Fuimos invitados a este recorrido por la historia, la naturaleza y la Fe, junto a otros medios de comunicación, representantes y delegados de la Iglesia Católica, expertos laicos en turismo religioso, académicos, consultores, autoridades locales y regionales, responsables de infraestructura, organizaciones religiosas, especialistas en patrimonio religioso, empresarios hoteleros, gastronómicos y agentes de viajes, empresas de transporte y asociaciones de turismo y comercio, un gran equipo multidisciplinar que está aportando cada uno desde su óptica, sobre cuáles son las mejores herramientas para el éxito de la participación de Cantabria en el Jubileo 2025 y su correspondiente promoción.
Los participantes, llegaron desde distintos lugares a primera hora de la mañana al Aeropuerto Adolfo Suarez, Madrid Barajas, partiendo finalmente desde la caótica estación de Chamartín, (dada vuelta por sus obras de ampliación y las permanentes incidencias en los trenes de Cercanías que tiene bajo la mira la gestión del ministerio de transporte) en un confortable bus rumbo a Santander, durante el ameno trayecto nos fuimos informando sobre las actividades que íbamos a emprender.
A las 18:00 hs se celebró el acto de bienvenida en la Catedral por parte del Obispo de Santander, juntamente con una interesante explicación sobre el edificio, construido entre los siglos XII y XIII, que sufrió la catástrofe de incendio que destruyó media ciudad en 1941, hoy reconstruido con su aspecto original, seguidamente participamos en una emocionante celebración de la Santa Misa, concelebrada por 15 sacerdotes y dos obispos.
Luego de la Misa realizamos un breve recorrido histórico-cultural por la siempre acogedora ciudad de Santander, con su imponente Palacio de la Magdalena, regalo de la población local al Rey Alfonso XIII, donde alternaba sus veranos en el “Sardinero” con la Playa de la Concha en San Sebastián, un rey que puso los cimientos del turismo español, turismo que llegaría a su momento cúlmine de lanzamiento al mundo, a mitad del siglo pasado en Torremolinos, que como siempre decimos “donde todo empezó”.
Terminamos la jornada con una cena de camaradería donde comenzamos a vivir el espíritu de este viaje de “peregrinación”, teniendo la oportunidad de conocer a Carlota Valenzuela, experta en “peregrinaciones a pie” y entusiasta difusora del Evangelio, que nos contó sobre su peregrinación de Finisterre a Jerusalén, una experiencia alucinante que les contaremos otro día.
Nos fuimos a dormir con la expectativa del viaje que iniciaremos mañana al “Camino Lebaniego”.
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