por Sergio Antonio Herrera, desde Blois
Habíamos desayunado dos veces, una temprano en Barajas y la otra a media mañana en el avión, pero Austerlitz nos quitó el apetito y salteamos el almuerzo. Durante el viaje en tren vinimos fantaseando con la cena. Nos imaginábamos la noche en un pueblito pequeño en uno de esos restaurantes artesanales donde prima la madera, con las mesas con mantelito blanco o a cuadros y fundamentalmente, un rico tinto francés (para los colombianos, vino).
El hotel elegido está enfrente a la estación y es muy lindo. Seguimos comparando, la tarifa por una noche, el mismo importe del taxi desde el CDG a la Gare de Austerlitz (sí, dolió).
Nos ofrecieron cenar en el restaurante pero el plato principal era una hamburguesa...
Salimos antes de las 20 a buscar el lugar de la fantasía. Parecía que nos metíamos en una película de misterio. Llovizna frío y todo cerrado. Hasta que a las cansadas ubicamos algo parecido a un restaurante que también ofrecía hamburguesas, pero al menos el menú incluía pizza o pasta. Ordenamos pasta con salsa carbonara y una pizza "Oriental". Ambas cosas pasaron el examen, bastante bien, pero cuando pedimos vino, la cara del dependiente fue como si le hubiésemos hecho un chiste, ni Cero tampoco, debimos transar con Pepsi. Pero el día aún no terminaba.
El regreso, además de ser en subida (reiteramos, a Europa la hicieron en repecho), con más frío y la llovizna convertida en lluvía. Ahí la fantasía había variado y pasó a ser que al llegar al bar del hotel junto con cafecito, pediríamos un cognac, ¿o un whisky?, bueno, lo decidiríamos al llegar.
"Hola, dos cafés y un cognac por favor" dijimos al sentarnos a la barra.
No señor, alcohol podemos venderle únicamente si pide una comida...nos respondieron...
¿Por qué Blois?
Es una larga historia. Mi esposa se apellida Blois.
Ha venido varias veces a Francia y por hache o por be, nunca pudo llegar a conocer "su" castillo. En este viaje quisimos que una vez finalizara nuestro trabajo en la feria, poder pasar por Burgos y Burdeos y llegar a Blois antes de Paris. Pero la conectividad para esa pretendida ruta es horrible, llevaba un tiempo exagerado, y con el clima actual no nos animábamos a alquilar un coche. Eliminamos entonces Burgos y Burdeos y volamos a la Ciudad Luz.
Mañana caminaremos Blois todo lo que se pueda y veremos si se termina la veda. No estamos manejando, hace mucho, muchísimo frío, merecemos un alcoholito, ¿no?.
Pensándolo bien...andamos "tan derechos" que advertimos, el cedulón por apología al alcoholismo, mándenselo a nuestro abogado (que también anda por Europa).
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