Soberanía, dignidad y conveniencia
Miércoles, 18 Junio 2014

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El domingo me pasó algo insólito, mirando el partido de Argentina por momentos quería que ganara Bosnia. Toda mi vida tuve claro que el país vecino era de los argentinos, de todos los argentinos y no del puñado de políticos que se creyeron que de verdad son del G20 (aunque de él sean parte formalmente).
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A los argentinos, siempre los he considerado y aún lo hago, como hermanos. He tenido y tengo amigos que más que el sentido de la amistad han desarrollado en mí el de la fraternidad y por eso, espero que nunca más me vuelva a pasar lo del domingo.

Pero no por ello, a la hora de la dignidad y de la soberanía yo debo sentir que tengamos que aceptar el fundamentalismo de la señora Crisdtina y del impresentable canciller que tiene.

En los días que vienen vamos a entender como nunca las razones que llevaron a Tabaré Vázquez a mirar hacia el Norte a la hora del avasallamiento de aquel contexto, tabién (oh!! casualidad) cuando volvamos a ser cartón ligador y a Mujica le sigan pasando facturas, esta vez, la de "la más terca que el tuerto".

Cuando se crucen "flores" a través de las vías de comunicación que cruzan el charco en ambos sentidos, debemos recordar en todo momento el bochornoso espectáculo del Tren de los pueblos libres que nos quisieron vender ambos mandatarios. Si ahora se les acabó el feeling, que se arreglen entre ellos y que no embarquen a sus respectivos pueblos.

Con la misma dignidad que debemos preservar la soberanía y dejar bien claro que a nuestro territorio lo manejamos nosotros, estamos obligados a dejar los discursos y trabajar de una buena vez a favor de nuestra conveniencia en todos los órdenes, incluídos los de las relaciones internacionales, el comercio exterior y el turismo, por citar solamente algunos.

Y en contextos como en el actual, no me cabe duda alguna que el gobierno no va a estar solo, como no lo ha estado nunca, haya sido del signo que fuere, toda vez que apareció en el horizonte un peligro o una amenaza para todos los uruguayos.

Habrá que desarrollar con ingenio, astucia y mucha paciencia un plan de contingencia y en el mismo, no deben estar ausentes los comunicadores, los que no deberían hacerle el caldo gordo a los agitadores fundamentalistas vecinos con Timerman y Uribarri a la cabeza.

Si cortan la ruta o de nuevo los puentes una vez conocida la noticia, que luego se la sigan "vendiendo" entre ellos y si los que ven la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio quieren hacer declaraciones que las hagan para los suyos, a nosotros no deben interesarnos.

Y si nos llevan de nuevo a La Haya, ganarles de nuevo.

No tenemos más remedio que hacer la plancha hasta fines del 2015 e ir rezando para que a partir de ahí, se pueda restablecer el diálogo, el mismo que cada algunas décadas cortan los fundamentalistas de siempre.

No nos olvidemos que esta vez, Brasil tiene una excusa formidable, está en plena Copa del Mundo y en vísperas de los Juegos Olímpicos de modo que "infelizmenchi" não  poderá ajudar ao povo irmão do Uruguai...

Mientras tanto, no nos olvidemos quienes somos y quienes son cada quien.

Portal de América - por Sergio Antonio Herrera, @DelPDA en Twitter

Comentarios  

Estimados, Ustedes si que tienen suerte, estan del otro lado del "Charco".
Nosotros estamos estamos siendo cocinados a fuego lento !!!!!
Estimado Antonio, muy bien lo que decís, y estoy de acuerdo contigo. Pero las relaciones con Argentina no podemos seguir encarándolas desde el punto de vista emotivo y fraterno abarcando a TODO ese país. Es la idiotez que los uruguayos venimos cometiendo desde hace bastante tiempo. Los argentinos son argentinos, y son buena gente, y me siento muy cerca de ellos. Los porteños son porteños, y viven, recordando la escena de apertura de la gran película "La Hora de los Hornos", mirando a Europa (y yo agrego, a los EE.UU.) de espaldas a su propio país. Los uruguayos, en mi opinión, son pocas las cosas que tenemos en común con ellos.
Todo este palabrerío es el preámbulo de lo que en realidad quiero decirte (y que me hace temer): la señora y su entorno (especialmente Mr. T), siempre en mi opinión, están embarcados en un juego tan antiguo como la humanidad, cual es buscar la hegemonía en la región. ¿Te acordás de lo que hizo Irak con Kuwait? ¿Te parece que es muy distinto de lo que los vecinos están haciendo ahora? Irak lo hizo con armas, porque en esa zona no hay forma distinta de hacerlo; la señora y su entorno no necesitan armas. O, mejor dicho, tienen las mejores: puentes sencillísimos de cortar y nuestra dependencia casi total del Río de la Plata, que ellos mueren por dominar, y que no lo hacen por convenios, tratados, pactos, que cuelgan de uno o dos pelitos. Que todos los uruguayos se lo saquen con peine fino: Buenos Aires puede hacer lo que quiera con Uruguay. Lo-que-quiera. Lo-que-se-le-antoje. Lo-que-se-le-venga-en-gana.
Si a los porteños se les ocurriese cortarnos todos los víveres, ¿sabés de alguien que nos vendría a ayudar?, ¿verdad que no? Yo tampoco.
Brasil diría la frase que ponés en tu columna, ¿EE.UU.? ¡Por favor! ¿Europa, los más grandes colonialistas de la historia? ¿Azerbaijan? ¿Indonesia? Los pueblos "fraternos de Sudamérica pondrían en una balanza cuánto comercio tienen con Argentina, cuánto con Uruguay, y no les cabría ninguna duda de qué hacer.
Buenos Aires siempre nos miró desde arriba porque somos más humildes. Pero también siempre nos envidió tenemos un puerto increíble, somos mil millones de veces más honrados que ellos y. . . tenemos el este.
No creo que haya otra razón en todo este berenjenal en el que nos metió la señora y su entorno. Por todo lo que leo y escucho en los medios, en Uruguay se está tomando todo esto como caprichos de una mandataria en plena menopausia. O porque UPM produce cien mil toneladas más. Pero creo que, en realidad, muy detrás, y en completo secreto, se gestó algo más siniestro y que no va a parar sea cual sea el gobierno que suceda al de la señora.
Buenos Aires, mal representando al resto del país, vive con delirios de grandeza, con ganas de reeditar el virreinato del Río de la Plata. Y si voy un poco más adelante y me pongo a especular con confabulaciones, bueno, pienso en una entre los vecinos occidentales y los norteños que me hace temblar de miedo: "no me jodas más queriendo ser más que yo. Cortala. Quedate con el chiquito, que a mí me importa un corno y yo miro pa'l otro lado y no me meto".
Argentina es un gran país, lo admiro. Lástima que le salió un forúnculo en la costa del Río de la Plata, casi esquina Océano Atlántico, y se llenó de pus. Si tuviéramos la suerte que se gangrenara se podría extirpar.

Saludos

Enrique

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