En épocas donde hablamos de ciudades inteligentes o SmartCities, es todo un desafío poder resolver las necesidades de siempre de las personas que las habitan (acceso a la vivienda, la educación, la salud, el transporte, la cultura y otros servicios esenciales que no siempre se resuelven en forma equitativa y terminan generando grandes brechas y dolorosas desigualdades).
En Montevideo por ejemplo tenemos un índice de urbanización que ronda en el 96%, o sea que en un territorio que es ampliamente rural (un 62% del total), más de 1 millón de personas vivimos en la zona urbana del departamento.
Las ciudades tienen peculiaridades como la alta densidad de población que las habita, la concentración de la actividad económica, política y cultural, y una infraestructura compleja.
Otras peculiaridades pasan por la existencia de centros históricos con una planificación a menudo diferente a la de las zonas modernas, la presencia de centros comerciales y atractivos turísticos, y el desarrollo de un transporte público extenso.
Sin embargo, también presentan desafíos y problemas específicos como la contaminación, la delincuencia, la falta de espacios verdes, las grandes brechas en el acceso a los servicios; especialmente en aquellas ciudades de rápido crecimiento y que no se ha planificado adecuadamente.
A nivel país el índice de urbanización es muy similar, ya que Uruguay tiene un 95% de población que vive en ciudades, en un país que tiene un 90% de su territorio rural.
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