Lo que muchos creen
Desde todos los ámbitos, sobremanera en los últimos tiempos, se ha instalado el convencimiento de que el turismo es muy importante para nuestra economía. Hay mucha gente que está convencida que en algún momento de los años pasados a Uruguay entraron más de 4 millones de turistas en un año. También hay quienes dicen que los empleos directos generados por la actividad son 110 mil o más y que el ingreso de divisas al país por turismo ha llegado a ser de bastante más de 2000 millones y que en el último año "normal" o sea 2019, tuvimos más de 3 millones de turistas e ingresos por casi 1.800 millones de dólares. Hay muchos que no tienen ni idea de qué es el emisor, el receptivo y el interno pero meten todo dentro de la misma bolsa, olvidando que hay sectores que al final de la cadena operativa, en los resultados económicamente hablando, se comportan exactamente al revés de lo que se podría suponer. El turismo emisor funciona como un sector de importación (gasto); el receptivo hace las veces de exportador de servicios (ingreso) y el interno o nacional, es importante específicamente en la generación de empleo en el territorio y en la ocupación hotelera y servicios gastronómicos y de transporte, sectores a los que aporta muy poco, lo cual queda demostrado en la actualidad, donde solo mueve la aguja en destinos de siempre como Rocha; Piriápolis y algo en Canelones y zona termal pero nada tiene que ver con la balanza comercial del turismo, en la que sólo tallan el emisivo y el receptivo.
La cruda verdad
No sabemos dónde estamos parados.
Nadie sabe en Uruguay cuánta gente entra; por cuánto tiempo se queda; cuánto gasta, entre otras variables.
La Dirección Nacional de Migraciones es absolutamente incompetente a la hora de aportarle datos al turismo.
Desde que en 2009 se anunció una inversión de 600 mil dólares para desarrollar la Cuenta Satélite de Turismo (CST), nunca más supimos nada de ella.
El principal destino turístico del país, Punta del Este, nunca tuvo un censo de unidades habitacionales ni de camas, por lo tanto no conocemos el universo de la oferta parahotelera, razón por la cual NADIE debería difundir porcentajes de ocupación. Si no hay universo no hay porcentajes, así de simple. Hace mucho tiempo que muchos suponemos que hay unas 200 mil camas en oferta parahotelera, pero hace pocos días un referente inmobiliario del destino nos dijo que eran 400 mil...pero que para la oferta de alquileres eran 90 mil las camas disponibles. Cuando preguntamos de dónde se extraía ese dato, la respuesta fue que "bueno, siempre es así, es la cifra que manejamos".
Lo único que se sabe con bastante exactitud es que desde Solanas a José Ignacio hay unas 23 mil camas hoteleras.
Si las camas parahoteleras son 400 mil o más, ¿de que porcentaje de ocupación hablamos cuándo vemos en los noticieros de TV que "Punta del Este tiene una ocupación del 95%" ?...de alrededor del 5% y eso, ¿es demostrativo de algo?.
Hacia el rigor científico
Todos quienes trabajamos en turismo tenemos responsabilidad en los resultados. En el desconocimiento, en el amateurismo, en la permanente prioridad que se le da a la política sobre el sentido común y en la falta de compromiso en los diferentes ámbitos del sector.
Hay que contratar asesoría y no es necesario pensar en cifras astronómicas, los que realmente saben lo que le duele a Uruguay viven en Uruguay y si no saben alguna cosa, tienen el whatsapp del mejor en el exterior; hay que ir hacia un Observatorio; hay que tratar de verdad el tema de la conectividad aérea y adecuación tarifaria; hay que ocupar el tiempo en ordenar la casa y hacer silencio mediático.
Hay que dejar de declarar intenciones y trabajar.
El turismo uruguayo está en el peor grado de desastre de su historia, Hay que juntar toda la materia gris posible para salvar de aquí en más lo que se pueda y proyectar el futuro, porque la pandemia algún día va a terminar y nos va a encontrar desnudos y muertos de hambre.
Portal de América
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