por José Gregorio Angulo Rodrigues
Esa importancia no solo se refleja en las cifras macroeconómicas o en las grandes variables de las cuentas satélites, sino también, con excelentes resultados desde el punto de vista cualitativo valorado por el impacto en la calidad de vida de muchas personas entre ellas el propio turista y el entorno humano en las comunidades anfitrionas. Esto hace aumentar su interés en muchas personas, desde los que quieren realizar el viaje, los directivos de instituciones gubernamentales para promover políticas de desarrollo, en emprendedores que buscan inversiones satisfactorias y rentables, y en las comunidades que bajo estrategias de integración organizan e inician proyectos colectivos, así como en entidades educativas que abren oportunidades de estudio, generan estudios e investigación sobre esta actividad y se constituyen organizaciones público-privadas que aportan técnicas y herramientas de operación y gestión de la actividad.
Estos hechos, junto a otros fenómenos propios de esta nueva época, entre ellos el sorprendente avance de las comunicaciones, los cambios en los estilos de vida, el cambio climático, el paso avasallante de la tecnología (cuarta revolución industrial) y la globalización han inducido transformaciones significativas sobre la actividad turística y ha hecho de esta una actividad dependiente de estos fenómenos globales, donde la velocidad de cambio impone al sector productivo y a los destinos condiciones altamente competitivas en sus modelos de operación y gestión para enfrentar a un mercado cada vez más intervenido por la competencia, la eficiencia económica y el liderazgo especializado en productos.
La dinámica actual plantea como reto alcanzar unidades empresas y destinos turísticos competitivos que sobrevivan a estos cambios, impone la necesidad de replantear el modelo de gestión del turismo interviniendo en la cadena de valor de la gestión del conocimiento. Estrategia que debe ser planteada y desarrollada por la Universidad como parte de su misión universal y razón de ser; la investigación y el conocimiento como herramientas de trasformación y desarrollo de la sociedad admitida como encargo social, en este caso la cadena de valor se expresa por el proceso educativo de formación profesional y/o de extensión, investigación y producción que se trasfiere del docente al estudiante – comunidad - sector productivo – industria, que supone debe alcanzar esos niveles de competitividad eficiencia y liderazgo.
Esta es una luz roja que enciende las alarmas y plantea la necesidad de abordar la modernización curricular de las carreras de turismo para darle sincronía y prospectiva a la realidad actual y a los cambios presentes y futuros. El turismo no escapa a este fenómeno; empresas, destinos, organizaciones y personas se enfrentan constantemente a nuevos retos: competitividad, maximización de satisfacción, minimización de costo y beneficios, eficiencia y eficacia, innovación y calidad. Esta realidad exige más y mejores capacidades para enfrentar no solo la especialización sino la más apremiante y seria amenaza, la sustitución del ser humano como factor productivo (robótica e inteligencia artificial).
Entre los cambios y las tendencias que vienen marcando una agenda disruptiva en empresas y destinos tenemos:
1. Creciente incorporación del concepto Destinos Inteligente y el empleo de alta tecnología de información con la consiguiente influencia inmediata de Big Data que permite una interacción y conexión en tiempo real con muy alta capacidad.
2. La Inteligencia Artificial (IA) con el propósito de crear máquinas que presenten características y habilidades similares a las del ser humano.
3. La acentuación de los Smartphones con el multiuso de aplicaciones que hace de estos equipos algo personal y dependiente al ser humano (Los FOMO– Fear of Missing Out y los JOMO– Joy of Missing Out) además de su utilización como medio de difusión, información, comunicación y promoción de empresas y destinos.
4. La Súpersegmentación e importancia de contenidos basados en diferentes perfiles psicográficos de los distintos públicos objetivos.
5. El Mayor interés de los viajeros por analizar cómo destinos y proveedores turísticos tratan el tema de la sostenibilidad, la igualdad y la responsabilidad social, siendo estos temas claves en el manejo de políticas públicas y de gestión empresarial.
6. Cambios en los estilos de vida que inciden en la demanda turística diversificándola, y además están generando un carácter Policonsumidor del turista actual y potencial, fenómeno que incide en la necesidad de estudiar el comportamiento del mercado y de conocer más al consumidor.
7. La Segregación o migración de la comunidad local, Turismofobia e inseguridad del turista.
8. La acentuación de la competitividad de destinos y de empresas, la aparición de zonas de mar rojo, la búsqueda de eficiencia y más capacidades.
9. La Transformación digital y nuevas tecnologías que obliga a destinos y empresas turísticas a trabajar en un entorno completamente digital y adaptarse a cambios tecnológicos disruptivos.
10. La Internet de las cosas y la presencia de la Tecnología móvil 5G.
11. Los Asistentes virtuales – bots y la Robotización; Lo que supone que el elemento fundamental será una mayor automatización de tareas y la utilización de robots mucho más inteligentes, este último hecho presume además una sustitución del hombre por estos dos recursos.
Estos cambios y estas tendencias que se vienen suscitando en el mundo y su influencia en el turismo plantean un escenario de reacción y acoplamiento en empresas y destinos, crean la necesidad de orientar y direccionar mecanismos que permitan al sector productivo disponer de un modelo de gestión del conocimiento que haga frente de manera eficiente, ágil y pertinente a ese entorno cambiante y competitivo.
Ante esto, y ante algunos resultados que ahora presentamos de una investigación en universidades con carreras de turismo o áreas relacionadas a esta actividad como: Gastronomía, administración de empresas turísticas, hotelería, guiatura, entre otras, llama poderosamente la atención, resultados como estos; menos del 20% de las universidades de América Latina incluidas en el estudio tienen programas de estudio en turismo y carreras afines actualizados con menos de 3 años de vigencia, en contraposición más del 23 % de las universidades incluidas mantienen programas de estudio con más de 10 años de vigencia. Así como también, el 60% de las universidades latinoamericana mantienen programas de estudio en turismo o carreras afines vigentes con más de 3 años y menos de 10 años. Cuyo promedio de actualización o vigencia es de 8 años.
Siendo el programa de estudio actualizado y disruptivo una herramienta fundamental de respuesta que permita entre otros aspectos: Sincronizar el producto académico con la evolución y la perspectiva del sector, acoplar la empresa turística a la evolución y al paso del mundo moderno y de la competitividad del turismo actual y, conectar al destino con pasos adelante hacia el liderazgo competitivo en los mercados globalizados, pero sobre todo debe ser el currículo una herramienta que garantice al futuro egresado su permanencia como factor empleado en el sector, ante la amenaza de sustitución que representa la aparición del robot y los asistentes virtuales.
Portal de América






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