"Me pinté las manos y la cara de azul y empecé a volar en el cielo infinito" canta Doménico Modugno, quizás anticipando los dichos de cualquiera de los integrantes del staff de la compañía de trabajadores exPluna si se concreta el negocio.

Es que, sabiendo que hay conversaciones firmes, se puede llegar a predecir que quizás David Neeleman y Acevedo-De los Santos, terminen signando entre Azul y Alas Uruguay lo que habían querido firmar y no pudieron en julio de 2012, sus antecesores  Matías Campiani CEO de Pluna SA y José Mario Caprioli, CEO de Trip Líneas Aéreas en Campinas.

En conversaciones internas del equipo, en alguna más expuesta con amigos, nos hemos preguntado cuál puede ser la razón que motive el interés de la compañía brasileña de "poner un pie en Uruguay" a través de Alas y no gestionando ellos la certificación correspondiente.

En ese aspecto, la única respuesta segura se basa en el factor tiempo ya que está demostrado que una certificación en Uruguay no baja de 16 meses. En caso de acceder al control de Alas Uruguay el trámite es mucho más sencillo, casi de rutina. El costo a enfrentar no es elevado para una empresa del porte de Azul y además, es un crédito liviano muy negociable.

¿Cuáles serían las ventajas?

Azul funciona muy bien con su política de hubs dentro de Brasil y Montevideo le ofrece la posibilidad de acceder a otro con amplias posibilidades en la región.

Un aspecto que no es menor pasa por un tema netamente financiero como es el de la moneda de recaudación de servicios. En Brasil es el real indiscutiblemente y en Uruguay sería el dólar, también sin discusión.

Llegar y operar el puente aéreo con Buenos Aires y aprovechar la nueva permisividad del gobierno de Macri para poder operar en cabotaje en Argentina no es un tema menor.

Nadie nos lo ha dicho oficialmente y cuando preguntamos por ello se nos dice que se está trabajando en ese sentido, pero nosotros nos animaríamos a afirmar que no pasará mucho tiempo en que definitivamente el Aeropuerto Internacional de Carrasco tendrá la máxima categoría, la 3, convirtiéndolo junto a Ezeiza y el Merino Benítez de Santiago de Chile en integrante de la trilogía de elite del sur continental.

Azul con bandera uruguaya, el aeropuerto recategorizado y la DINACIA elevando como lo está haciendo, su nivel de certificación, tendrá la chance de elegir el destino que quiera operar en la corta, media y larga distancia.

Como si estos fueran pocos argumentos en favor de la idea que Azul se haga con el control de Alas Uruguay, permítannos agregar uno que es decisivo para una aerolínea que pretende expandirse con estándares de alto nivel de calidad: los recursos humanos disponibles tanto en tierra como en el aire.

Hay más de una centena de pilotos comerciales uruguayos diseminados por el mundo y de ellos, un altísimo porcentaje, de tener la posibilidad de practicar su profesión con base en Montevideo, no lo dudarían ni un instante. En el mundo escasean pilotos y mucho más los calificados. Uruguay cuenta con ellos en calidad y cantidad.

Son públicas nuestras diferencias con la actual dirección de Alas Uruguay pero también lo saben todos, siempre hemos reconocido como una hazaña de sus fundadores, haberla creado luego de la herejía del cierre de Pluna. Tal vez se esté aproximando la consolidación de lo que se inició como utopía en una realidad palpable, posible y de larga vida.

Ojalá que pronto todos entonemos al estilo de Doménico Modugno "De azul, pintado de azul" y nos sintamos contentos de ver las alas uruguayas felices de estar allá arriba.

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