La lentitud (y el daño) del prejuicio hacia la nueva aerolínea, al que con acierto le teme el Ministro Pintado
Miércoles, 13 Febrero 2013
Cuando le preguntamos en Portal de América Radio el domingo pasado, acerca de la marcha de la nueva aerolínea, el Ministro de Transporte Enrique Pintado nos dijo: "Avanza, aunque muy lentamente, fruto de la burocracia estatal, a la que esperamos no se le sume la lentitud adicional del prejuicio". Muy justificado temor de quien como algunos pocos, en el actual gobierno parece haber aprendido la lección que con diferentes costos, otorga la gestión gubernamental. Este miércoles, en su nota editorial, El Observador, ingresando a un espacio pleno de turbulencias como es el de la aeronáutica y casi sin instrumentos, como la gran mayoría de los modernos opinadores, luego de cometer el mismo error que la mayoría al asegurar que la conectividad esta poco menos que recuperada, dice:"Este panorama acrecienta las objeciones a la creación de una nueva línea cooperativa a cargo de quienes trabajaban en Pluna. Su única justificación es la situación de los cientos de exfuncionarios. Pero hallarle una solución que contemple sus intereses siempre exigirá menos recursos fiscales que los que comprometería el Estado bajo diferentes formas con la nueva aerolínea de bandera".
No vamos a dedicar este espacio a analizar el enfoque de los colegas puesto que días atrás en ese mismo medio, expresaron una muy encendida descalificación a quienes osan (osamos) hacer periodismo de periodistas, intentando una vez más tapar el sol con las manos y tal vez convencidos que la nuestra, es una profesión ejercida por semidioses que no admite análisis y mucho menos críticas en desacuerdo.,
Pero si vamos a referirnos a lo que para nosotros es un gran error que con el paso del tiempo se va acentuando y lo cometen, por causas que desconocemos, tanto el Poder Ejecutivo como los propios extrabajadores de Pluna: el gran error es el del silencio y el de dejar que cada quien saque sus propias conclusiones y que todos opinen, aún sin el menor conocimiento de causa.
Uruguay no solamente tiene a cientos de desempleados que conforman unos recursos humanos (escuchamos al pasar, en la calle días pasados que no son recursos, sino capital humano...)altamente calificados, sino que además, por la fuerza de las circunstancias (no nos vamos a poner a analizarlo nuevamente), posee una flota de siete jets regionales en perfecto estado de mantenimiento, prontos para ser usados, más de trescientas frecuencias en rutas regionales reservadas, un emblemático aeropuerto dramáticamente subutilizado, un servicio a las principales ciudades de la región como Buenos Aires, Santiago, San Pablo y también Asunción con carencias notorias y una de las cuestiones más graves, un desajuste tarifario que no solamente incide en la salida de uruguayos al exterior sino que lo hace ostensible y negativamente, en la generación de tráfico hacia nuestro destino.
Seguramente quienes continúan pensando con alarmante analfabaetismo aeronáutico y no reparan en la cuenta país, como se quejaba también Pintado, no llegan a calibrar el impacto que produce a un destino como Uruguay, la falta de una aerolínea nacional de referencia (no de bandera, eso no more).
En general, en los países, hay mucho desconocimiento de lo que es el tema aeronáutico y en nuestro país, esa carencia se ve multiplicada y se torna en un argumento muy peligroso , que puede llegar a ser devastador si se utiliza como herramienta política, sin escrúpulos, para satisfacer apetitos electorales, como ya lo hizo el Senador Carlos Moreira del Partido Nacional, quien sigue disfrutando su éxito parlamentario y aún no llegó a calibrar el tremendo daño y enorme perjuicio que le ocasionó al país al "venderle" con éxito su patraña al gobierno.
El mejor favor que le pueden hacer al país, el Poder Ejecutivo y definitvamente los extrabajadores de Pluna (si es que quieren tener protagonismo en esta historia), es darse cuenta que tienen que convencer a todos que lo que están generando es una aerolínea nacional de referencia, una empresa comercial (no una cooeprativa), gestionada por idóneos (no por sindicalistas).
Y para eso, deben de dejar de actuar en circuito cerrado entre la presidencia y OFP y ACIPLA y ponerse en manos de los profesionales que escojan para llevar adelante este proceso que de simple, no tiene nada.
Quizás de esa forma puedan generar los "mano a mano" imprescindibles con los principales actores de la comunicación, de la política, del mundo empresarial y hasta de la interna del propio partido de gobierno, que les permita si bien no convencerlos de plano, al menos pactar una tregua que evite les dinamiten los escasos puentes que aún quedan enhiestos para llegar al camino elegido.
Portal de América
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