Vea al final la galería de imágenes, tómelo con calma...
Desde junio de 2019 hasta marzo de 2020, en todos los meses, llovió menos que el promedio histórico en el estado de Paraná, provocando una de las sequías más severas en los últimos 50 años.
Según el monitoreo hidrológico del río Iguazú, el flujo de agua a inicios de abril era el 17% del promedio normal en las cataratas. Eso significa un flujo de 259.000 litros de agua por segundo en lugar del normal de 1.5 millones. La recuperación de este período de sequía podría ocurrir recién con las lluvias de verano, si se mantuvieran los valores normales.
El Parque Nacional está cerrado para visitas desde el 18 de marzo debido a la epidemia del coronavirus.
El Iguazú tiene seis plantas hidroeléctricas y nace en la región de Curitiba, cruza el estado y desemboca en Foz, en las cataratas.
En marzo, la lluvia promedio para Curitiba era de 129 mm, sin embargo, sólo se registraron 12 mm. En Foz de Iguazú, el promedio para el mismo mes era de 128 milímetros, pero llovió sólo 49. La última vez que el monitoreo hidrológico registró el flujo promedio normal en las Cataratas fue el 18 de enero de 2020. El peor período de sequía en las cascadas, ocurrió en mayo de 1978. En ese momento, el flujo era de 114 mil litros de agua por segundo.
Según el Parque Nacional Iguazú, se catalogan 275 saltos, lo que le da a las Cataratas el título del conjunto de cascadas más grande del mundo. Además, se consideran una de las Siete Maravillas de la Naturaleza.
En la jornada del sábado 11, el monitoreo registró 434 metros cúbicos por segundo (un metro cúbico = 1.000 litros), por lo que en los últimos días el caudal aumentó más de 120 metros cúbicos por segundo.
Esto se debe al compromiso que asumió Brasil de mantener el caudal de agua en 350 metros cúbicos por segundo, luego del pedido que elevó Cancillería argentina por la emergencia hídrica en la zona. También se gestionará politicamente para que Paraguay haga lo mismo con sus compuertas en Itaipú.
El caudal de agua no alcanza para recuperar todos los saltos del atractivo turístico más importante de la provincia de Misiones, pero permite recuperar el paisaje de las cascadas más importantes, como ser Garganta del Diablo, el Salto San Martín y Bernabé Méndez.
El aumento progresivo del caudal del río Iguazú ya marca una diferencia en el paisaje de una de las siete maravillas del mundo, si bien la cantidad de agua que se desploma en lo saltos actualmente no alcanza el tercio normal, este aumento favorece a la flora y la fauna de la zona que se encontraba desprovista de humedad.
Los ríos de la mesopotamia argentina alcanzaron en algunos puntos su nivel más bajo en 90 años. La represa de Itaipú es la más grande del mundo, por lo que su bloqueo al caudal del río Paraná en estas circunstancias es drástico para las necesidades río abajo. Por ello, el pedido tanto para Brasil como Paraguay, es que se liberen unos 1500 metros cúbicos por segundo al río Paraná desde la represa de Itaipú.
Las consecuencias se vieron rápidamente, especialmente en el sistema eléctrico argentino. Tanto la represa de Yaciretá, sobre el río Paraná, como Salto Grande, sobre el río Uruguay, quedaron imposibilitadas de generar energía en los niveles necesarios. Otros de los escenarios extraordinarios que entregaba la situación permitía cruzar a pie partes del río Paraná en cercanía de la triple frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay.
La situación de bajante de los ríos produjo mortandad de peces, y la bajante del río Paraná impactó sobre el puerto de Rosario encareciendo su logística.
Portal de América