por Mara Derni
Hay alternativas adaptadas a cada edad, niveles de conocimiento y tiempo disponible; y si bien por el momento sólo hay grupos en idioma inglés, para 2011 sus creadores ya piensan sumar el francés y el chino.
Se trata de aprender, incorporar nuevo vocabulario, despertar el oído y lograr fluidez al hablar en un idioma extranjero; pero también de conocer gente, relajarse y descubrir destinos nuevos en el país. Vacaciones productivas si las hay. Los llamados “viajes de inmersión”, una novedosa manera de viajar con opciones para todas las edades, niveles de conocimiento y cantidad de días disponibles. La tendencia, que nació en Europa y más tarde adoptó Estados Unidos, gana fuerza en nuestro país a medida que aumentan los costos para trasladarse al exterior.
Pero aunque una “inmersión” sin visa sea posible desde $ 550 (con alojamiento y comidas incluidas) no sólo el factor económico hace la diferencia. En primer lugar, porque para formar parte de estas travesías lingüísticas sólo hay que disponer de un fin de semana; y segundo, porque al no tener que viajar a otro país la energía se concentra en aprender.
Michelle Martoglio, una profesora canadiense que desde 2007 recrea la experiencia internacional en una estancia soñada de Cañada de Gómez (Santa Fe) lo explica así: “cuando uno viaja afuera, la mente tiene que concentrarse en un montón de variantes para poder adaptarse a una cultura completamente diferente a la propia. Por eso, cuando uno pasa un mes en un país de habla inglesa la fluidez ganada nunca es la pretendida antes de salir. Por el contrario, en este tipo de experiencias el cerebro destina todo su potencial al idioma. Por eso, el cerebro empieza a encontrar aquellas palabras que alguna vez aprendió y estaban guardadas en algún lugar. Pero para que eso ocurra hay que darle a la mente tiempo a que se ajuste”.
La sintonización mental y, en el caso de los adultos, “derribar el miedo al ridículo”, es uno de los objetivos de este programa mixto, destinado a profesionales con un nivel intermedio o avanzado en inglés. “El temor a quedar expuesto por pensar ‘eso ya lo tendría que saber decir porque hace años que estoy estudiando’ atenta contra el aprendizaje de un idioma, y por eso se trabaja a través de técnicas especiales. De la misma manera es importante que las temáticas con las que se trabaja interesen a quienes participan. Cuando un asunto te involucra es cuando la mente más se esfuerza por encontrar el modo de comunicarse”, señala Martoglio. El próximo y último encuentro de este año –retoman en abril de 2011– comienza el sábado 13 de noviembre a las 9.30 de la mañana y concluye el domingo 14 de noviembre a las 16 hs.; y el costo, que incluye almuerzos, cenas y snack es de $ 525 por persona, si se duerme en una habitación compartida, y $ 575 en una simple (el costo no incluye traslados). La última fecha para inscribirse es el 9 de noviembre (hasta el 5 se mantiene este precio) y el máximo estipulado es de 25 personas.
VACACIONES IDIOMATICAS
La región de las sierras de Córdoba, la imponente cordillera argentina y, desde este verano, Punta del Este (Uruguay), que realizará el primer Summer Camp de la temporada, son escenarios privilegiados para la puesta en marcha de estas experiencias idiomáticas que pocas coincidencias tienen con un curso intensivo. Todos los “guías profesores” son nativos, se trabaja en equipos de no más de cinco personas y siempre se profundiza en la conversación, desde que se arriba al lugar hasta el momento en el que concluye el encuentro.
Los ejercicios de gramática específicos sólo se proponen si un determinado grupo lo requiere con antelación. Se anotan muchos adolescentes de los colegios de la zona (pueden participar desde los 10 años) y egresados de institutos de idioma (que por los costos los prefieren en lugar de un viaje al exterior), pero también ejecutivos y profesionales que los eligen para profundizar en el idioma antes de asistir a un congreso bilingüe o dar una conferencia.
