IA: Desafíos, oportunidades y muchas preguntas a responder
Lunes, 07 Abril 2025

IA: Desafíos, oportunidades y muchas preguntas a responder

La Inteligencia Artificial (IA) es un hecho y los actuales avances no hacen más que confirmar que seguirá irrumpiendo con fuerza en el quehacer diario de la humanidad.

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por Nicolás Raffo Menoni, desde Montevideo, para PDA Magazine 7

Podemos definir a la IA como a la capacidad de las máquinas para poder imitar y realizar funciones cognitivas humanas como la toma de decisiones, la percepción e incluso el aprendizaje.

A esa capacidad se le debe agregar la velocidad en el procesamiento, en la eficiencia y en el  volumen de datos que puede utilizar al mismo tiempo para realizar esas funciones, y en ese detalle radica la gran diferencia frente a la capacidad humana.

Mucho podemos discutir sobre si es un antes y un después para la humanidad, si estamos al borde de perder el control o no de su independencia y sobre cuando se alcanzará o no la singularidad (que sería el momento a partir del cual las máquinas serían más inteligentes que los humanos).

En un artículo anterior, que publicara el año pasado, comentaba que en mi opinión es irreal intentar adivinar cómo será el futuro, partiendo de la lógica de que lo hacemos con nuestro entender de hoy, que en breve podría quedar del todo obsoleto ante las capacidades que podrían devenir a partir del desarrollo de la IA, que estarían por fuera de las lógicas y razonamientos que comprendemos hoy.

Esta apreciación fue sin afán de futurología o en plano de propuesta conspirativa.   Se planteó desde el hecho de que es impensado conocer hoy los avances que podrán venir.

Esto no lo digo yo, nos lo dicen las olas de avances tecnológicos que se vienen dando, y que en plazos cada vez menores de tiempo cambian radicalmente los avances anteriores y de ahí la dificultad para poder proyectar hacia adelante.

Ante estos escenarios tan volátiles no queda otra que prepararse y tratar de conformar estructuras flexibles y resilientes que puedan adaptarse rápidamente a esa realidad.

Al día de hoy es real que todos sin excepción interactuamos en nuestro diario vivir con la IA a pesar de que podamos ser conscientes o no de esa realidad.

Otras miradas sobre la IA

En este artículo o reflexión me gustaría pararme sobre otro aspecto de la IA y sobre todo en lo que respecta a su desarrollo y evolución.

Sin dudas deberemos replantearnos qué es ser humanos y cómo interactuaremos con una realidad artificial que ya está y llegó para quedarse.

Pero un aspecto que sin dudas me preocupa, es el hecho de que ese desarrollo de la IA no deja de ser un aspecto comercial, en el que unos pocos terminan decidiendo por muchos, sin que estos puedan tener chance alguna de decidir.

Ante un panorama tan brutal como el del avance de la IA y sobre todo la generativa, que es la variante que permite generar nuevas aplicaciones para la síntesis del conocimiento con el que se eduquen a estos modelos; y a partir de esas creaciones incidir en el comportamiento y en las decisiones de los humanos no debería de ser un detalle menor.

Hoy asistimos a un oligopolio donde pocas compañías como Open Ai, Microsoft, Google, Antrophic y muy pocas más se juegan el gran pastel de la humanidad.   

Estas compañías son principalmente estadounidenses y ante esta realidad, potencias como China, Rusia e incluso Europa que se ha despertado tarde están viendo con miedo como pueden quedar fuera de ese pastel y obviamente intentan e intentarán ser parte de ese juego, para por lo menos poder comer parte de ese pastel.

Estamos frente a una verdadera competencia global para poder dominar el desarrollo de la IA, y en realidad no es global, es para parte del globo, porque se darán cuenta fácilmente que para las naciones con menos poder de caja, será más que difícil poder sumarse a esa batalla, debido a las grandes barreras de ingreso que hay al juego.

Ante eso, si podremos subirnos al tren de la evolución de la IA, pero será para ver como son otros quienes diseñan el paisaje y las reglas de juego, y habrá que tratar de apañarse para poder estar, porque ese tren no va a parar.

Ese detalle tampoco debería de ser menor, porque este oligopolio ha dado lugar a personajes e ingenios que han amasado enormes fortunas, que en muchos de los casos alcanzan sobradamente para comprar el PBI entero o las deudas externas de muchos de los países en desarrollo.

Si no lo cree, vayamos a un dato ejemplificador; Elon Musk, cuya fortuna se calcula en más de 400 mil millones de dólares, tiene caja como para superar el PBI completo de Uruguay, que ronda los US$80 mil millones de dólares  y su deuda externa que ronda en los US$50 mil millones.

Con esas cifras, no es difícil imaginar que una persona con esa riqueza tendría la oportunidad de comprar al país entero (situación poco probable y figurativa), pero que si lo coloca como una persona con mucho poder de influencia y decisión a la hora de presionar a eventuales gobiernos.

Esta situación no es una idea o una suposición; en los hechos pasa y lamentablemente tenemos ejemplos en que con miles de millones de dólares arriba de la mesa que se ofrecen para poder establecerse en algún lugar “X” o que se ofrecen para desarrollar plantas de desarrollo para la IA, en países en desarrollo significan varios puntos de su PBI y eso tienta y presiona en el mejor de los casos a quienes tienen que decidir.

