Los dos primeros aviones que había traído Alas Uruguay al país, están ahora en poder de LAW. El que fue CX-OAB, el Bravo, está matriculado en Chile. Según tenemos entendido el CX-OAA, el Alfa, estaría en un limbo y si bien ya fue desmatriculado en la DINACIA, aún no ha sido vuelto a empadronar en la nación trasandina, quizás en espera de la dilucidación del negocio pues de prosperar el mismo, debería darse un hecho bastante insólito, al poco tiempo de ser desafectado, volvería a matricularse CX y para Alas Uruguay.
Como dato ampliatorio, informamos que el CX-OAC, el Charlie, partió el viernes 4 por la mañana vía Panamá hacia Tucson donde se encuentra.
Lo más importante, casi crucial diríamos, es que se llegue a un acuerdo definitivo con la empresa chilena. Lo contrario equivaldría a retornar al estado anterior de la aparición de Dulcinelli y compañía o sea, la inminente quiebra con el consiguiente escándalo político-mediático que nadie osaría desmentir.
Desde la reunión celebrada la pasada semana en las oficinas de la calle Solano García en Punta Carretas, se han sucedido los contactos permanentes con diferentes sectores de Alas Uruguay y como nos dijo un técnico de la compañía "Si fuera por los chilenos empiezan a volar mañana mismo".
Pero una cosa es esta situación y otra muy diferente es todo lo actuado AD o AL (antes de Dulcinelli o antes de LAW).
Sería muy necesaria, oportuna, prudente y recomendable una acción de transparencia total de parte de los administradores de la aerolínea.
Debería quedar muy claro cuales fueron los principales pasos dados durante la administración en los aspectos económico-financiero y de gestión.
Todo el tiempo transcurrido desde el otorgamiento de la línea de crédito del FONDES hasta el cese de operaciones del 25 de octubre necesita que sea transparentado.
No es antojadizo esto que estamos reclamando, por menos capital que el que estamos calculando de pérdida en Alas Uruguay, en Pluna a la hora de reclamarle las acciones a los integrantes de LeadGate, trajo repercusiones gravísimas que terminaron con los tres directores responsables procesados con prisión. Con el paso del tiempo, de modo poco creíble aún no se conoce que ninguno de los supuestos delitos cometidos se haya confirmado, no solamente no hay sentencia, hace más de dos años que no se toca erl expediente del Caso Pluna.
Entonces, sería muy beneficioso para los directores de Alas Uruguay que de motu propio, presenten cuanto antes, adónde corresponda, los balances, las actas de directorio, en una palabra, la radiografía necesaria de la gestión a efectos de evitarse malos momentos en el futuro. Se nos podría argumentar que se trata de una empresa privada...Pluna SA también lo era pero el Estado le había dado una garantía por 162 millones de dólares para la compra de los primeros siete aviones. En el caso de Alas Uruguay no hace falta reiterar que hay una razón de FONDES ¿no?.
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