por Sergio Antonio Herrera, desde Punta del Este
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Para empezar, la escalada por encima del 40% del precio de las acciones de empresas argentinas que cotizan en Wall Street son un anticipo del momento que se vive.
En el receptivo
A partir del 10 de diciembre le diremos adiós al expectante calvario de las medidas inesperadas de neto corte proteccionista y retrógrado como el que hemos sufrido desde los gobiernos kirchneristas como el corte de puentes durante cinco años, o que antes de cada verano estuviésemos con el "Jesús en la boca", rogando para que no hubiesen decretos "de la galera" o que no coloquen más impuestos o tasas arbitrarias al uso de las tarjetas de crédito de los argentinos que "osaran" cruzar el río para veranear en nuestras costas.
Anoten este dato curioso que sigue. No solamente no serán más "estigmatizados" por vacacionar en Punta del Este los empresarios o funcionarios afines al régimen que acaba de ser vapuleado, sino que esos mismos ex estigmatizadores, serán quienes no solamente vendrán como turistas, sino que engrosarán (¿o sustituirán a los actuales?) el número de residentes argentinos en nuestro territorio por razones más que obvias.
La inminente temporada alta, especialmente en el Este, volverá a ser la ideal (aunque a la mayoría le dé pudor reconocerlo), y como mínimo similar a la del año pasado, aunque creemos que puede haber un notorio "plus Milei".
El pudor entrecomillado responde a que a pocos desde este lado del río les da la nafta para reconocer que el verano ideal es aquel en el que vienen "Todos los que tienen que venir", en su mayoría argentinos, pero también brasileños, paraguayos y uruguayos, de alto poder adquisitivo, que "mueven la aguja" de la economía del destino pero que no saturan en número los restaurantes, los estacionamientos, las playas, las piscinas, etcétera. O sea, que la variante "coyuntura económica", se encarga por sí sola de devolverle principalmente a Punta del Este y su área de influencia, el rótulo de "exclusivo" y por ende, el de destino glamoroso.
El "plus Milei" se trata del retorno paulatino "a la vida" de la clase media argentina postergada arteramente por los gobiernos K, y ese segmento es el que puede generar que la temporada sea más extensa y le dé frutos a los hoteles de dos y tres estrellas de toda la costa, incluidos obviamente los de Montevideo, Canelones y Rocha, además de los de Maldonado y de alguna forma a Colonia y destinos litoraleños sobre el Río Uruguay, que paulatinamente, Dios mediante, en un lapso relativo de tiempo verán que sus economías vuelven a la normalidad recibiendo turistas argentinos.
En el emisivo
Los cambios más salientes de la nueva filosofía gubernamental del vecino páis se operarán en lo relacionado al transporte aéreo.
La aparición de Mauricio Macri en el equema de Milei, seguramente traerá bajo del brazo una política de cielos abiertos y la más que factible desaparición (al menos con su actual estructura) del "caballo del comisario" que es Aerolíneas Argentinas.
Si nuestras autoridades esta vez "ven", lo que no vieron las que actuaron en el período del anterior gobierno macrista (administración frenteamplista), correremos el riego de quedar otra vez, por fuera de la "revolución de los aviones".
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