¿Qué hará el gobierno?
Se representa en el contexto actual una escena de remembranza real: vuelve a aparecer un empresario argentino interesado en una aerolínea uruguaya y en el Poder Ejecutivo, al igual que en 2006/2007 están Vázquez en la presidencia; Astori en Economía y Rossi en Transporte. Dos que admitieron que en aquella oportunidad se equivocaron (Astori y Vázquez en orden cronológico) y uno solamente (Rossi) que dijo "No me equivoqué". Obviamente se referían los tres a haber negociado y acordado con el interesado de entonces (Campiani y sus socios).
En rueda de prensa, la semana pasada ante la pregunta de un colega, Rossi dijo algo así como "Obviamente pediremos los recaudos correspondientes".
Si bien de cara a la realidad de Alas Uruguay el capital otorgado por el FONDES en la práctica sería incobrable, ante la aparición de un nuevo jugador, el fiador que es el Estado no puede aceptar que se traspase la obligación apenas de palabra, habrá que documentarla y entonces allí surge la gran pregunta: ¿CÓMO?
¿Qué garantía real puede pedirle el Estado a Dulcinelli y compañía?
* ¿Un depósito?
* Aunque en Uruguay y en materia aeronáutica, esta palabra haya pasado a ser "MALA", ¿Un AVAL bancario?
LAW y Andrés Dulcinelli
Repasando antecedentes surge nítidamente que LAW se ha hecho cargo de la parte comercial de ChileJet: "LAW comienza su incursión en el mercado a través de redes sociales y posteriormente en anuncios en medios de prensa de Chile, presentándose inicialmente como una nueva compañía aérea pero que hacia el mes de enero sincera su operación, indicando que sus vuelos son operados por ChileJet. En efecto, permisos y códigos de operación pertenecen a este operador. El esquema de trabajo se puede entender como asociación entre dos partes, una operativa aportada por ChileJet y otra comercial entregada por LAW." dice en febrero de este año el analista trasandino Ricardo Delpiano en su columna de En Vivo desde SCL
En una obligada recorrida por nuestros contactos en Argentina (país natal de Dulcinelli) y en Chile, los datos recabados nos hacen deducir un perfil preliminar del empresario argentino-chileno que estaría indicando que se trata de alguien que está buscando desde hace algunos años su oportunidad; que a grandes rasgos no presenta antecedentes negativos en el plano económico-financiero pero hasta el momento, nadie puede garantizar que tenga el respaldo suficiente como para por sí solo, avalar (perdón por la nueva utilización de la palabra) la toma de posición en Alas Uruguay. Se nos dijo que Dulcinelli habría manejado la opción de contar con tres años de gracia para encarar la deuda con el FONDES.
¿Entonces?
Hay quienes dicen que lo mejor es asumir que la plata del FONDES se perdió y no seguir aumentando los números rojos. Cortarla por aquí, dejar morir Alas Uruguay y punto y aparte.
Para nosotros, la clave única y diríamos obligatoria es que ante la oportunidad de contar con un nuevo jugador, el Estado debería buscar la actualización de las posibilidades de amortización de la línea de crédito otorgada y canalizar, en la medida de lo posible, la mejor forma de optimizar las chances de cobro de facturas impagas de los proveedores de Alas Uruguay. Si se cumple con estos requisitos, se salva la gran responsabilidad asumida por el gobierno de Mujica (el dinero del FONDES) y se alivia a los actores del sector afectados (los proveedores) y se estaría dando un gran paso en lo concerniente al verdadero interés que debería primar: la conectividad, la imagen país y las fuentes laborales.
Es de esperar entonces que de concretarse un acuerdo de partes, cuando se eleve finalmente el mensaje a la opinión pública a través de los medios, no se deje de tratar todos estos puntos, ni de un lado, ni del otro.
Portal de América
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