Alas Uruguay: ¿la van a seguir "ninguneando"?
En julio de este 2015 la ministra de Turismo de Uruguay Liliam Kechichian se tomó la molestia de ir a Buenos Aires a entrevistarse con su par argentino Enrique Meyer para solicitarle que interceda ante la autoridad aeronáutica de ese país en favor de la compañía aérea boliviana Amaszonas en su pretensión de obtener las frecuencias que eran de BQB en el Puente Aéreo rioplatense. El pasado 8 de octubre, el mismo día que fue anunciado, en su cuenta de Twitter @likechichian escribió: "Excelente noticia. La linea Amaszonas comienza a cubrir el puente aereo Mont B Aires con 2 frecuencias diarias.".
Benjamín Liberoff: amo y señor del turismo uruguayo
De no haber sido por su desprolijidad administrativa la cual le costó la renuncia en el primer gobierno de Montevideo del FA, cuando Tabaré Vázquez lo designó Director de la División Turismo capitalina, Benjamín Liberoff habría sido en 2005 sin dudas el primer ministro de Turismo de la izquierda en la historia. Por aquella causa el designado fue el Doctor Héctor Lescano quien casi nada entendía del tema y Liberoff fue designado asesor. La inteligencia y la sabiduría política del Doctor Lescano hicieron que durante siete años el apetito voraz de trascendencia y de poder del entonces asesor no creciera, marcando el ministro su propio camino y dejando una huella muy importante por su compromiso con el sector.
BQB operaría puente aéreo con aviones de Amaszonas
Según trascendió este jueves 8, Carlos Pera el Gerente General de Amaszonas en Uruguay anunció que "Amaszonas BQB" obtiene permiso para volar con dos frecuencias a Buenos Aires. Según Hosteltur, "Amaszonas –que adquirió el certificado de operación de BQB- lo haría a partir de enero de 2016" y de acuerdo a La República que da cuenta que "La aerolínea boliviana Amaszonas adquirió la firma BQB al empresario Juan Carlos López Mena, comenzaría a volar en diciembre".
En Uruguay rige el desestímulo a la aviación comercial
En Uruguay, la regla de los últimos años parece ser que se debe desestimular la aviación comercial. Tanto desde el ámbito gubernamental a través de la inexistencia de políticas aeronáuticas, los organismos reguladores y su rigurosidad inapelable en las exigencias para la certificación y la crisis de conectividad desatada por el cierre de la excompañía de bandera PLUNA.

