por Sergio Antonio Herrera, desde Montevideo
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Por diferentes razones, a veces por distancia, por elegir opciones diferentes de compromiso, o simplemente por disfrute de la familia, los afectos y los lugares de preferencia, nos hemos ido ausentando del vértigo de la rutina social, de la acostumbrada por décadas presencia invariable en conferencias, lanzamientos, charlas, etcétera. Ese dato de la realidad, sin que fuera un objetivo, ha ido generando que cuando vamos a algún evento siempre haya alguien (generalmente, afortunadamente, más de uno) que nos quiere decir algo.
Históricamente los datos de la realidad han indicado que nuestra audiencia jamás ha sido (ni lo será) masiva, simplemente ha ido afirmándose y dentro del ámbito que nos ocupa, una abrumadora mayoría, casi unánime, lo cual no es nada menor. Analizamos, estudiamos, nos expresamos opinando acerca de un tema que es reservado para "gente del palo" y no sólo del turismo o la aviación, también de la comunicación, de la política, de la economía, de la educación y algún otro extracto social interesado.
A lo largo de los años hemos sostenido un estilo que algunos apresuradamente califican de polémico, agresivo e inclusive hasta de partidario o de interés particular. Tenemos la felicidad de saber sobradamente hacia donde vamos y cómo vamos, de la única manera que sabemos, que lo sentimos, que nos complace escribir o hablar: siendo independientes, ecuánimes y pretendidamente coherentes.
Entonces, si bien nunca recibiremos el oro en el Google Analytics (tampoco lo pretendemos, de verdad), ni ningún otro oro o brillo parecido, de vez en cuando (y cada vez más seguido) nos llegan caricias al alma que no lo podemos negar, nos llenan de orgullo y de paz.
Esas caricias vienen después de muchos años de saber que en el mundillo de la actividad, diferentes actores en los más variados sectores, repetían frases como:
"Que deje de pelearse con todo el mundo"
"Quisiéramos contratarlo pero con su estilo espanta a los auspiciantes"
"Si sos columnista nuestro tenés que olvidarte de López Mena"
"Al Negro no lo lee nadie"
"Si seguís avisando en el Portal no te mandamos más visitantes oficiales a tu hotel"
Esas frases, esas convicciones, ese statu quo, nos costó a lo largo de los años, incontables cifras en moneda fuerte de auspicios no contratados y por ende, daño directo, nada colateral.
Y en lo que concierne directamente a lo que nos convoca, no han sido uno, dos o tres años, sino que durante la administración del Frente Amplio al frente del MINTUR hemos pasado casi por todos los procesos de tirantez, de controversia, fundamentalmente en el segundo y en el tercer período, casualmente mientras estuvo bajo la conducción de Liliam Kechichian. Debatimos virtualmente y personalmente ácidamente, hasta que llegó un momento en el que no debatimos más, directamente, no nos hablamos más.
Cuando finalizó el evento "Foco CAMTUR" en el Hilton Garden Inn el jueves, vemos que se acerca la actual senadora, nos tiende la mano y sonriente nos dice: "¿Cómo estás, tanto tiempo?. Estás viajando mucho!!, te leo, te leo siempre, puteo despué s¡!! pero te leo!!".
Casi con una carcajada le respondimos lo usual cuando alguien nos dice que nos lee siempre: "No es mi culpa!!".
Fue un muy grato momento.
De grandeza espiritual de una figura política y social de referencia que nos reconfortó, pero que no nos sorprendió.
En algún momento y no hace mucho tiempo, ambos supimos que nos respetamos, a pesar de todo.
Gracias Liliam. Sigamos trabajando por lo que nos une, el turismo.