La industria del turismo en Grecia, lejos de la crisis
Domingo, 16 Diciembre 2012

A pesar de los problemas financieros, el número de visitantes en el país europeo aumentó, dijo la embajadora griega en la Argentina, Eleni Leivaditou de Bulgari, que propuso descubrir las islas menos conocidas del territorio. Dentro de los sitios arqueológicos, la Acrópolis y el Partenón son los puntos más visitados.
Por Teresa Bausili
Es la cuna de la civilización occidental, de la democracia, de los Juegos Olímpicos, del teatro, la ciencia y la filosofía. Y sí, también de Grecia viene la palabra "crisis", aquella que los argentinos conocemos tan bien. Y que ellos se han cansado de escuchar últimamente, aunque la embajadora helénica en nuestro país, Eleni Leivaditou de Bulgari aclara: "La crisis no es griega, es europea. Y no ha afectado el turismo en las islas, sino todo lo contrario: hasta octubre estuvo absolutamente todo lleno". Para lograr semejante nivel de ocupación, explica la diplomática, los griegos hicieron un esfuerzo conjunto y acercaron servicios de altísimo nivel a los viajeros, a precios mucho más bajos que años anteriores.
No es para menos: con 15 millones de visitantes en lo que va de 2012 (un aumento de entre el 5 y 7% respecto de 2011), el turismo es una de las principales industrias del país, representando un quinto del PBI. Escandinavos, franceses, alemanes, estadounidenses, ingleses, japoneses y australianos son los extranjeros que más tarjetas de migraciones completan en Atenas, aunque también el número de visitantes rusos pegó un salto en los últimos cinco años. India y China, por otro lado, son potenciales mercados que Grecia planea explotar en 2013 que ya despunta.
¿Y qué hay de los argentinos?
"En 2011 viajaron 17.000 argentinos a Grecia, dos mil más que en 2010", señala Leivaditou, y subraya el especial cariño que tiene su nación hacia la Argentina, donde la comunidad griega alcanza actualmente las 60.000 personas.
Famosos griegos vinculados a estas tierras hubo unos cuantos, desde el magnate Aristóteles Onassis hasta el marinero Spiro, que luchó -y dio su vida- en la guerra de independencia argentina, o el ex presidente Bartolomé Mitre, cuyo apellido original era Dimitriou.
"Nosotros tenemos mucho en común con ustedes", acota por su parte Georgios Pappas, consejero de Educaión y Turismo de la embajada. No, no sólo la queja permanente, bromea. "En Grecia apreciamos mucho el tango. Para darse una idea, en una ciudad como Volos, de no más de 180.000 habitantes, funcionan tres escuelas de tango".
Soñar no cuesta nada
Quién no fantaseó alguna vez con pasar una temporada en alguna isla como Skopelos, en cuyas playas de aguas turquesas se filmó la taquillera Mamma Mía (2008).
Pero más allá de la Grecia de postal, del burro y de las casitas en azul y blanco encaramadas sobre acantilados, hay una Grecia que se aleja del estereotipo de sol y playa que todos conocemos.
Es la que nos acerca al "otro" turismo: el turismo religioso, el de aventura, el histórico. No sólo hablamos de ruinas y yacimientos arqueológicos, que los hay y de a miles, sino de barrios medievales, fortalezas bizantinas, palacios neoclásicos, cascos antiguos, castillos venecianos y siglos y siglos de riqueza histórica.
O de los 20 monasterios ortodoxos que se levantan en el monte Atos, uno de los lugares más impenetrables de Europa, habitado por unos 1700 monjes y donde está prohibida la entrada a mujeres.
A propósito de montes, la geografía griega está atravesada por varias cadenas montañosas, tales como los Alpes Dináricos al Oeste, los montes Ródope o la cadena del Olimpo (Grecia es el país de Europa con mayor número de picos montañosos). De hecho, el esquí y los centros para practicarlo son una fuente importante de turismo invernal en el país, una imagen que a veces cueste forjar desde nuestra idiosincrasia local.
Pero el tursimo aventura no se agota en el esquí, ya que los paisajes griegos son tantos y tan variados, que se puede practicar desde escalada en roca en Calidnas, hasta kitesurf en Carpatos, buceo con delfines en Creta, kayak en Cefalonia, trekking por los bosques petrificados de Lesbos o avistamiento del cráter del volcán de Nisiros, entre una y mil opciones.
"En cada rincón del país, siempre habrá algo para sorprenderse", se enorgullece Leivaditou.
Para el que aún quiere sólo sol y playa, a no desesperar: Grecia tiene más de ¡5 mil! islas desparramadas en su territorio, algunas de ellas totalmente vírgenes de turismo. Comos las remotas islas del Dodecaneso, casi en Turquía, o las islas Egeas del Norte, perfectas para huir de las multitudes y disfrutar de la cocina, cultura y tradiciones locales. ("Aún en las islas menos habitadas, hay infraestructura hotelera de primer nivel", comenta la embajadora).
Porque sí, se puede salir del clásico -y maravilloso- circuito de Santorini, Mykonos, Creta, Rodas o Corfú. Es cuestión de animarse.
El desafío de María Callas
El milenario y hermético Monte Atos, en Macedonia central, es un territorio autónomo bajo soberanía griega, lo que le permite contar con ciertas leyes propias. Por ejemplo, la de prohibir la entrada a todas las mujeres (¡animales hembra incluidas!). Cuenta la leyenda que la única que se atrevió a desafiar el mandato fue la soprano griega María Callas, de paso en un crucero con Aristóteles Onassis. Pero que, apenas puso un pie en el monte sagrado, la diva de la ópera se quebró el tobillo y tuvo que desistir ahí mismo de su osada visita. ¿Maldición de los dioses?.
Portal de América - Fuente: www.lanacion.com.ar