por Sergio Antonio Herrera, desde Punta del Este
EL ANÁLISIS DE LA IA
"La respuesta corta: políticamente sí; moral y estratégicamente es discutible".
1. El WTTC tiene peso institucional… pero no equivalente al de IATA ni al de gobiernos.
Representa a grandes empresas globales del turismo, con capacidad de lobby y presencia internacional, pero no tiene el peso normativo de IATA ni la legitimidad soberana de los Estados.
2. El liderazgo actual arrastra un desgaste considerable.
Gloria Guevara llega con fuerte erosión de credibilidad, un conflicto abierto con el saliente secretario general de ONU Turismo y una derrota notoria en la elección en mayo pasado en Segovia, en el Consejo Ejecutivo, lo que debilitó su posición en el ámbito multilateral.
3. En temas climáticos, el WTTC intenta “comprar” legitimidad.
Ha intensificado su presencia climática, pero sin la representatividad, autoridad ni capacidad coercitiva que exige un rol verdaderamente central.
Conclusión:
El WTTC puede firmar esa declaración, pero no llega con la autoridad moral, técnica ni política de los otros actores. Su participación parece más un intento de reposicionamiento que una contribución legítimamente central al debate climático.
MI COLUMNA
El reciente gesto del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC), encabezado por Gloria Guevara, al firmar una declaración climática junto a IATA y los gobiernos de Japón y Malasia en la antesala de la COP30, plantea una pregunta inevitable: ¿está el organismo en condiciones reales de situarse en ese plano de equivalencia? La respuesta, por más suavidad diplomática que uno intente aplicar, es incómoda: formalmente puede, pero políticamente está lejos de tener la autoridad necesaria.
El WTTC ha sabido construir poder corporativo. Agrupa a gigantes del turismo mundial, mueve recursos y presiona con solidez donde quiere presionar. Pero eso no lo convierte en un organismo comparable ni con IATA, que regula y estructura la aviación comercial global, ni mucho menos con Estados que llegan a la COP con responsabilidades y compromisos climáticos soberanos.
La conducción de Gloria Guevara no ayuda. Su campaña de desgaste contra el secretario general saliente de ONU Turismo, Zurab Pololikashvili, dejó heridas abiertas en el multilateralismo, y su fracaso en la última elección del Consejo Ejecutivo acentuó la percepción de aislamiento político. El turismo global, a nivel de gobernanza, la vio más confrontativa que propositiva.
En materia climática, el WTTC ha multiplicado informes, hojas de ruta y declaraciones. Pero en buena parte del sector, ese esfuerzo se interpreta como un intento de ocupar una silla que no le corresponde del todo. Una organización empresarial que no regula, no representa a los Estados y no tiene capacidad de exigencia difícilmente pueda erigirse como protagonista técnico de la agenda net zero.
La pregunta de fondo es si la legitimidad se construye con adhesiones o con trayectoria. IATA la tiene. Los gobiernos la tienen. El WTTC, en este escenario, parece más interesado en reposicionarse tras sus recientes golpes que en aportar un liderazgo climático genuino.
Al final, lo que queda es la percepción: la firma del WTTC en esa declaración dice más sobre su necesidad de recuperar centralidad que sobre su autoridad real en la transición hacia un turismo carbono neutral. Y cuando un actor llega a la COP buscando más visibilidad que coherencia, se nota.
Y como reflexión final, quizás como moraleja, queda analizar el clima y la imagen brindada al mundo por la institución ONU Turismo en la última Asamblea General en Riyadh, donde no solamente varios países pidieron la palabra para destacar la transparencia de la transición entre Pololikashvili y Shaikha Al Nowais, sino que, anticiparon las congratulaciones al saliente ejecutivo georgiano por su labor durante los dos períodos que totalizaron ocho años, al pedido del presidente del evento, el Ministro de Turismo saudí Ahmed Al-Khateb, quien pidió incluir en la resolución del programa de trabajo de la Asamblea, un tributo a Pololikashvili por facilitar la transición y por su tarea durante sus dos gestiones.
En el turismo mundial, más el 90% de los actores pertenecen a pequeñas y medianas empresas, muchas de ellas de índole familiar, lo que invita a reflexionar acerca de que como actividad, como filosofía, como herramienta insustituible de promoción de paz y entendimiento de la población mundial, el turismo exhuma artesanía. Conviene no olvidarlo.
