La asociación que agrupa a las agencias de viajes de Europa (ECTAA) se opone. Dice la patronal que lo que en la práctica puede ocurrir es que las agencias que organizan un viaje para un cliente se puedan ver obligadas a pagarlo en su totalidad (a los hoteles o más probablemente a los transportistas) mientras que al cliente sólo le pueden cobrar el veinte por ciento, generando un monumental problema de tesorería.
Las agencias también prevén que esta medida, si se llega a introducir, puede afectar a los precios, dado que la solución consistirá en pagar intereses bancarios que, lógicamente, deberían repercutir en los clientes finales.
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