La obra podría costar hasta 30 mil millones de dólares y se encuentra a medio terminar. Es utilizada por apenas unas 1.200 personas diariamente cuando las estimaciones iniciales señalaban que sería utilizado por 22.000 a 37.000 personas al día. La mayoría de los viajeros toman el tren sólo en tramos cortos entre Mérida y Cancún, o la cercana ciudad de Campeche.
Considerado vital para el turismo de la zona, se estimó en principio que los turistas lo utilizarían para salir de Cancún y explorar toda la ruta de 1,500 kilómetros alrededor de la península de Yucatán para visitar los sitios arqueológicos mayas que se encuentran en la península.
Pero una ruta de ida y vuelta desde Cancún al conocido complejo de templos mayas de Palenque ha atraído sólo a unos 100 pasajeros por día en cada sentido en los primeros seis meses de operación, un volumen que uno o dos autobuses por día podrían manejar.
Es cierto que la línea ferroviaria que une Cancún con los centros turísticos de Playa del Carmen y Tulum, una zona conocida como la Riviera Maya, aún no está terminada y sólo hay 17 trenes en funcionamiento pero es poco probable que la línea Cancún-Tulum haga rentable el proyecto, porque no pasa particularmente cerca de ninguna de las ciudades turísticas a las que se supone que debe dar servicio.
Según un estudio gubernamental de 2019, el ferrocarril costaría 8.500 millones de dólares y los beneficios estimados serían de unos 10.500 millones de dólares. Pero esos “beneficios estimados” siempre incluyeron muchos intangibles, como menor tráfico en las autopistas, viajes más rápidos o mayores ingresos por turismo, todos los cuales no ocurrieron o no estaban relacionados con el tren.
El futuro, impredecible y por resolver es si el proyecto será rentable en el mediano plazo, cuando se espera que esté en pleno funcionamiento, operando a plena capacidad y gestionado como una empresa estatal y no como una empresa privada”.
Portal de América - Fuente: Contacto News