por Sergio Antonio Herrera, desde Punta del Este
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Quedó establecido con rigor científico que más del 60% de la población no está dispuesta a acatar los protocolos vigentes.
Sin solución de continuidad se suceden las fiestas clandestinas y las convocatorias a aglomerarse, además de las aglomeraciones "espontáneas" que vemos a diario.
En el paroxismo de la falta de empatía, aparece el diputado del FA Felipe Carballo, acólito del acusado por la Fiscalía General de la Nación por ladrón (técnicamente peculado) pidiendo la renuncia del Ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, mientras que también varios de sus colegas de bancada, así como senadores de la oposición, en la práctica tirando nafta al fuego pero a través del presidente de la Cámara Baja, Alfredo Fratti (FA) llama a "bajar la polarización en torno a la crisis y generar intercambios -por lo alto-".

Del otro lado, "las chiquitas" arrecian contra Cosse, la Intendente de Montevideo. O bien por el aumento del boleto (y llegan a compararlo con el aumento del transporte urbano en Chile que disparó la revuelta de octubre de 2019) o por lo que gastó la Intendencia en una cámara para Tv Ciudad.
Sigue primando el egísmo, los intereses ideológicos, políticos y hasta económicos de mucha gente y todos juntos, en este contexto, terminamos de enterrar para siempre la definición de que el uruguayo es un pueblo culto y solidario.
Que cada quien se ponga el sayo que le corresponde.
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