Ahora, un técnico cualificado del fabricante ha contado que Boeing recibió cientos de piezas defectuosas de cuyo destino perdió el control y que, en muchos casos, es posible que se hayan instalado en los aviones nuevos que están en servicio. El técnico afirma que no hay un registro de dónde están las piezas defectuosas, las cuales debieron de ser devueltas al suministrador.
Al mismo tiempo, David Calhoun, el director de Boeing, compareció ante el Senado de Estados Unidos, donde está teniendo lugar una investigación sobre la conducta de la compañía. Y paralelamente, para que el escándalo no cese, las familias de las víctimas de los dos 737 Max caídos en Indonesia y Etiopía prosiguen sus acciones judiciales para que Boeing les indemnice con 24.000 millones de dólares por mentir.
En este asunto, ya se dictaminó que la indemnización tenía que ser menor, pero con el compromiso de que Boeing iba a introducir unos cambios radicales en sus procedimientos para que nunca más ocurriera una desgracia así. Ese compromiso se habría violado y eso es lo que se juzga ahora y por la violación de ese compromiso se exigen 24.000 millones.
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