
Tren Duronto Express sobre un puente antiguo de arcos de piedra en Daund Maharashtra, India. Lalam / Getty Images
HAZRAT-NIZAMUDDIN DURONTO EXPRESS, DE NUEVA DELHI A ERNAKULAM, INDIA
No hay red ferroviaria en el mundo que haga sombra a la india en cuanto a encanto y dinamismo se refiere. Esta ruta de dos días sale de la capital y recorre 2655 kilómetros hasta Kerala, atravesando los polvorientos y rojizos desiertos de Rajastán, cruzando las salinas de Gujarat y pasando junto a los pueblos de Maharashtra. Desde la comodidad de uno de los coches cama, muy sencillos pero también económicos, se aprecian las vistas más auténticas de la vida diaria de la zona. El tren pasa junto a chozas en llanuras en las que pastan búfalos mientras los niños juegan al cricket y el olor de la comida recién hecha abre el apetito. A bordo no faltan opciones para saciarlo: hay vendedores ambulantes que recorren los pasillos ofreciendo té con leche y café dulce, y en cada parada hay todo tipo de aperitivos fritos recién hechos, desde dosas y pakoras hasta bocadillos de tortilla. También se pueden encontrar objetos tan variados como barajas de carta o medias.
El momento clave es la segunda mañana, cuando los pasajeros amanecen frente a unas vistas increíbles del mar Arábigo, resplandeciente bajo la luz del sol. El tren lo bordea por la costa de Konkan, bajo la sombra que los cocoteros y palmeras proyectan sobre los coches al pasar.
El tren sale los sábados de la estación de Delhi Hazrat Nizamuddin a las 21:40 y llega a Ernakulam a las 18:15, dos días después. La ida en un coche cama con aire acondicionado ronda los 80€.

Vista area del paisaje arenoso con montañas al fondo que recorre el Ferrocarril Qinghai, Tíbet. Jaris Ho / Getty Images
FERROCARRIL QINGHAI-TÍBET, DE XINING A LHASA
No hay muchas rutas en tren capaces de dejarte sin aliento de forma literal, pero el ferrocarril de Qinghai, entre Xining, China, hasta Lhasa, Tíbet, es la que está a mayor altura de todo el mundo. Pero la belleza de los paisajes que recorre hace que merezca la pena el esfuerzo. El tren sale por la tarde de Xining y lleva a los pasajeros por la meseta de Qinghai en plena noche, pero cuando abras la cortina por la mañana, te recibirá la luz del sol inundando el compartimento y un cielo azul infinito sin una sola nube a la vista. En las 22 horas que dura el recorrido, el tren cruza llanuras arenosas y pasa junto a lagos plácidos como espejos, todo ello con las montañas de color chocolate alzándose en la distancia. A medida que el tren asciende hacia la cordillera de Kunlun, se escucha el leve siseo del sistema de oxígeno purificado de los coches. Las escarpadas laderas llenan los coches de reflejos azulados con su brillo helado, matizado por los colores de las banderas de oración tibetanas, mientras pasean por allí los yaks de espeso pelaje. Cuando el tren al fin inicia su descenso hacia el valle de Lhasa, las banderas chinas le dan la bienvenida a una de las ciudades más altas del mundo.
El tren sale de Xining a las 21:50 y llega a Lhasa a las 19:56 del día siguiente. La ida en el coche cama más cómodo cuesta unos 102€.

Paisaje nevado en Laponia finlandesa que recorre el Santa Claus Express. Pekka Keskinen
SANTA CLAUS EXPRESS, DE HELSINKI A ROVANIEMI, FINLANDIA
El tren de dos pisos se detiene en la estación de Helsinki, frente a andenes helados que crujen bajo botas de nieve. Aunque el Santa Claus Express funciona todo el año, el momento más demandado para embarcarse en la ruta de ochocientos kilómetros hasta Rovaniemi es, por supuesto, la temporada navideña. Familias, grupos de amigos y demás viajeros se suben al tren en la capital y ponen rumbo a la Laponia finlandesa, en el círculo polar ártico. En el coche restaurante, decorado con espumillón y con los cristales nevados y empañados por toda la gente arremolinada en su interior, los pasajeros se dan un festín de estofado de reno y albóndigas con puré de patata y mermelada de arándano antes de irse a dormir a sus compartimentos privados. El tren continúa su recorrido de doce horas hacia el norte, entre pinos nevados y preciosos lagos. Quien se quede despierto podrá observar, desde el asiento plegable junto a la ventana, las casitas iluminadas con luces navideñas entre los árboles y, con mucha suerte, un breve destello de la aurora boreal en el cielo oscuro.
El tren sale de Helsinki a las 19:29 y llega a Rovaniemi a las 7:20. Se pueden adquirir los billetes de ida desde 49€. Los compartimentos privados para dos personas cuestan 279€, y los niños menores de diez años pueden viajar gratis si comparten cama con un adulto.

