Es que provoca vergüenza ajena el desconocimiento que se deja traslucir sobre estos temas.

Hay una firme inquietud en el sector de organizar para este año varios seminarios sobre aviación comercial que permitan ilustrar acerca de estos temas a todos aquellos que estén interesados. La idea es impartirlos para funcionarios, parlamentarios, comunicadores, docentes y todos aquellos que cotidianamente deban involucrarse en la temática.

Nosotros tenemos la precaución de aclarar o recordar, toda vez que podemos, que estamos en permanente estado de formación en la materia y hacemos cuestión de precisar que podríamos aceptar ser especialistas ya que cultivamos y practicamos (además de la de turismo) la profesión de periodistas de aviación comercial pero dejando siempre bien en claro que de modo permanente estamos consultando a expertos, pues entendemos que es una rama sumamente difícil, exigente y que no deja de ser la "tumba de los cracks".

Alegremente se confunden tres millones de dólares con tres millones de pesos; al presidente de un sindicato con el presidente de una aerolínea; no se tiene la menor idea de lo que es el largo radio, una malla aérea, los ingresos auxiliares y ni que hablar del revenue management. Pero todos opinan.

Recientemente en Facebook, un conocido empresario radicado hace algún tiempo en Punta del Este, que de aviones estamos seguros que sabe que vuelan porque cuando escucha el ruido mira hacia arriba y los ve, ante nuestro editorial Inminente puesta en marcha de Alas Uruguay colgó este comentario: "¿Quién va a salir de garantía? ¿Todos nosotros de nuevo? ¡Qué generosos que somos!".

Quisimos traerlo como ejemplo de algo que se ha vuelto tan normal escuchar, ver y leer que para algunos, pasó a ser la verdad revelada.

La garantía de los aviones de Pluna

Campiani pidió al Estado uruguayo la garantía para la compra de los 7 malditos a efectos de acelerar el trámite y conseguir mejor precio. Ni estaba en condiciones de ponerle un revólver en el pecho a los gobernantes de turno y tampoco lo hizo, pero el Estado fue el garante de la operación por 162 millones de dólares.

Desde fines de 2008 hasta mediados de 2012, Pluna S.A. a cargo de Campiani pagó religiosamente todas las cuotas semestrales. Cuando los integrantes de LeadGate fueron conminados a devolver las acciones, la deuda con el Scotia Bank estaba totalmente al día. Al igual que los salarios, los impuestos y el leasing de los últimos seis aviones con el Banco de Desarrollo de Canadá. El manejo financiero de una empresa que habían tomado en estado muy delicado, fue soportado por la casi totalidad de los proveedores (ANCAP incluido) de los cuales la mayoría, aceptaban esa situación tácitamente porque evidentemente les servía. Tampco a ningún proveedor se le puso un revólver en la cabeza para que le vendiera a Pluna.

Cuando Campiani se fue de Pluna, los aviones estaban en perfecto estado de mantenimiento e integraban una empresa funcionando que aunque luego fue dinamitado por la herejía del cierre, esa empresa tenía un valor intangible, comúnmente denominado "valor llave".

Ese valor llave jamás fue considerado por nadie, especialmente tampoco por la prensa grande que ponía en tamaño de fuente catástrofe la deuda de 301 millones y allá perdido, en tamaño de fuente menor, el activo de 290 millones.

Los 30 millones del fideicomiso que había aprobado el ING de Londres contra la caja de Brasil, préstamo que fue frustrado por la denuncia penal de Moreira y su pedido de intervención de Pluna, cada día que pasa era más barato si lo comparamos con los más de 400 millones de perjuicio generado a partir del 5 de julio de 2012 por la decisión del Poder Ejecutivo de uruguay (léase Mujica).

Resumiendo, la garantía otorgada por el Estado uruguayo a través de Pluna Ente a Pluna S.A., fue honrada por el deudor.

El agujero posterior, corresponde a la herejía.

La garantía de Alas Uruguay

Para el préstamo del FONDES, están colocados como garantía, no sólo sus propiedades, sino que hasta los calzoncillos de los integrantes de Alas Uruguay.

Lamentablemente los demagogos de las redes sociales y de la comunicación no van a poder medrar con Juan Pueblo en riesgo, ya que el mismo lo correrán los trabajadores que quieren trabajar y que para lograrlo, arriesgan todo, lo cual al menos merece el respeto de los opinólogos.

Uruguay necesita una aerolínea nacional de referencia eficiente, aunque no sea rentable.

Porque es un instrumento imprescindible para asegurarle la conectividad y la adecuación tarifaria al Uruguay para que nuestro país no quede aislado como está quedando y se vio claramente en la actual temporada.

Y como ya lo dijimos en ASIGNATURA PENDIENTE , la presentación que realizamos en las Jornadas de Reformulación y Análisis de la Politica Aeronaútica convocada en diciembre de 2012 por la Junta Aeronáutica en el Club de la Fuerza Aérea, las características imprescindibles deberían ser las siguientes:

La nueva empresa desde el inicio deberá contar con las siguientes seguridades:

Capitalización adecuada (por ejemplo el préstamo del FONDES)
Subsidio al combustible (no fue necesario, ya fue alineado al precio de la región menos Argentina)
Amplia exoneración impositiva (por ejemplo el impuesto a los pasajes para la subvención a las radios del interior)


Respaldo gubernamental absoluto en relación a solucionar aspectos desfavorables de relacionamiento con Argentina a saber:

Condiciones de handling idénticas para empresas de ambas naciones (Intercargo le cobraba a Pluna por cada operación en Aeroparque 1.400 dólares mientras que en Carrasco, aúna hasta hoy, Aerolíneas Argentinas está autorizada a autoprestarse el servicio)
Ruta del Puente Aéreo por Punto Papix (ya lo están definiendo técnicos norteamericanos por encargo de Puerta del Sur)
Plena vigencia del tratado de Fortaleza (la gran utopía, máxime si se trata de Argentina)


Y también deberá acordarse un seguro de contingencia a los efectos de asegurar la operación siempre, el Estado subvencionará a la empresa toda vez que exista una contingencia que así lo requiera como por ejemplo:

Fenómenos climáticos ( terremotos en países vecinos o ceniza volcánica por ejemplo)
Epidemias (gripe aviar como le pasó a México)
Precio del combustible (como cuando se disparó en 2008 el precio del barril de petróleo).

Todo esto porque si no se cuidan esos aspectos que pueden costarle eventualmente algunos pesos al Estado, se puede caer en el abismo en el que nos encontramos en el actual contexto.

No sabemos si logramos aclarar totalmente el panorama pero si conseguimos al menos hacer pensar a los sanateros, nos damos por satisfechos.

Y no abaratemos la imagen de Juan Pueblo, en todo caso si la queremos usar, acusemos con nombre y apellido a los culpables pero con firma también de quien acusa.

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