MERCOSUR: tierra de nadie
Lunes, 11 Marzo 2013
Leemos en esta misma edición declaraciones del Vicepresidente de Uruguay, Danilo Astori con respecto al MERCOSUR en las cuales afirma que "está lleno de obstáculos y problemas" y consideró que el bloque regional está "adormecido y en estado de letargo". Coincidimos plenamente con Astori y agregamos que es desesperante ver la inoperancia puesta de manifiesto por los cuatro países fundadores Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay a lo largo de los años. Del mismo modo que no se le puede echar culpas de ello a los países asociados Chile, Colombia, Perú y Ecuador, ni a Bolivia que expresó su adhesión y espera resoluciones, tampoco se puede meter en la bolsa a Venezuela, recién ingresado.
El bloque nació mal, porque comparando a los dos gigantes (Argentina y Brasil) con los dos pequeños (Paraguay y Uruguay), se puede ver desde ese inicio, un canto a la asimetría, el cual nunca fue bien evaluado y por supuesto, mucho menos corregido, llegándose al disparate todavía, de suspender a Paraguay porque sí.
Hace algún tiempo habíamos pensado (con una dosis de lirismo muy superior a la que tenemos habitualmente) que bien podían ser los hombres del turismo, los que tomaran la bandera del MERCOSUR para al menos, avanzar en la unión regional de la actividad.
Pero al ver que en el pasado inmediato, ni siquiera se intentaron acciones contra el bloqueo prepotente de los puentes sobre el Río Uruguay; que en la actualidad no se pueden solucionar cuestiones elementales como la agilización del tránsito por los pasos de frontera de los mismos puentes en fechas pico; que no se cumple el Acuerdo de Fortaleza en materia aeronáutica pero que tampoco en ese punto el MERCOSUR se da por enterado cuando por ejemplo se hiere de muerte a una aerolínea uruguaya, saboteándole la posibilidad de volar a destinos argentinos, nos damos cuenta que tampoco, por esa vía es posible revertir la triste realidad.
Sinceramiento y abandonar la hipocresía
Serán muy loables algunos principios y aplaudibles antiguas ideas pero hace demasiado rato que llegó la hora del sinceramiento y aunque se quiera seguir discurseando con cara de piedra y continuar haciéndonos todos, trampas al solitario, deberemos empezar a aceptar que en vez de hermanos somos ciertamente vecinos y quizás, primos lejanos.
Por lo tanto, sería muy buena cosa "barajar y dar de nuevo" y que todos sepamos a que atenernos, ante cada situación creada.
No sería mala idea organizar eventos de reformulación de convenciones, estatutos y demás y buscar de esa forma, un nuevo ordenamiento práctico que nos ayude a no seguir perdiendo el tiempo, a optimizar las acciones y evitarnos más amargos sabores de boca.
Me pedís visa te pido visa.
Me pones trabas te pongo trabas.
No te puedo vender, no te puedo comprar.
Me cobrás un disparate el handling en tus aeropuertos, te hago lo mismo.
¿Qué podemos perder más porque somos más pequeños?
¿Más...?
Portal de América
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