No cobrar entrada a una atracción que atrae miles de visitantes cada semana, es un himno a la Filantropía.

"Yo no podría entender que en la puerta estuviera un chico impedido de entrar por no tener dinero para pagar su boleto. En mi niñez pasé por ese tipo de situaciones y me hace bien poder hacer lo que hago", nos dice en la sobremesa (de un exquisito asado de tira preparado por él mismo para esperarnos) de su restaurante con magnífica vista a la Reserva, mientras nos explica que los fines de semana colocan en la entrada una caja para aceptar donaciones voluntarias "de aquellos que quieran y puedan".

"Disfruto mucho esto que pude lograr al comprar esta tierra. De niño ya me rebuscaba vendiendo tortas fritas y cuando pude formar mi empresa de mantenimiento, en los primeros tiempos para echarle combustible a una vieja Peugeot que debía atar con alambre en el medio para que no se me partiera el chasis, al volver de trabajar salía a arrancar berro para vender casa por casa", nos dice casi de modo confidencial pero sonriente, como un niño contando una travesura.

"Me fundí dos veces económicamente, la primera vez por causas ajenas a mi voluntad y la otra por malas decisiones mías, pero jamás me escondí, siempre puse la cara y apenas pude, pagué lo que debía" nos cuenta.

Mejos es escuchar el relato con su propia voz y de paso, ir conociendo Kerayvoty que en guaraní significa sueño, el mismo que tuvo Julio un día y pudo hacer realidad.

No somos personalmente muy adeptos a declamar la existencia de "energías positivas", y tampoco sabríamos calificar o transmitir con exactitud lo que sentimos en Kerayvoty, pero nos agradó el lugar, nos sentimos muy bien en todo momento y Julio Medina nos convenció apenas al saludarnos de que es buena gente.

La entrada es gratis, los animales que andan sueltos son muy amigables y hacen entusiasmar y pasar bien a los pequeños, si además tienen la suerte de que los acompaña un día de buen clima, tendrán una experiencia muy positiva si deciden ir.

Y tengan "voluntad" al pasar la entrada, Julio le da trabajo a mucha gente.

Portal de América - por Sergio Antonio Herrera