por Sergio Antonio Herrera
El cuidador de coches apenas estacionamos nos prestó una linterna y le dijo a mi esposa que tuviésemos cuidado ya que el día anterior “se cayó una señora”.
Fuimos avanzando hasta llegar a la entrada de lo que fue el famoso boliche, como va dicho, filmando y fotografiando.
Como se ve en el video que compartimos, luego de tomar lo que fue la barra, fuimos girando a la derecha y notamos una oscuridad total por lo que quisimos prender la linterna del iPhone y...nos sentimos caer hacia adelante, sumergirnos, girar, golpear la cabeza contra una pared plana y pensar fugazmente que había llegado el final.
Como pudimos, nos incorporamos, emergimos y con los anteojos puestos y el celular en la mano derecha, trepamos y salimos, sin entender (totalmente atontados), lo que había pasado.
En el momento que caímos no había nadie en derredor, pero de inmediato escuchamos una voz femenina preguntando si precisábamos algo. Lo que ocurrió a partir de qué vimos la oscuridad, la caída, la salida, el llamado a Yoselin, su llegada y lo tragicómico del momento, está en el video, ya que increíblemente el iPhone siguió grabando y en este momento, estamos creando este texto en su teclado.
El regreso en condiciones deplorables al hotel fue dando paso a un progresivo e insoportable dolor en la rodilla derecha que ya veremos placa mediante, en qué termina.
Estaría bueno que quien deba tomar para sí la responsabilidad de prevenir que esto no le pase a nadie más, ponga manos a la obra y advierta, ponga alguna barrera, lo que sea.
La sacamos regalada ya que el golpe en la cabeza no nos hizo perder el sentido, de lo contrario nos hubiésemos ahogado y algún día nos hubiesen encontrado.
La Playa de Las Grutas
La pasarela de la izquierda desde el estacionamiento a la playa y la otra, la que lleva al lugar central donde estaba el boliche
La entrada
La vista desde el lugar central a la playa
Por aquí se entraba a la boite (así llamábamos a lo que hoy son boliches)
La barra, lo que queda de la estructura y de ahí, girando a la derecha..., la oscuridad y el gran susto.
Esta, podría haber sido la última foto. Gracias a Dios la podemos contar.
Portal de América
Comentarios