Una noche rioplatense por todo lo alto
Viernes, 04 Octubre 2024

Una noche rioplatense por todo lo alto

Todo lo que tiene que ver con la memoria, con la sensibilidad, con nuestra propia historia, lo expresamos en 70 años de Cynsa publicada en la quinta edición de PDA Magazine. Hoy queremos referirnos a la celebración del aniversario llevada a cabo este jueves 3 de octubre en el Zanjón de Granados, en pleno barrio de San Telmo en Capital Federal. Fue una noche singular en todas sus acepciones y por ello, queremos comentarla. Para empezar, reafirmamos la validez del subtítulo colocado en tapa en la vigente quinta edición de PDA Magazine: "Homenaje a una de las operadoras turísticas más rioplatense".

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por Sergio Antonio Herrera

El lugar escogido

El Zanjón de Granados es "la obra de recuperación arqueológica más importante de la Ciudad" según "Visit Buenos Aires", que en su sitio lo define así: "Este complejo está ubicado en lo que fuera la séptima y última manzana sur de la ciudad fundada en 1580 por Juan de Garay. No era el límite sur por casualidad, sino por el hecho de que por esa manzana corría un arroyo, uno de los tres que llevaban las aguas de los altos de la ciudad hacia el Río de la Plata. En el siglo XX, en la década de los años 1980, el actual propietario del lugar hizo un involuntario hallazgo arqueológico: mientras intentaba recuperar esta casa de estilo italiano, cuya fachada y patios datan de la primera mitad del siglo XIX. Como resultado de las excavaciones, se recuperaron bajo la casona y los edificios linderos, restos de los túneles que alguna vez encauzaron el Zanjón de Granados, cisternas, aljibes, utensilios, recipientes y restos de construcciones del 1700, 1740 y 1830".

Desde hace meses en nuestros intercambios con Alejandro Amestoy fuimos entendiendo la importancia que le daba a esta celebración, y teníamos muy claro por lo que hablamos, que el lugar de ninguna manera podía ser "uno más".

La cuerda de tambores que nos recibió al bajar del coche que nos condujo hasta la calle Defensa fue más que una agradable sorpresa, sentimos a pura lonja y madera la presencia de nuestra orilla del Plata.

La recorrida por los túneles y la llegada al salón principal daba el mensaje de que se trataba de un escenario de las "grandes ligas".

La ambientación, la gastronomía, el servicio, el show lo reconfirmaron, pocas veces ese "todo" logra los 10 puntos, esta vez, fue una de esas pocas.

Los invitados

Más de 400 personas llegadas específicamente para el evento desde diversos rincones de todo el mundo.

Quienes llegaron desde el exterior en su mayoría eran clientes.

Autoridades del turismo local y la presencia del embajador de Uruguay Carlos Enciso y el director nacional de turismo de Uruguay, Roque Baudean.

La mayoría de los presentes obviamente argentinos, incluido todo el equipo de Cynsa en esa rara mezcla de invitados y anfitriones.

El mensaje

Lo que dijo Alejandro Amestoy en poco menos de media hora de oratoria fue de tal acierto, marcado con tanta excelencia que consagró la forma de hacerlo en un rotundo éxito.

Estamos acostumbrados al maestro de ceremonias y a los anfitriones leyendo un discurso con baches propios de la inexperiencia o por la emoción del momento.

Esta vez vimos pararse primero, y durante todo el tiempo moverse en el escenario circular con soltura profesional, a un ser humano igual a la fiesta: singular.

Alejandro supo decir sin decir; transmitir con gestos o silencios que se estaba celebrando más que un aniversario una historia diferente, la de una empresa rioplatense "al revés", uruguaya en Argentina y no como la inmensa mayoría actual que son argentinas en Uruguay.

Reverenció durante todo el tiempo a sus padres sin excederse en ningún momento, recordándolos con admiración, respeto y amor. Habló del legado de honorabilidad trasmitido por "el pelado", mantuvo presentes a su hermanos varias veces rememorándolos y rememorándose como los revoltosos que correteaban por la oficina y hasta tomaban la mamadera en la vieja Cynsa.

Con el rostro sonriente y pleno de felicidad, confesó haberse enamorado de la Argentina y que sentía verdadero placer al ir por el mundo vendiendo turísticamente a los dos países pero al mismo tiempo supo referenciar con acierto -mencionando a algunos-, a todos los clientes llegados desde el exterior.

Los dos agradecimientos del final fueron elocuentes, "a los padres que me tocaron y al equipo de Cynsa sin el que nada de esto sería posible".

Luego de asistir a la FIT que terminó el martes, nos quedamos exclusivamente para vivir esta noche.

Acertamos, la recordaremos por siempre.

 

 

 

 

 

 

Portal de América

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