Esta situación que planteo, sin duda quita parte de la soberanía a muchas naciones que no pueden establecer reglas de juego para ese desarrollo de la IA y que tampoco tienen medios como para poder desarrollar una innovación alternativa que responda a sus intereses comerciales, culturales, religiosos, etc.
También los modelos con que se entrena a esas IA obedecen a la ideología, forma de pensar y actuar  de quienes las desarrollan, y que como la humanidad se ha cansado de mostrarnos, los humanos somos unos 8,200 millones actualmente, pero nos dividimos en banderas, religiones, formas de pensar y actuar que en muchos casos son bien diferentes e incluso antagónicas entre sí, por lo cual dominar la IA sería otra forma de poder establecer un poder para quien la domine.

No debería de quedar fuera de esta reflexión la tan mencionada brecha digital, que ante los avances de la IA dará lugar a otro tipo de brechas más grandes entre quienes pueden acceder, quienes pueden pagar, quienes pueden entender y utilizar la IA y quienes no.

Tampoco deberían de quedar por fuera los problemas asociados a la seguridad de la información, su veracidad y la ética en la generación y uso de contenidos, que llevan a tener que modificar y actualizar las normativas existentes, por no adaptarse a estos nuevos contextos.

Sin dudas hay muchas oportunidades y desafíos sobre los avances que vengo mencionando, pero deberíamos pararnos a reflexionar y plantearnos un montón de preguntas para saber hacia dónde ir, sí;  pero también para definir cómo y cuándo podremos ir.

El Turismo y la IA

Para nuestra actividad, no es novedad que la IA ya se está utilizando y que todos los modelos actuales de gestión de destinos, independientemente de cual se elija, tienen en la tecnología y la innovación parte de sus pilares fundamentales.

Es impensado gestionar un destino hoy sin sacar provecho de esos avances y sobre todo de las posibilidades de acción que permiten.

Pensar en la comunicación, la comercialización, las experiencias en los destinos, la accesibilidad y la inclusión, en el marketing y la promoción, en el transporte y en el alojamiento, etc.

Todas las actividades y áreas mencionadas son cruzadas y abordadas literalmente por los avances de las TICs y entre ellas la IA.

Pongamos un ejemplo práctico

Un destino que saca un spot publicitario, que gracias a las posibilidades de la IA ha podido segmentar, y posee un video corto, pensado para parejas de recién casados donde se les muestra todas las experiencias y lugares que podrán disfrutar.

Luego que se les convenció, esa pareja compra los pasajes aéreos, hace las reservas hoteleras y alquilan un automóvil para desplazarse en el destino, en el cual previamente ya vieron varias de las ofertas disponibles e incluso han realizado reservas para algunas de ellas.

Ya alojados en el hotel, el establecimiento les espera con una sorpresa de recién casados y con una habitación que regula automáticamente por domótica todos los aparatos e iluminación de la habitación.

Ya alojados interactúan con un chatbot de la División Turismo del lugar que les asesora personalizadamente y en su idioma sobre los principales atractivos de la ciudad y les da sugerencias en base a sus gustos y posibilidades.

Todo el ejemplo anterior, hace unos años hubiese sido impensado para el común de la gente.    

Actualmente ya es una realidad en gran parte de los establecimientos y destinos de muchos lugares.

Todo eso está favorecido por el avance de las TICs y en muchos de esos casos por los avances de la IA.

Hasta ese punto, una maravilla.

Pero deberíamos interpelarnos sobre si esa realidad tan idílica para muchos no es como pegarse un tiro en el pie.

¿Por qué?

Porque el uso de esos avances no es inocuo, ni gratuito.   Y no me refiero solo a lo económico; me refiero también a los impactos ambientales que genera el uso de esos avances.

En artículos anteriores mencionaba que por ejemplo ChatGPT, que es una de las IA más utilizadas hoy, necesita para generar un texto de 100 palabras un promedio de 519 mililitros de agua, el equivalente a una botella. Este consumo, que puede parecer mínimo en la escala de una sola consulta, se magnifica cuando se analiza el impacto a gran escala.

En épocas donde la Sostenibilidad  es una necesidad impostergable; termina siendo nuevamente un lindo eslogan y un error en el que los humanos seguimos cayendo; el de pensar que los avances de las TICs serán nuestra gran salvación.

Y si quieren agregar otra perla más al collar, les dejo las cifras que maneja la ONU respecto a la generación actual de basura digital que no estamos siendo capaces de reciclar.  En 2022 se generaron 62 millones de toneladas de basura electrónica, lo que equivale a 1,55 millones de camiones de 40 toneladas.   Demás está decir que esas cifras, lejos de disminuir han aumentado en los últimos años y que actualmente se están reciclando en su cuarta parte (25%).

Hoy hablamos del impacto o la “huella de carbono” en el uso de la IA que tomado a cifras globales es impactante.

El cierre de esta reflexión

Como un aporte a la reflexión e intentando aportar una mirada crítica sobre el tema de la IA quisiera puntualizar que soy uno de los que se maravillan si con las posibilidades que nos brindan esos avances, pero también me preocupa que cada vez más se tomen como la verdad absoluta, cuando hay muchas personas que no pueden acceder y que en muchos casos accediendo pueden caer en formas de sugestionamiento e inducción a comportamientos que pueden ser manipulados por los avances que he mencionado.

Un detalle que no he mencionado es que los resultados que brinda la IA, sobre todo en materia de consultas, puede presentar varios errores en lo que respecta a su veracidad, lo que se conoce con el término de “alucinaciones”.

Lejos de querer demonizar a la IA, pero tampoco queriendo adoptarla como la verdad absoluta, quier oplantear una tabla con oportunidades y desafíos a resolver que espero pueda servir de guía para comprender mejor las potencialidades pero también las amenazas de la IA.

La planteo en términos de ventajas y desventajas, aclarando desde ya que podrían ser muchas más e igualmente válidas y que no las profundizaré en su desarrollo para esta ocasión.

Portal de América

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