verde pálido), la jardinería, los divertimentos, la selección de los vinos y las viandas, y, claro está, la decoración y fábrica del sitio dedicado a la celebración del sacramento del matrimonio ”, explica Luis Ignacio Sáinz, politólogo y profesor en su libro La isla de los faisanes: Diego de Velázquez y Felipe IV. No es descabellado pensar que el evento le costó la salud al pintor: un mes exacto después de la boda, a las dos en punto de la tarde, falleció en Madrid.

Isla de los Faisanes cuadro de Pablo Van Meulen

Isla de los Faisanes cuadro de Pablo Van Meulen. El intercambio de princesas, por Pablo Van Meulen.Patrimonio Nacional / Real Monasterio de la Encarnación

Algo más realista en cuanto a las proporciones de la isla parece el cuadro de Pablo Van Meulen, que pintó un intercambio previo de princesas entre Francia y España en el centro del río Bidasoa en 1615. Esta función de la isla como enclave diplomático se repite a lo largo de los años, siendo también lugar para entrega de rehenes, y después de disputas pesqueras entre ambos países.

DESDE 1901

¿Y dónde están los faisanes? Algo así se preguntaba Victor Hugo cuando se acercó por la zona desde su casa de Pasajes, donde pasó una temporada en 1843. La respuesta es que ni los hay ni los hubo, aunque sí bastantes patos y algún cisne.

El nombre de la isla parece venir de una mala traducción de la denominación original en euskera en la época romana: Pausoa, es decir, paso entre las regiones de Aquitania e Hispania. De ahí acabó convertida en Faussans para los franceses y finalmente Faisans. Un lost in translation de manual.

Variedad de nombres y usos, pero un estatus internacional que se mantiene estable desde 1901: de agosto a enero la isla es francesa y de febrero a julio española. Algo que suele dar mucho juego para titulares que cada año intentan tirar del despiste y la cosa patriótica para conseguir el click de turno: que si España pierde territorio, que si la isla vasca que deja de ser española, que si Francia se queda con una zona española…

Isla de los Faisanes
¿Y los faisanes?Iker Morán

En 2018 una ceremonia militar escenificó el traspaso de jurisdicción, que normalmente se hace de forma automática el último día de enero y de julio. De hecho, ninguna bandera ondea en el islote que está bajo jurisdicción militar de las comandancias de San Sebastián y de Baiona, respectivamente. En realidad, son los ayuntamientos de Irún y de Hendaia los que se ocupan del día a día de este territorio.

Como decíamos, un ejemplo de diplomacia internacional y fronteras flexibles que, curiosamente, contrasta con el de otra frontera muy cercana. Y es que desde 2021 Francia mantiene cerrado un puente peatonal que une los dos países. En teoría, como medida contra el terrorismo yihadista. En realidad –denuncian desde Irún y Hendaia a ambos lados del río– para evitar el paso de migrantes. Desde entonces, una decena de personas han muerto intentando pasar la frontera, la mayoría ahogadas en el Bidasoa.

ISLA DE LOS FAISANES NO ES UN CASO ÚNICO EN EL CONTINENTE


“En Europa podemos encontrar la isla de la Felicidad, que comenzó a aparecer hace 20 años en el golfo de Mesura (específicamente en la desembocadura del río Danubio) y cuya soberanía es compartida por Ucrania y Rumanía”, aclara Antonio Manrique de Luna, profesor de Organizaciones Internacionales y de Derecho Internacional Público de la Universidad de Deusto.

Isla de los Faisanes

Isla de los Faisanes. Vista aérea de la isla. Google Earth

Y aclara: “La isla de los Faisanes es una inspiración en el ámbito internacional porque es una evidencia de la cooperación transfronteriza y de la soberanía compartida que existe en pleno siglo XXI . Es un lugar de confluencia entre territorios y poblaciones contiguas que se materializa a través de una cooperación transfronteriza eficaz”.

“Durante el periodo de soberanía española, al menos una vez cada cinco días se navega por los alrededores de la isla y prácticamente a diario se efectúa un reconocimiento visual desde tierra, por otro lado todos los meses, al menos una vez, se desembarca en la isla para su reconocimiento. Las labores se reducen a un reconocimiento visual y comprobar que todo está en orden, puntualmente se toman algunas medidas correctivas, un árbol que se cae, muy rara vez recoger algo de basura y poco más”, aclara el capitán de fragata don Luis Rodríguez Garat, Comandante Naval de San Sebastián.

Y es que el acceso a la isla está restringido a momentos muy puntuales y con permiso. “A la isla solo se puede acceder mediante embarcación, nunca hemos observado a nadie en la isla, eso no quita que en un momento puntual, algún piragüista, de los muchos que cursan el rio, haya podido desembarcar, por otro lado, a finales de julio se celebran las fiestas de Behobia (un barrio de Irún), durante estas fiestas, tiene lugar en la isla un conocido Festival Internacional de Danza que ya lleva más de 25 ediciones”, apunta Rodríguez Garat.

¿Se está desaprovechando su potencial turístico-histórico? El profesor Antonio Manrique de Luna confía en sus posibilidades. “Sería conveniente potenciarlo como un polo de desarrollo turístico que permitiría a las personas que lo visiten comprender diversos aspectos que son relevantes para la sociedad en general. De esa manera, se podrían generar beneficios económicos para las poblaciones fronterizas".

Portal de América - Fuente: Condé Nast Traveler

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