También alguna familia o pareja a punto de viajar al exterior. Después de vivir muchos años entre Brasil y Francia, la profesora y traductora de inglés Adriana Martin creó “English in the hills”, una experiencia que concentra a grupos de aprendizaje en Carlos Paz, en un complejo de seis cabañas con dos piletas y vista panorámica de la ciudad cordobesa. Debatir sobre una película, cocinar una súper cake para la merienda, intercambiar ideas de literatura, divertirse en un karaoke, competir en un juego de mesa, programar una fiesta de disfraces o disfrutar de un picnic frente al lago San Roque (cercano a las instalaciones) son algunas de las actividades programadas y modificadas en función del grupo de inscriptos.
Un nivel de conocimiento mínimo en el idioma basta para participar, y el programa de una noche y dos días all inclusive cuesta $ 550 por persona. Y aunque por ahora sólo se puede hacer la experiencia en inglés y en español, Martin está evaluando lanzarlo en francés. Oriunda de Buenos Aires, pero radicada en La Cumbre (en la provincia de Córdoba) Susan Savage y su socia, Jill Henderson, aprovecharon la numerosa comunidad inglesa radicada en la región y desarrollaron un original programa de tres días bautizado Walk and Talk.
La idea –cuentan sus creadoras– es “estudiar pero a la vez reírse, pasarla bien y conocer nuevas personas”. Por eso, claro, el itinerario incluye tomar un drink o un té muy british con un vecino británico anfitrión, almorzar en la casa de otra familia y ayudarla a preparar un plato típico de aquellas tierras o realizar excursiones y caminatas por las sierras, no demasiado extenuantes. Para aprovechar al máximo cada salida, Savage aconseja un nivel intermedio de conocimiento en el idioma y el costo de tres días es de US$ 550 por persona, con alojamiento en el exclusivo Hostal Cruz Chica.
En plena Cordillera de Los Andes, en la zona de El Salto, en Potrerillos (en la provincia de Mendoza) el turismo idiomático también tiene su referente. Seis veces por año (de acuerdo a la cantidad de inscriptos) la profesora Cristina Isenrath coordina desde el Instituto Intercultural encuentros repletos de actividades recreativas que apuntan a un mismo fin: “transformar el vocabulario pasivo en activo, además de sumar vocabulario”. Las “inmersiones” cuestan entre $ 1.000 y $ 1.400 en función de la cantidad de días disponibles, y requieren de un nivel básico de conocimiento.
COLONIAS DE VERANO BILINGUE
Este verano, en Punta del Este, se hará el primer Summer Camp de la temporada, pensado para chicos de 4 a 15 años, del 3 de enero hasta el 29 de enero (con tiempo para inscribirse hasta el 15 de diciembre), de lunes a sábados de 10 a 18 hs. Será en Dharma, en la paradisíaca chacra de propiedad de la artista Paz Gil Villalobos, ubicada a 10 km del faro de José Ignacio y bajo la iniciativa y supervisión de la inglesa Anna Templeton, directora del sistema de intercambio Au Pair Argentina (una modalidad por la que estudiantes extranjeras se incorporan temporalmente como niñeras de una familia local).
Surf en el mar, tenis, yoga, paseos en caballo, tareas para hacer en la propia huerta del lugar y en la cocina, consignas para trabajar artísticamente y excursiones al zoológico o a la Isla Gorriti son algunas de las actividades programadas. Y si bien este año los chicos no podrán quedarse a dormir, el mínimo de días para participar es de una semana (con un costo de US$ 600 dólares, y hay descuentos por hermano y cantidad de días).
fotos:
1- El complejo de cabañas en Carlos Paz (Córdoba), un oasis en las sierras para que los chicos se diviertan y aprendan
2- En la costa uruguaya, en Punta del Este, el trabajo artístico con los chicos va a ser una constante durante todo el verano, en lo que será el primer Summer Camp de la región.
fuente: www.parati.com.ar





