Que se mantenga uno de los aviones que actualmente están operando significa que se puede reanudar la operación de inmediato y la negociación pasaría a ser un simple cambio de manos en el control del paquete accionario.

No nos quedaría ninguna duda que una vez que estén certificados los dos Bombardier, la nueva conducción desafectaría el ATR y de esa forma volvería a la flota unificada en un modelo común. Hay que tener presente que los Bombardier que quiera certificar Amaszonas ante la DINACIA uruguaya llevan un proceso burocrático que puede llegar a los 180 días.

Si se produce esa situación y si nos atenemos a lo recomendable en relación a cantidad de funcionarios por avión, al quedar operando dos aeronaves (si bien los CRJ200 utilizan un auxiliar de cabina menos) podría recomponerse de alguna manera la plantilla y algunos de quienes van en 48 horas al seguro de paro podrían retornar a sus puestos.

El número ideal de funcionarios por avión se sitúa en 70.

De todos modos y a los efectos de la reanudación más rápida posible de operaciones, se especula que una vez que Amaszonas se haga cargo de la compañía, de forma provisoria comenzaría a operar con matrícula y tripulación boliviana o sea como ACMI (ver Modelos de negocio en aviación comercial), del mismo modo que cuando BQB el año pasado arrendó un servicio similar con un Airbus 320 de Vueling.

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