Tren Belmond Royal Scotsman cruzando paisajes de las tierras altas escocesas. Belmond
THE BELMOND ROYAL SCOTSMAN
La ruta Taste of the Highlands de Belmond recorre los paisajes más impresionantes de Escocia durante dos noches, parando en lugares señalados para que los pasajeros participen en actividades como tiro al plato, pesca y catas de whisky. Sale de la estación de Edimburgo-Waverley, donde los pasajeros embarcan al son de la gaita antes de empezar su viaje hacia Fife, al norte. El Royal Scotsman es como una casa señorial eduardiana sobre ruedas, todo maderas pulidas, tapicería de tweed y otros delicados textiles y lujosos aromas de los productos de Bamford de los baños. Durante el día, los miradores abiertos invitan a sentir la brisa y a contemplar cómo quedan atrás las vías, con los preciosos bosques y ríos de fondo. Por la noche, a diferencia de otros trenes, el Royal Scotsman se detiene en estaciones tranquilas para que los pasajeros puedan dormir profundamente, y vuelve a ponerse en marcha por la mañana, mientras se sirven unos desayunos espectaculares con huevos revueltos, haggis y salchichas.
Experiencia completa a partir de 5.000€.
Tren disel rojo y azul atravesando un paisaje nevado en la ruta entre Ankara y Kars, Turquía. Getty Images
DOGU EXPRESS, DE ANKARA A KARS, TURQUÍA
El Dogu Express, también conocido como Eastern Express, va desde Ankara hasta Kars, en el noroeste. Es la ruta ferroviaria más larga de Turquía, y en invierno sus paisajes nevados y desfiladeros helados contrastan con los lagos de tonos verdeazulados y praderas florecidas del verano. Lleva existiendo desde 1930, aunque ha ido cambiando a lo largo de los años. Ahora mismo hay dos trenes que la recorren, uno regular y una versión turística que ha hecho las delicias de los influencers. Es el tren diario más clásico el que da mayor sensación de comunidad y de aventura: en la cafetería hay un ambiente animado en el que charlan estudiantes turcos, transportistas y grupos de amigos mientras comparten baklava y toman té, con el aroma de los kebabs de cordero y la sopa inundándolo todo. El río Éufrates pasa junto a las vías, serpenteando entre paredes rocosas y arboledas, flanqueado por granjas aquí y allá en su recorrido hacia Siria.
La ida en un compartimento privado para dos cuesta 108€. Los billetes de ponen a la venta un mes antes de la fecha de salida.

Ferrocarril Reunification Express atravesando zonas boscosas en Vietnam. Ismael Monfort Vialcanet / Alamy
THE REUNIFICATION EXPRESS: DE HANOI A SAIGON, VIETNAM
Con un recorrido que conecta norte y sur de Vietnam, el Reunification Express tarda dos noches en llegar de Hanoi hasta Saigon, ofreciendo unas vistas sin igual del país por el camino. Cuando sale de la estación de la capital al anochecer, el tren atraviesa la ciudad y pasa tan cerca de las casas que se ve desde la ventana cómo la gente se relaja, preparándose para terminar el día, cómo los cocineros limpian las cazuelas en los callejones y a los ciclistas que pasan junto al tren. A la mañana siguiente, el tren ya se encuentra entre arrozales, y las hojas de las palmeras rozan los coches mientras pasan a toda velocidad. Tras pasar junto a escarpados acantilados, llega al tramo más pintoresco, entre Hué y Da Nang, desde donde se aprecia el brillo del mar del Sur de China. Aunque pasan carritos con comida, en ocasiones se pueden solicitar ciertos productos desde los compartimentos.
El tren SE1 sale de Hanoi a las 19:20 y llega a Saigon a las 6:30, dos días después. La ida en un coche cama con aire acondicionado cuesta unos 54€.
Portal de América - Fuente: Condé Nast Traveler





