por Nicolás Raffo Menoni, desde Montevideo
Para eso, es necesario también reconocer que no todas las generaciones respondemos, ni utilizamos igual las herramientas disponibles, debido a múltiples factores causales como el conocimiento, la familiaridad con las nuevas herramientas, el acceso y las competencias necesarias para utilizarlas.
En este artículo intentaré plantear un camino posible para poder identificar primero a esos públicos, definiendo sus características principales, sus particularidades y cantidades a nivel global, para intentar hacer un planteo de las mejores herramientas a utilizar.
La Inteligencia artificial hoy es una herramienta que llegó para quedarse y que facilita ese trabajo de captación y comunicación. Si bien es cierto que hay generaciones que no utilizan esas herramientas, eso no quita que los encargados de la comunicación puedan hacerlo para facilitar sus tareas y para poder sistematizar y automatizar procesos que permitan realizar una comunicación más fluida y eficaz.
Las definiciones de los diferentes grupos etáreos tienen consenso en cuanto a su denominación, pero podemos encontrar leves variables entre los años tomados de referencia para definir a los integrantes de una u otra generación. Ante esta realidad asumiré una definición posible y a partir de ella trabajaré los conceptos a desarrollar.
Las generaciones etáreas que utilizaré responden a esta categorización:
- Generación Silent: Nacidos entre 1928 y 1945
- Baby Boomers: Nacidos entre 1946 y 1964
- Generación X: Nacidos entre 1965 y 1980
- Generación Y o Millennials: Nacidos entre 1981 y 1994
- Generación Z o Centennials: Nacidos entre 1995 y 2009
- Generación Alfa: Nacidos entre 2010 y 2024
- Generación Beta: Nacidos entre 2025 y 2039 (esta generación no la desarrollaré en este trabajo.
A partir de esta definición plantearé una tabla con diferentes variables y aclarando que en el caso de las cifras que se planteen, son estimativas y no definitivas, ya que las mismas cambian permanentemente.
En base a las características y detalles compartidos en la tabla precedente, que desde ya aclaramos que no son excluyentes y que pretenden ser generalistas y abarcativas de cada generación, podremos definir mejor el tipo de mensaje a compartir, como así también los medios y canales por los cuales serían más eficientes esas comunicaciones con cada generación.
Es real que hoy en día los medios de comunicación tradicionales han evolucionado y adaptado sus pautas a los avances tecnológicos disponibles, lo que también ha dado lugar al surgimiento de nuevos medios que denominaré como No tradicionales.
Esos medios coexisten y no son excluyentes unos de los otros, es más, en muchas oportunidades terminan siendo complementarios entre sí.
Para este trabajo definiré a los primeros como medios de comunicación tradicionales no tecnológicos o con poca incidencia de las TICs en su funcionamiento y a los segundos como medios No tradicionales en los que las TICs tienen una incidencia predominante para su funcionamiento.
En base a lo anterior presentaré otra tabla en la que definiré aquellos medios que se adapten mejor para comunicarse con cada generación.
Conclusión
La comunicación es un proceso fundamental y no se puede desconocer que las personas hoy son impactadas diariamente por innumerables mensajes y por innumerables medios y canales de comunicación, que llevan a que haya una saturación informativa que dificulta ese proceso.
Se debe agregar que las propias personas también son generadoras de datos, contenidos e información, lo cual no hace más que complejizar este proceso.
No es una paradoja decir que: “En la era de la comunicación las personas están cada vez menos comunicadas y más desinformadas”.
A la hora de querer incidir en los hábitos de compra de los posibles turistas, es esencial para los destinos considerar las apreciaciones precedentes y las características de cada generación mencionada para poder generar los mensajes correctos, en los momentos correctos y a través de los canales y medios correctos.
De la tabla precedente es interesante resaltar los porcentajes de personas que hay dentro de cada generación y también los porcentajes de riqueza global que poseen, que pueden ser indicadores interesantes a la hora de segmentar potenciales públicos consumidores, sin despreciar que esas cifras deben ser bajadas al contexto de cada lugar para poder definir estrategias más eficientes y viables.
Por ejemplo casi 60 de cada 100 personas habitan en el continente asiático, mientras que en Latinoamérica somos unas 8 de cada 100.
Un análisis similar podríamos hacer con respecto a dónde están las personas con mayor y menor poder adquisitivo o riquezas acumuladas. Otra variable válida podría ser analizar las facilidades de conectividad con los diferentes públicos y así seguir agregando y complejizando variables para poder intentar acotar y mejorar las propuestas.
Al ser muy alta la competencia por las mismas personas y con infinidad de mensajes recibidos en forma diaria, no debe escaparse que si se hace todo bien, la tarea para quienes comunican es tremendamente difícil.
Si se hace mal o directamente no se hace, las chances de que se esté generando mensajes inútiles aumentan exponencialmente.
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