La injusticia social de los tres países no es novedad, viene del fondo de los tiempos pero una cosa es indignarse y otra muy diferente es tirar de la piola hasta romperla.

Que Brasil es un gigante dormido y que históricamente una aristocrática minoría fomentó la ignorancia de un pueblo muy particular para manejarlo y explotarlo tampoco es una noticia que sorprenda a nadie. La noticia es que se están despertando y son muchos y muy incultos, ahí está el peligro.

La trampa mortal en la que se ha metido la Argentina toda, en donde los que piensan y son independientes no son los menos pero no tienen voz ni rostro y deben adecuarse a los "bandazos" que generan los dos polos de intereses y poder, es una realidad que rompe los ojos pero, como cada vez que se van a dormir los argentinos, el país se recompone solito y amanece, atado con alambre pero vivo, se sigue estirando el caos.

Nada de lo que ocurre en los dos grandes países vecinos tiene que ver con lo que pasa aquí.

Si, son indecentes los sueldos de los funcionarios de la educación, los docentes, los polícias, los militares, pero de una u otra manera, este gobierno, el mismo que han votado la inmensa mayoría de los nombrados, ha intentado (y en algunos casos ha logrado) mejorar esa situación en la medida de las posibilidades.

La pregunta es: ¿después de esta efervescencia qué?.

¿La Anarquía?

Están cortándose las venas ante un gobierno liderado por un guerrillero que dona casi todo lo que gana.

¿Igual van a incendiar la pradera?.

La ineficacia y la lentitud del gobierno actual para resolver ciertos temas exasperan hasta el más manso, estamos de acuerdo.

Pero no es precisamente un gobierno reaccionario que le tenga inquina a los más sumergidos.

Sí clasista, porque mata a impuestos a los que más trabajan para financiar obras sociales y caprichos.

Pero todos sabemos que para cambiar la forma en que se reparte la riqueza la cosa no pasa por paros, huelgas ni ocupaciones.

Es muy vieja la convicción que tenemos todos que a los sindicatos los manejan los que militan y que nunca, son la mayoría.

Para cambiar entoncers, habrá que militar en serio y generar espacios de poder por esa vía y no con pancartas ni tirando piedras; madrugar para ir a trabajar; tener cultura cívica para no ensuciar la ciudad, no alterar el tránsito, cuidar el mobiliario urbano y muchos etcéteras.

En una palabra, dejar de creer que lo somos y recordar que lo fuimos alguna vez y de esa manera será más fácil volver a ser cultos y solidarios que de eso se trata.

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